Más de un millón y medio de personas abarrotaron la playa brasileña de Copacabana para el concierto gratuito cuando Madonna, la reina del pop, dio cierre a su aclamado The Celebration Tour. Para satisfacer a todos los presentes se creó un colosal sistema de sonido con 624 altavoces, impulsado por 212 controladores amplificados, todo de L-Acoustics.
The Celebration Tour tuvo como su principal proveedor para la producción técnica a la compañía Eighth Day Sound, una marca de Clair Global, cuyos diseños y sistemas elegidos ocuparon estadios de todo el mundo para ochenta espectáculos que redituaron en más de 227 millones de dólares.
Recrear: el enorme reto
“Madonna es una criatura de comodidades y hábitos, por lo que el primer y principal desafío mezclando su sonido es recrear la misma experiencia, noche tras noche, lugar tras lugar, en cada escenario. Ahí es donde L-Acoustics marcó la diferencia”, comparte el ingeniero de sala de Madonna, Burton Ishmael, quien ha estado mezclando para la estrella desde octubre de 2023 en la O2 Arena de Londres, hasta el espectáculo masivo y récord en la playa de Río de Janeiro de mayo de este año, ante una alucinante cifra de 1.6 millones de fanáticos que asistieron devotamente a la cita.
The Celebration Tour tuvo como su principal proveedor para la producción técnica a la compañía Eighth Day Sound, una marca de Clair Global, cuyos diseños y sistemas elegidos ocuparon estadios de todo el mundo para ochenta espectáculos que redituaron en más de 227 millones de dólares, siendo el alma sonora el sistema basado en los altavoces K2 de L-Acoustics. Para el gran final de la gira en Copacabana, la compañía de sonido Gabisom, con sede en São Paulo, tomó la iniciativa en la producción del espectáculo de cierre de gira, que contó con 624 K1, K2 y otros gabinetes de la marca francesa, impulsados por 122 amplificadores LA12X y 90 controladores amplificados LA8, más dos procesadores P1.
De manera concreta, el tremendo recuento final fue de 172 altavoces K1, 80 K1-SB, 96 K2, 128 SB28, 68 KS28, 59 Kara y 21 X8, que como podrá imaginarse, revistió una enorme complejidad para su configuración, que fue manejada con la ayuda del software de modelado L-Acoustics Soundvision. Todo requirió de una gran destreza técnica del equipo, lo que incluyó además la operación en playa y sortear los desafíos inesperados que surgieron para probarlo y hacerlo funcionar eficientemente.
“Los ensayos comenzaron en Brooklyn y luego en el Nassau Coliseum, un año antes de que comenzara la gira, pero el espectáculo final en la playa fue un evento singular en términos de escala y desafío”. Burton Ishmael.
Burton Ishmael es el primero en reconocer la importancia de la marca en esta singularísima ocasión: “Soundvision fue una herramienta muy importante para solucionar los distintos retos que implicó el diseño y operación de este sistema. Sin conocer con precisión el diseño de la playa y en qué lugar exacto se ubicaría el escenario, podríamos haber estimado la distancia de lanzamiento, que calculamos sería de aproximadamente 1.2 metros por persona que estuviera parada allí, multiplicada por millones de personas. Sin Soundvision eso hubiera sido imposible”.
Los cálculos precisos de Soundvision ayudaron a Ishmael y a su equipo, incluido el ingeniero de sistemas, Andy Fitton, y el jefe de equipo, Frank Peoples, a crear un diseño para abordar un espacio de desempeño desafiante, explica el ingeniero de sala: “Esperábamos no tener paredes ni nada alrededor que reflejara el sonido, pero también tuvimos que lidiar con cambios de temperatura en la playa: durante el día hacía calor y por la noche esperábamos que refrescara al menos a 10 o 15 grados. El viento también era una gran preocupación debido a su potencial para desviar el sonido y además de eso, la sal en el aire y la capa marina presentaban más desafíos. Es por eso que llenamos el sistema con tanta potencia, para poder superar esos elementos y, hablando de ello, muchos de los controladores amplificados estuvieron a sólo treinta metros de las olas que rompían en la orilla, pero nunca fallaron en su operación sólida con todos los arreglos que distribuimos por la playa”.
El diseño de torres de delay del sistema fue singular en cuanto a números y ubicación. Configuradas como ocho torres estéreo, cada una estaba formada por cuatro altavoces K1-SB, ocho K1, cuatro K2 y ocho KS28, dispuestas como una especie de desfile sónico que marchaba por la playa, detalla el ingeniero de sistemas, Andy Fitton: “Tuvimos que tomar en cuenta las variaciones atmosféricas y las distancias para que las torres de delay funcionaran; fue la combinación del uso de herramientas del Autosolver de Soundvision, como Autoclimate y Autofilter, las cuales hicieron que este tipo de escala fuera manejable. Otro reto fue el control de los micrófonos inalámbricos y la cobertura de las antenas de esos sistemas, que se llevaron a su máximo alcance. El modo de mapeo de retardo en Soundvision fue crucial para hacerlo bien. La capacidad de visualizar el patrón medio-bajo en el objetivo de nivel de presión sonora (SPL) fue fundamental para igualar la homogeneidad general del sistema en distancias de lanzamiento de 91.4 metros”.
Todo un evento singular
Otra área de preocupación fueron las tres grandes pasarelas que Madonna recorrió durante el concierto, como destaca Ishmael: “A diferencia de un estadio, donde teníamos un techo y un sistema de grid desde el cual podíamos suspender todo, en la playa no contamos con esto, así que colocamos los altavoces principales debajo para que no retroalimentaran las tres pasarelas y luego agregamos rellenos detrás del escenario con cajas Kara y X8. Eso mantuvo el sonido del frente de la sala fuera de las pasarelas, y también brindaron una cobertura increíble en toda el área VIP”.
Un despliegue de este tamaño no se logra sin un esfuerzo de equipo, y el jefe del staff The Celebration Tour, Frank Peoples, confirma que hubo mucho de eso en el show de Copacabana: “Todos colaboraron para que esto sucediera lo mejor posible, incluidos Chris ‘Sully’ Sullivan y Alex Soto de L-Acoustics, quienes estuvieron allí para brindar una increíble experiencia en diseño de sistemas y ayudar con cualquier pregunta que tuviéramos. Los altavoces de la Serie K tienen el alcance que se requiere para llegar a donde quiera que vaya el sonido y sonar bien al hacerlo. Había mucho en qué pensar para este concierto, pero la excelente cobertura y la fidelidad nunca fueron una preocupación (ambas eran un hecho) y tener a Sully y Alex en nuestro equipo fue un ingrediente clave para el éxito de esta producción”.
Los cálculos precisos de Soundvision ayudaron a Burton Ishmael y a su equipo, incluido el ingeniero de sistemas, Andy Fitton, y el jefe de equipo, Frank Peoples, a crear un diseño para abordar un espacio de desempeño desafiante en la playa de Copacabana.
Burton Ishmael dedicó entonces una enorme cantidad de cuidado, esfuerzo y tiempo al diseño del sistema de sonido de la gira y así lo relata: “Los ensayos comenzaron en Brooklyn y luego en el Nassau Coliseum, un año antes de que comenzara la gira, pero el espectáculo final en la playa fue un evento singular en términos de escala y desafío. La tecnología de L-Acoustics ofreció al equipo las herramientas para enfrentar hábilmente esos retos”.
“Tengo que decir que quedé completamente satisfecho y no esperaba menos. Los altavoces y amplificadores resistieron enormemente. La capacidad de monitorear lo que sucede en cualquier parte del sistema, en cualquier momento dado, generó mucha confianza y luego, en términos de sonido, tuvimos exactamente lo que esperábamos de L-Acoustics: excelencia desde la primera nota hasta la última”, concluye satisfecho.
En la memoria de los asistentes y el staff de producción quedará este final de The Celebration Tour de una grande del pop como es Madonna. Los equipos empleados hicieron posible que más de un millón de personas disfrutaran una noche de música en la playa con toda la potencia y la claridad, y L-Acoustics fue el protagonista.
K1, un punto de referencia
Para eventos de larga escala, este altavoz de L-Acoustics cuenta con un índice de SPL-dimensiones sobresaliente para una capacidad de tiro excepcional, una potencia de bajas frecuencias claro con tecnología L-VENTS y está construido para uso rudo y con un sistema de rigging muy accessible. Es de tres vías activo y entrega un máximo de 149 dB, un ancho de banda de 35 Hz- 20 KHz y sus transductores son: LF: 2 x 15 pulgadas, MF: 4 x 6.5 pulgadas y HF: 3 x 3 pulgadas. Tiene un peso de 106 kg y una directividad horizontal de 90 grados y vertical de 5 grados.
K2, potente y ligero
El altavoz K2 alcanza hasta 20 mil personas sin sacrificar potencia y ofrece una alta relación rendimiento-peso con proceso de optimización del espesor del gabinete. Cuenta con 4 directividades horizontales con la tecnología PANFLEX y potencia de bajas frecuencias claras con el sistema L-VENTS. Ofrece un SPL máximo de 147 dB, un ancho de banda de 35 Hz- 20 KHz y sus transductores son:
LF: 2 x 12 pulgadas, MF: 4 x 6.5 pulgadas, HF: 2 x 3 pulgadas y tiene un peso de 56 kg. Su directividad es horizontal de 70, 90 y 110 grados, y vertical de 10 grados.
El extraordinario lugar de L-Acoustics en The Celebration Tour
Altavoces
- 172 K1
- 80 K1-SB
- 96 K2
- 68 KS28
- 59 Kara
- 21 X8
Subwoofers
- 128 SB28
- 122 amplificadores LA12X
- 90 controladores amplificados LA8
- 2 procesadores P1