Playa del Carmen, asentada en el paradisíaco caribe mexicano, alberga desde hace una década al acontecimiento musical más importante dedicado al jazz en México: el Festival de Jazz de la Riviera Maya. Stanley Clark, Yellowjackets, Mike Stern, Ivan Lins, Al Di Meola, George Duke, The Manhattan Transfer, Al Jarreau y Herbie Hancock, han sido sólo algunos de los artistas que han estelarizado el evento en pasadas ediciones para placer de los amantes de este género, sin dejar de lado a talentos nacionales como Aguamala, Sacbé, Enrique Nery, Troker, Armando Manzanero y Eugenia León, por mencionar sólo algunos.
La diversidad sonora ha caracterizado a dicho festival, y en esta, su décima edición, reunió durante tres días a figuras como Pete Escovedo, Poncho Sánchez, Level 42, Wayne Shorter Quartet, John Scofield, Victor Wooten y la Big Band de Joe D’Etienne, así como a las bandas locales Aguamala y Nortec, en un festín digno de cualquier otro evento de corte internacional dedicado al jazz.
Como cada año, el Fideicomiso de Promoción Turística de la Riviera Maya, dirigido por Darío Flota, junto con el músico Fernando Toussaint como director artístico, y la compañía LAP Entertainment al frente de la producción técnica, hicieron posible que el Festival de Jazz de la Riviera Maya se convierta en una experiencia inolvidable tanto para los artistas como para el público asistente, que asegura a la región una intensa actividad turística.
Escenario de una década
Para Antonio Méndez, jefe de producción y director de LAP Entertainment, cada edición del festival se convierte en un reto. Hace cinco años, a su socio Raymundo González y a él les fue asignada la desafiante labor de realizar la producción del evento, tarea que adoptaron con gran compromiso y para la cual se rodearon de un equipo de profesionales que han hecho una impecable colaboración.
“El Festival de Jazz de la Riviera Maya comenzó como un proyecto de un grupo de amigos, algo muy íntimo, pero al ver que la gente pedía más y más, se pensó en ampliarlo. El Fideicomiso de Promoción Turística de la Riviera Maya y la oficina de producción, a cargo del maestro Fernando Toussaint, tomaron el reto, pero la misma magnitud del evento rebasaba la logística, así que se dieron a la tarea de buscar a personas externas y así tuvimos el privilegio de que nos eligieran a nosotros”, cuenta Antonio.
Arropados por la experiencia y el profesionalismo de Néstor Bello como jefe de escenario; Salvador Castañeda y Óscar Gamas, fundadores de la empresa consultora de audio Sonotribe y quienes fungieron como encargado de sala y diseñador del sistema previo al festival, respectivamente; Álvaro Acosta, encargado de monitores; y Javier Jasso “Kitto”, en el diseño de iluminación, Antonio y Raymundo han logrado imprimir una calidad irrefutable al festival.
Antonio Méndez también ha apostado por hacer mancuerna con los mismos proveedores con los que ha trabajado desde años: la empresa Martín Ríos en la estructura y los soportes, Música Moderna en audio y video, Backline en ese mismo rubro y ML Peninsular, de Yucatán, en el suministro de plantas de energía eléctrica. “Cada año el desafío ha sido agregar algo que marque la diferencia de la edición anterior del festival. En 2008 introdujimos pantallas de video, y luego, en este 2012 crecimos el escenario para festejar el décimo aniversario del festival”, explica el director de LAP.
“En 2011 teníamos un escenario de diez y 12 metros en las torres del P.A, mientras que en 2012 tuvimos uno 12 y 15 metros ahí mismo. El crecimiento del escenario también obedeció al hecho de implementar pantallas de videoproyección para hacer un mapping trasero, todo el backdrop (fondo) estuvo vestido de blanco para que todo fungiera como una sola pantalla de alta resolución”.
Antonio también destaca que, en coordinación con Meyer Sound México, a través de Antonio Zacarías y Óscar Barrientos, se midieron todos los altavoces de la marca en bodega, lo cual permitió que cada uno fuera revisada por número de serie con respuesta de frecuencia. “Óscar Barrientos en México se encargó de medir todas las cajas; les hizo un esquema, un historial con número de serie. Tenemos gráficas que muestran que todas estaban con una respuesta de frecuencia muy buena antes de salir de México y llegando acá tuvimos a Mauricio “Magu” Ramírez como apoyo. Entre él y Óscar Gamas de Sonotribe se dieron a la tarea de revisar aquí otra vez todos los gabinetes y subwoofers con Smaart, así como los más de 150 cables, para que cuando se hiciera el colgado nada fallara”, recuerda Antonio. La presencia de Magú en México fue muy valorada por el personal de audio en esta producción, ya que este mexicano es orgullo nacional al haberse convertido en el jefe de entrenamiento de Meyer Sound a nivel internacional, por lo que lo mismo se le puede encontrar impartiendo seminarios y talleres en el continente americano que en Europa y Asia.
Con respecto al video, el jefe de producción comenta que, además de las pantallas laterales de LEDs, para esta décima edición del festival estrenaron una pantalla trasera más ligera y con mayor resolución. Además, se usaron dos proyectores Barco de 18 mil lumens colocados a seis metros de altura detrás de la sala, para crear una pantalla trasera que dio un enfoque distinto.
Otra cosa que destacó en la edición 2012 del mencionado festival fue la idea que en conjunto tuvieron con la empresa Martín Ríos para diseñar una pasarela con acceso directo a los trailers a fin de ganar tiempo en el montaje y desmontaje.
El audio para la síncopa
Nestor Bello comenta que como cada año, en el Festival de Jazz de la Riviera Maya se trabajó, además de Meyer Sound, con las consolas PM5D de Yamaha (en sala y monitores), y Avid Venue D-Show. La microfonía fue Shure en su mayoría, pero este año hubo excepciones al trabajar también con la marca danesa DPA y los sistemas de monitoreo G3 de Sennheiser.
Por su parte, Álvaro Acosta, encargado por segundo año de monitores en el festival, refiere que en esta edición la única agrupación en llevar su propio ingeniero de monitores fue Level 42. “En ese caso, les ofrecí una asesoría en cuanto al equipo, a fin de facilitarles algunas cosas y ganar tiempo”.
Para la presentación del Wayne Shorter Quartet, el piano contó con una mezcla estéreo donde se separó la sección de graves, medios y agudos. Se utilizó microfonía DPA para piano, sax, bombo y contrabajo.
Óscar Gamas, responsable del diseño de sistema previo al festival, destaca que una de las características que diferenció a la edición 2012 de las anteriores fue el uso de una mayor altura para el P.A, un mayor número de cajas para tener una mejor cobertura y sobre todo, tener más rango dinámico y presión sonora (SPL). “En este caso, un mayor número de altavoces permitió mejorar el rango dinámico al finalizar la ecualización del sistema y corregir su comportamiento en el sitio. Level 42, por ejemplo, llevó la mezcla a un nivel de SPL muy alto, y la exigencia requerida resultó mejor con esta cantidad de P.A y la ecualización dedicada en diferentes divisiones del sistema”, refiere. Óscar también recalca el hecho de que la altura del escenario fuera mayor: “eso nos ayudó para subir un poco el P.A. y redistribuir la energía hacia la audiencia, es decir, al ganar esa altura, se hace más uniforme de la parte trasera de la zona de cobertura hasta la parte frontal”.
Salvador Castañeda, fundador de sonotribe y reconocido profesional que realiza constantes actividades de capacitación en México y Latinoamerica, encargado de sala del festival, explica que desde hace cinco años que inició su colaboración en el festival, el sistema sonoro se ha convertido en algo casi intocable. “Lo digo en el buen sentido, por supuesto que estoy abierto a quien quiera hacer algún cambio, pero Óscar Gamas deja el P.A. al gusto de lo que yo y el resto de los ingenieros requieren”. El equipo utilizado estuvo integrado por 15 altavoces por lado (14 MILO 90 más un MILO 120 como downfill). Los subwoofers fueron 700HP en configuración cardiode en línea, más un arco frente al escenario. Finalmente, para el control del sistema se utilizó un procesador Meyer Sound Galileo 616. En tanto, la alineación fue realizada con el software Smaart v7.4 y para la mezcla, Salvador Castañeda utilizó Avid Venue, con la que también es posible grabar el show.
Luces en el mar
Javier Jasso “Kitto”, encargado del diseño de iluminación en el Festival de Jazz de la Riviera Maya, trabajó con casi todas las bandas invitadas, a excepción de Nortec y Level 42, quienes llevaron a su propio ingeniero de luces. “Traté de combinar lo que tocaba la banda con el video. Ahora trajimos video mapping, técnica para proyectar imágenes sobre superficies reales y conseguir efectos de movimiento o 3D. Proyectamos detrás del escenario, jugando también con la pantalla de LEDs que tuvimos al centro, lo cual marcó la diferencia de esta edición a las anteriores”.
En esta ocasión, los elementos empleados por Kitto, que para el festival usó una consola Wholehog III, fueron: 14 luminarias Vari-Lite VL3000 Spot, 12 Vari-Lite VL3500 Spot, ocho Martin Professional MAC 101 y ocho minibrutos. “Estos últimos”, explica Kitto, “hacen que la luz produzca un ambiente más cálido”.
Finalmente, Antonio Méndez dice que lo más importante es nunca perder de vista que aunque la tecnología es un elemento fundamental en un espectáculo, el ser humano siempre estará detrás de éste. “La tecnología sin el talento musical música no tiene sentido”, concluye para despedir el décimo Festival de Jazz de la Riviera Maya, al que auguramos muchas ediciones más.
Redacción: Natalia Cano