Por Nizarindani Sopeña Romero
La historia de LCI Seguros comienza en septiembre de 1965, gracias a la necesidad de la industria audiovisual por contar con seguros especializados para amparar los distintos riesgos de dicho gremio. El fundador de la empresa, don Luis Carrillo Izaguirre, va a estudios Churubusco, empieza a conocer los distintos procesos con la ayuda del director de Churubusco y de los productores de aquella época, desde que una producción inicia su preproducción, durante todo el proceso de producción y hasta la postproducción. Con el tipo de pólizas que existían en el mercado, don Luis empieza a idear algunas que cubrieran todas las necesidades de esta industria, no solamente del equipo de rodaje, sino también el equipo electrónico, eléctrico y mecánico, vestuario, escenografía y a quienes daban cobertura a todos los trabajadores que participan en él.
Es Ricardo Carrillo González, director general de LCI Seguros, quien narra la historia de la compañía: “Así se comenzaron a crear distintas pólizas, estudiando la ley y como si fuera un traje a la medida, hasta que llegaron a ser cincuenta y dos coberturas. Éste fue el inicio y hemos sido una empresa innovadora en muchos sentidos. Nuestra particularidad es que las condiciones de las pólizas de seguro han sido diseñadas a partir de las necesidades de esta industria y pueden cubrir lo mismo un documental que una película de ficción, una animación o un programa en vivo de televisión”.

El paso de estafeta y la evolución sigue
“En 2007 fallece don Luis y dos años después, su hijo menor, Eduardo Carrillo Herrera, le da un viraje a la empresa”, hace memoria Ricardo; “creando pólizas que cubren eventos en vivo, como exposiciones, teatros, circo y eventos empresariales como lanzamientos de producto, así como casas arrendadoras de bienes y servicios para la producción. Cuando Eduardo inicia su gestión, lo que hace es reformular y esas 52 coberturas se convierten en tres pólizas paquete: una para la producción audiovisual, una más para la producción de eventos en vivo y una más para casas arrendadoras”.


“Estas pólizas son de tipo modular, porque si pensamos en la industria audiovisual, no todas las películas llevan instrumentos musicales, no todas son de animación o no todas llevan autos de acción o armas de utilería. Dentro del menú, se pueden elegir varias opciones y con toda la experiencia que hemos acumulado a lo largo de los años, hacemos un cuestionario que se llena para hacer una propuesta de cobertura de la producción o del evento, en la que explicamos cuándo empieza la preproducción y cuánto tiempo estará en producción, si se trata de un evento en vivo, o un comercial, en el que el rodaje dura un día, o una película o serie, que quizás se lleve seis semanas, más el tiempo de preproducción y postproducción. También se aseguran carreras atléticas o eventos como la Fórmula 1. La póliza puede ser muy variable, con duraciones diversas. Pueden cubrir desde un día de rodaje o producción o de un evento en vivo hasta meses o un año y se pueden extender a otros periodos, si es necesario”.
Gracias a esta evolución, la industria del espectáculo se benefició bastante, fomentando el crecimiento de los eventos en vivo, conciertos y festivales. “Nosotros estamos encantados. Cada nicho de mercado tiene sus propias necesidades y su propia evolución, y en el caso de los eventos en vivo, habitualmente lo que la ley exige es un seguro de responsabilidad civil, sobre todo si van a rentar un recinto para llevarlo a cabo el evento, como el World Trade Center o el Centro Banamex, así que ya hay pólizas obligatorias”.
Lo ideal es que la producción en cuestión también contrate una póliza que les dé otro tipo de protección, como añade Ricardo: “Que ampare el escenario por los accidentes que puedan llegar a ocurrir; incendios, inundaciones, y la inversión de la renta del equipo de sonido, video o luces. Hay mucho dinero en juego y gastos si un evento se pospone, se tienen que reprogramar: sueldos, medios de transporte, devolución de boletaje y más”.

La clave está en el cambio de enfoque
El punto de vista de Ricardo de la consciencia que existe en la industria de la música y el espectáculo al respecto de los seguros para eventos es como sigue: “Lamentablemente, muchas producciones siguen pensando que no les va a pasar nada e incluso sabemos que muchos se acostumbraron a absorber la pérdida, llegan a ciertos acuerdos con proveedores y la gente involucrada y logran reducir un poco el impacto, pero no es lo ideal, sino que se contemple como cualquier gasto de producción un porcentaje destinado a la contratación de una póliza de seguro que dé certeza. Se trata de asegurar tu tranquilidad y saber que si sucede algo, se cuenta con un respaldo”.
“Se requiere más conocimiento acerca de la labor de compañías como LCI Seguros. “Aún en la industria audiovisual, donde ya llevamos tantos años y la gente nos identifica, somos una empresa conocida de boca en boca. Participamos en festivales de cine y nos presentamos en eventos como sound:check Xpo, donde se acerca mucha gente a preguntarnos y afortunadamente, siempre hay clientes que se suman”.
Ricardo continúa: “Ha sido un proceso un poco lento, pero se ha ido avanzando. Por ejemplo, hasta hace algunos años, teníamos pocas peticiones de pólizas para fuegos artificiales, y desde un poco antes de la pandemia, se han incrementado bastante. Las solicitudes han aumentado a nivel nacional, pero podemos dar servicio a todo el país y no solo eso, sino que en la gestión de Eduardo Carrillo nos internacionalizamos, ya que desde hace once años prestamos servicio en Colombia en producción audiovisual, eventos en vivo y casas arrendadoras, como en México”.

Además de seguros para espectáculos, LCI también maneja las pólizas convencionales: de autos, vida, gastos médicos, casa habitación y empresariales, así como fianzas tanto para eventos en vivo, como para producciones audiovisuale: “Tenemos una empresa hermana que hace contabilidad de producción, que se encarga de auditorías certificadas y también estamos a punto de poder firmar contratos en cualquier lugar del mundo a través de firmas digitales”, menciona el director general de LCI Seguros.
“Estamos siempre detectando hacia dónde va nuestro mercado, nuevas necesidades, nuevos riesgos. Nuestro trabajo es tratar de ampararlos; se trata de dar cobertura total a nuestros clientes para que salgan adelante en sus proyectos de principio a fin y asesorarlos adecuadamente”.
En definitiva, lo mejor es tener un seguro y no usarlo. No pensar que no va a pasar nada, porque ejemplos hay: escenarios caídos, incendios por pirotecnia fuera de control o fenómenos naturales que arruinan los equipos, pero esto puede evitarse y tener tranquilidad para que el espectáculo continúe. Piénsenlo.
En el evento del Bicentenario del Inicio de la Guerra de Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana en 2010, LCI Seguros se encargó del aseguramiento de todo lo referente a la producción: “Ese fue un proceso muy interesante, que llevamos desde la preproducción hasta el día del evento y después. Estuvimos un año en conversación con los asesores y con toda la gente que hizo el diseño de la producción. Recordemos que en aquella ocasión, hubo muchos equipos por asegurar: autos alegóricos, efectos especiales, conciertos y demás, y a todo se le dio cobertura”.