Identidad sónica

Parte II

Por Raúl de Jesús Bustos Castañeda*

En nuestro artículo anterior platicábamos acerca de la identidad y la neurociencia y cómo es que el cerebro reconoce patrones de muchas naturalezas para poder identificar algo en particular. Tocábamos algunos puntos de la vida cotidiana y aterrizábamos los conceptos a la parte auditiva musical. En esta segunda parte detallaremos algunos aspectos en concreto y la importancia de la identidad sonora en la producción musical.

En términos de identidad y neurociencia, podemos mencionar decenas de ejemplos acerca de esto; podemos platicar acerca de los patrones fisiológicos de un rostro y cómo la mente hace un registro exhaustivo y detallado en la región de baja demanda de cada persona a la que conocemos; también vendrían a colación las siluetas y complexiones de las personas, donde nuestra mente realiza un registro tal que de espaldas podemos saber qué persona es; podríamos englobar otros sentidos con los que conectamos con el mundo y hablar de términos de identidad, como la gastronomía y cómo cierto platillo nos transporta a un país o a una cultura.

En fin, hay muchos documentos serios que abordan el tema de la identidad y las neurociencias y en esta segunda parte trataremos de tocar, desde mi perspectiva, los elementos de identidad que puede tener la música. 

Hay muchos documentos serios que abordan el tema de la identidad y las neurociencias y en esta ocasión tocaremos los elementos de identidad que la música puede tener.

Funcionalidad e identidad

Podríamos definir que la funcionalidad son los aspectos que se cubren con un objetivo en particular; es decir, cuando algún elemento en la producción está cumpliendo un papel estructural o básico. Por ejemplo, la batería en una canción en la mayoría de los casos está llevando la base rítmica y de tiempo de la canción; esto es un aspecto funcional que si no está bien planteado, hace que se pierda la interpretación del movimiento en el tema.

Hablando de identidad y funcionalidad en los patrones rítmicos de una pieza, sería fácil y rápido pensar en el groove. Podríamos explicar en términos de identidad cómo esos patrones de variaciones intencionales en la secuencia de los tiempos de una ejecución identifica un estilo, a un género, un músico y demás. Me atrevo a decir que más el 90 por ciento de personas que escuchan música pueden identificar e incluso ya esperan estas diferencias, como el sabor de un buen tumbado en el piano en la salsa, el feeling de un baterista en el blues o las pequeñas variaciones de tiempo deseables en el rock cuando una banda impregna emociones al tocar un poco más rápido y fuerte en cierta parte de la canción.

Estética e identidad

Son fascinantes los conceptos de belleza y estética, y cómo presentan variaciones dependiendo de las diferentes culturas musicales de las que estemos hablando. El concepto de buen gusto y generar identidad a partir de esto en una pieza depende del entorno y los lineamientos no escritos que se tengan. 

Hablemos del bombo. ¿Cómo sería tímbricamente un bombo hermoso? Estarán de acuerdo conmigo en que primero tenemos que plantear el entorno y el contexto; si hablamos del rock buscaremos un bombo grande, donde lo primordial es la región grave alrededor de los 60 Hz y el ataque, que en términos generales lo podemos definir entre 3 y 6 KHz, dependiendo de múltiples variables, como el tipo de parche o la forma en que le pega al baterista. Es más, podríamos hablar de grabaciones emblemáticas; si hacemos audio en vivo o en estudio seguramente conoceremos la identidad sonora del bombo del disco “Metallica” de dicha banda, un referente obligado para este género.

Por otro lado, en géneros como el regional, la tendencia en bandas como el grupo Frontera tiene al bombo casi en primer plano con una carga energética muy importante en la región de alta frecuencia. Últimamente me sorprendió mucho que al escuchar estos géneros a un nivel bajo o de lejos por la calle, lo primero que se escucha es la voz y el ataque del bombo. Esto se ha vuelto un sello de estética de este género o de este grupo, al menos.

El cerebro humano, a través de atributos particulares de algún elemento, puede darle significado de identidad y posteriormente interpretarlo en cuestión de milisegundos para diferentes fines.

Aparentes no deseables e identidad

Me parece fascinante que el ser humano a veces le da significado a características que en ciertos escenarios serían no deseables, como el caso del sonido tan característico del vinil, que muchos de nosotros amamos. Es difícil describir la emoción que genera los brincos de la aguja sobre el acetato en nuestro disco preferido y la idea de que es un proceso completamente análogo. Pero si lo vemos fríamente, esos brincos de la aguja generan una señal que no pertenece a la grabación y podríamos catalogar como ruido, pero que en realidad es el sello emblemático de una forma de escuchar música lo que nos remonta a la historia de cómo funcionó la industria por décadas.

Hablemos también de la distorsión armónica, el cambio tímbrico y de identidad que tiene una guitarra al pasar la señal a través de los bulbos de cierto amplificador; es un aspecto tan importante de la identidad sonora de ese músico y del género, que en su gran mayoría hemos tomado la decisión de microfonear la bocina de ese amplificador. Hablar de esto me remonta a mis clases de Ingeniería en el Instituto Politécnico Nacional, donde será difícil olvidar cuando uno de mis maestros nos explicaba el bulbo y sus partes, y cómo era un sistema de amplificación obsoleto por los parásitos que presentaba, esto al menos hablando en el entorno de las telecomunicaciones.

Conclusión

Qué increíble es el cerebro humano, que a través de atributos particulares de algún elemento puede darle significado de identidad y posteriormente interpretarlo en cuestión de milisegundos para posteriormente utilizarlo con diferentes fines, que para mi gusto el más grande de ellos es: mover emociones.

*Es Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica por el IPN. Cuenta con dos diplomados en Neurociencias y educación y Neurociencias para mandos medios, por el Instituto INECO-U. Ha sido docente por más de 12 años en instituciones como SAE Institute y Rec Música y es CEO y director académico en Sonic Ear Training Institute: soniceartraining.com.

Contacto: raul.bustos@soniceartraining.com