Fue la segunda edición del festival, ahora en el Parque Viva en La Guácima de Alajuela en Costa Rica. Grito Latino Fest recreó una experiencia musical de cuatro pistas que durante dos días presentó a más de cuarenta exponentes del rock y lo alternativo latinoamericano: Zoé, Aterciopelados, Ghandi, Los Cafres, Superlitio, Alkaman, Rawayana, Telebit, Juana la rodillona, Residente, Café Tacvba y Molotov, entre muchos. Su concepto implica una red de alianzas con marcas, compañías y gobierno que gozan de exposición durante todo el año, a razón de shows que también convoca Luis Arias, productor del evento, y quien así precisa su evolución.
Una plataforma artística
Desde su agencia de publicidad y con la experiencia de haber realizado en 2006 su primer concierto, llevando a Maldita Vecindad al público tico, Luis atendió la inquietud de involucrarse en la producción de conciertos con la misión de generar una vía que diera a conocer el talento costarricense en la región. “Desde chico tuve cierto acercamiento con varios sectores de la música, desde iglesias hasta estudios de grabación y también toqué con algunas bandas. Luego me dediqué a la publicidad, tengo mi agencia y es ésta la que nos permite mover cosas para conseguir recursos”.
“Tenía la pregunta de cómo se hace para exportar la música de mi país y luego de colaborar con un grupo de baile coreográfico con el que pude hacer giras en Guatemala, Nicaragua y México, quise aplicar el modelo a la música, pero me di cuenta de que es algo muy diferente, así que me vi en la posibilidad de traer artistas internacionales y hacer que las bandas de acá fueran sus abridores; eso nos dio un espacio para la vinculación y difusión del contenido costarricense y así nació la plataforma Grito Latino, con la que hemos hecho cerca de cuarenta shows”.
El acierto fue ratificado desde la iniciativa pública y privada: “La Ministra de Cultura vio en mi perfil no sólo un management, sino un gestor comercial que buscaba difusión de las bandas que tenía y usaba los recursos de la agencia para grabarles videos, discos y demás, al tiempo que sumaba la alianza de las marcas de consumo que conocía. Eso me dio un papel diferenciador respecto a la forma en que se gestionaba los shows en Costa Rica. Luego fui a Circulart en Colombia, aprendí cómo operaban estos circuitos de vinculación y conocí a Salvador Toache (de Intolerancia), quien ahora es mi socio, y empezamos a crecer este proyecto”.
“Grito Latino es una plataforma de difusión del talento costarricense”.
Beneficio integral
Al concluir la primera edición del Grito Latino Fest, se enfatizó su propósito de no ser un encuentro sólo para quien gusta del rock:
“Acá encontrarán bandas de roots, ska, reggae y cualquier tipo de música latina. Es importante para nosotros romper ese paradigma, aprovechar todo lo que pasa en el medio y tomarlo como pretexto para que las marcas se interesaran por un paquete de shows que incluía a Los Amigos Invisibles, Gondwana y Grito Latino Fest. Con eso obtuvimos más recursos para la segunda edición”.
“Por eso hablo de plataforma y enfatizo el tema de desarrollo a nivel latinoamericano para quienes participen. Grito Latino no es un festival al año, sino la celebración de todo lo que se hace. Tener todos los meses un show alimenta esa audiencia que está un poco en el olvido y le permite a las marcas una construcción constante y estable dentro de la industria en beneficio integral para todos”.
“Empezamos a trabajar con artistas anglo y la banda que me marcó cuando la llevé fue Aerosmith”.
Producir una experiencia musical
Tras tener su primera edición en las instalaciones del Tajo Parque Diversiones, también en San José, para la del 2019 se buscó armar el concepto de recorrer el festival y así asociarlo como experiencia, no sólo como un concierto: “Conozco y he asistido a P’al Norte, Vive Latino, Tecate Comuna, Coordenada y una de las principales características que pude observar de estos es que los festivales hay que caminarlos, no se trata de estar frente a una tarima sino gozar de todo lo que ocurre alrededor, y esas condiciones no podía tenerlas en Tajo además de los escenarios que consideraba para esta edición”, comparte Luis.
“Para esta edición, Parque Viva, también en San José, representó un reto porque es el mejor recinto del país y la verdad es que estamos muy contentos de haber conseguido esa experiencia integral. Además de los escenarios, juegos, oferta gastronómica, áreas VIP y suficientes sanitarios, una gran cantidad de baños para que la gente no hiciera filas, cuidamos toda la experiencia para que fuera gratificante”.
Técnicamente, la producción de cada escenario se dividió con los equipos de audio, video e iluminación de Cervecería Imperial (atienden los eventos masivos del país, cubriendo necesidades para ochenta o cien mil personas) y RSTV (responsables de la producción de Roger Waters, Iron Maiden, Metallica y la visita del Papa a Costa Rica).
“Yo tenía una compañía pequeña de alquiler de equipos y también conocía a directores de marca y empezamos a diversificarnos, así que por MySpace contacté a Maldita Vecindad y así fue como los llevé a Costa Rica”.
“En Costa Rica hay un crecimiento en la industria de la música y el espectáculo; tenemos eventos gratuitos como la Fiesta de Palmares que reúne a cien mil personas y eventos pagados de hasta cuarenta mil o menos, que ocurren en el Estadio Nacional u otros foros. Creo que hay una activación del mercado formal de la industria de la música a raíz de las acciones que hemos hecho y la exportación de talento. El reto ahora es la capacidad financiera de la audiencia, saber aprovechar que acá los públicos no son tan marcados y es posible reunir diversos estilos en un escenario”, reflexiona el productor.
El país tuvo una recesión económica que debió atenderse para brindar opciones y que la gente invirtiera en entretenimiento: compras anticipadas, créditos o cuotas mensuales, como relata Luis: “Por eso lanzamos la venta del festival en septiembre e hicimos muchas activaciones y promoción en medios, cubriendo la convocatoria para las marcas”.
Grito Latino Fest es otro buen ejemplo del entendimiento del entorno cultural, artístico y económico de lo latino para producir nuevos eventos. En la comprensión de esa activación creativa y financiera están las propuestas que prevalecen.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco