La trampa de la inmediatez

Por Ferrer León*

Para las nuevas generaciones de profesionales, obtener resultados cada vez más inmediatos ya es algo cotidiano; esperar a que cargue una página web más de cinco segundos es un calvario y esa espera llena a algunas personas de ansiedad; todo se obtiene a la velocidad de un click y no es que eso sea malo en todos los escenarios; sin embargo, existen daños colaterales que quizá en un futuro y no muy lejano, la factura a pagar sea muy alta.

No caigamos en la trampa de la inmediatez; quizá la música sea quien al final nos salve de la vertiginosa vida en la que hoy nos encontramos”

A cultivar la paciencia

En una charla que impartí sobre mezcla hace tiempo para alumnos de una academia de música, inicié con la reproducción de un tema musical de aproximadamente tres minutos y medio de duración, con lo que pretendía que escucharan a detalle todo lo que ocurría mientras avanzaba la canción, para después desmenuzarla e ir analizando los componentes, para de de esa manera comprender mejor cómo y por qué fue construida de esa forma. Sin embargo, jamás me imaginé el escenario con el cual me encontraría: a escasos veinte segundos de reproducción, una persona levantó la mano y yo (sin querer darle la palabra para no interrumpir la canción y concentración del resto), me vi obligado a escucharle mientras el tema sonaba. Su pregunta fue la siguiente: “¿La tenemos que escuchar toda?”. ¡Era como si sufriera por tener que escuchar un tema tan largo de más de tres minutos! Algunos otros compañeros presentes, al paso de un minuto ya estaban en su celular consultando algo que les resultara más rápido y emocionante. Hubo un momento, al ver que algunas personas se mostraban impacientes, en el que me sentí contagiado y lo único que quería era que el tema terminara para poder abordar lo siguiente.

Esos tres minutos de mi vida me abrieron los ojos a una realidad. ¡Me costaba mucho creer que los futuros productores musicales eran incapaces de aguantar la atención de todo un tema musical! Obviamente hay excepciones, pero aun así no se le debe restar importancia. ¿Como estábamos educando a los nuevos productores, si no están dispuestos a invertir la atención de tres minutos en un tema? Y eso es sólo para conocerlo, porque después de eso, al trabajar en una canción pasan días enteros para armarla y llevarla a un nivel de producción profesional adecuado. Así que decidí adentrarme un poco más en las formas de trabajo de las personas que “mas prisa tienen” y observé algunos factores que tienen en común, mismos que compartiré a manera de resumen.

1. Cada vez estudian menos música.  Si bien existen muchos productores musicales que no son músicos y hacen su trabajo con excelencia, nadie puede negar que gran parte de la riqueza en una producción es parte de la musicalidad contenida en el lado creativo del productor. Actualmente, practicar pacientemente durante años para hacer sonar un instrumento no es algo que esté en las prioridades de muchos.

2. Los samples son sus mejores aliados. En efecto, los samples son una herramienta excelente en la producción musical; sin embargo, una cosa es utilizarlos para enriquecer el sonido de nuestra producción y otra, usarlos para ahorrar tiempo y esfuerzo, a pesar de que en ocasiones pudiera dar mejores resultados la ejecución completa del tema por parte de algún músico.

3. Los presets no son su punto de partida, sino su sonido, o mejor dicho, el sonido de alguien más aplicado a su producción. Entiendo que existan ocasiones en las que alguien que jamás haya tenido la oportunidad de operar un compresor 1176 fisicamente y que al querer emular su sonido a través de un plug in, les resulte funcional hacerlo sólo a través de los presets, pues, ¿cómo emular algo que no se conoce? ¿Exactamente qué se quiere igualar? En otras ocasiones, los presets son usados mayormente para enmascarar las debilidades que como productor se pueda tener; hay quien busca plantillas de toda una mezcla entera, no sólo de un plug in, ya que no está dispuesto a explorar los controles de cada procesador para comprender mejor cómo interactúa con el todo en nuestro proyecto y a partir de nuestro oído y gusto definir la mejor manera de utilizarlo, porque esto tomaría demasiado tiempo y práctica, por lo tanto, los presets serán los que dicten el rumbo de nuestra sonoridad en la mezcla. Es común que muchos productores cuenten con los mismos plugins y de igual manera usan los mismos presets, ofertando producciones con sonidos similares y con falta de identidad sonora propia que hace que todos los instrumentos en todos esos estudios suenen igual.

4. La exploración sonora de un instrumento es algo que también se va dejando de lado poco a poco. Tomarse el tiempo de reubicar un micrófono para obtener sonidos diferentes, combinarlos con otros micrófonos, explorar o realizar “trucos” para enriquecer la sonoridad de la producción es algo que cada vez más va quedando de lado, siendo la razón exactamente la misma: “Consume demasiado tiempo”.

5. Muchos no quieren hacer sus propios beats. Es mas cómodo y rápido descargarlos e incorporar sus rimas, sin importar que varios exploten el mismo beat, porque al final pueden tener un tema listo en un día de principio a fin.

6. Estudiar producciones de excelencia, productores y herramientas, y tratar de incorporarlas a las propias para cada vez tener un abanico de posibilidades sonoras más amplio. Es algo que también consume demasiada dedicación y por ende, tiempo.

7. Algunas personas están muy conscientes del tiempo de reproducción que las plataformas de streaming piden como mínimo para ser contabilizadas y generen regalías, por lo que los temas cada vez son más cortos, llegando a los dos minutos o dos minutos y medio, con la intención de que se reproduzcan más veces en un día y de esa manera generen más dinero; por ello, las estructuras musicales están más centradas en esqueletos predecibles que en obras de arte.

Directa o indirectamente, todo esto afecta los resultados del océano de oferta musical con la que contamos actualmente. La misma inmediatez ha hecho que miles de canciones se produzcan al vapor y se publiquen diariamente y en principio no significa que esté mal, sino que el impacto en la calidad de algunos resultados mediocres sean debido a la falta de tiempo dedicado a la excelencia, que ha hecho que muchos de los temas que diariamente se publican carezcan de “alma” y sean frías, aunque musical y técnicamente algunas puedan ser perfectas.

En general, el arte es algo que toma tiempo desarrollar, incorporarse y apropiarse de manera que pueda alcanzar su máxima expresión con los medios que se tengan en ese momento. El recurso más importante del cual depende toda manifestación artística es, sin duda, el tiempo. Evidentemente, la creatividad y el talento son los pilares, pues sin ellos no será posible realizar ninguna manifestación artística, pero sin el tiempo que requiere, seguramente caeremos en un escenario confuso, donde cualquier creación puede denominarse como arte. No caigamos en la trampa de la inmediatez; quizá la música sea quien al final nos salve de la vertiginosa vida en la que hoy nos encontramos. No estoy en contra de los hornos de microondas, pero como se dice popularmente: “La mejor comida se cuece a fuego lento”.

*Es productor musical, ingeniero en audio y músico y cuenta con 25 años de trayectoria en diversas áreas de la producción, participando en diferentes proyectos dentro y fuera de México, que abarcan música  regional, pop, jazz, rock y orquestas sinfónicas, así como música para empresas y soundtracks. También está a cargo de la producción de audio en la Dirección de Innovación de la Secretaría de Educación Pública. Es miembro votante de los Latin Grammy y cuenta con su propio estudio de grabación, AntenaStudio, en Guadalajara, Jalisco. Pueden encontrarlo en: ferrer@antenastudio.com y www.antenastudio.com