Festival Internacional Santa Lucía: las Artes a la Casa

Se trata de la jornada cultural más importante del estado norteño con talento de al menos 18 compañías con más de 400 artistas y que, en esta su edición número 13 y por efecto del confinamiento sanitario, debió realizarse a la distancia, en línea, generando más de 3 millones de impactos/vistas desde dispositivos vinculados a internet. Prácticamente mes y medio de actividades creadas por las principales instituciones promotoras del arte, el turismo y la cultura de Nuevo León.

Bajo el concepto “Las artes a tu casa”, se llevó el talento regio a 22 municipios con 46 shows en escenarios móviles, exposiciones y cine on line, además de un concurso de bandas Nuevo Talento, un espectáculo de drones y conciertos vía streaming destacando los del cierre del evento, con la Avanzada Regia Sinfónica. Los pormenores detrás de la logística, operación y desarrollo del evento lo da su equipo de producción, el cual ha colaborado en la realización por 12 años.

El arte nos cambia; la pandemia lo confirmó

Coordinados por Guillermo Duke y Lionel Sepúlveda, de la compañía Vulcano Producciones, el equipo de producción de esta treceava edición del festival ratificó su papel al ser invitado directo para coordinar la logística, operación y desarrollo técnico, que 2020 tuvo como premisa la virtualidad y bioseguridad para prevenir los contagios de covid-19. Marcado por la incertidumbre que dictó el confinamiento desde el segundo trimestre del año en el país, el equipo supo la decisión de realizarlo en línea a mediados de julio, lo que implicó un ajuste operativo sin precedentes que demandó paciencia, adaptación y conocimientos nuevos, como menciona Guillermo Duke:

“Cuando empezamos la preproducción, toda la información que nos habían proporcionado un año antes dejó de ser útil cuando arrancó la cuarentena. Todo cambió: nuestra oficina ha sido virtual y las juntas de planeación cambiaban incluso por hora durante el día; llegó a ser complicado porque no sabíamos exactamente cómo se realizarían las cosas y los permisos que nos daría el gobierno. Cada mes, las reglas cambiaban, ya fuera la idea de los recintos con autos, con corralitos, sólo streaming, presencial con cierto número de invitados, a la distancia. Hicimos mínimo 19 layouts y  fue cambiando hasta llegar a lo que fue: streaming, pero con un escenario para shows en vivo”.

“Fue un proceso largo, toda una aventura, porque originalmente serían ocho autoconciertos, entonces toda la planeación se hizo basada en ello, desde la búsqueda de locación, predicciones de audio y cotizaciones, y vimos que su costo era muy elevado aunado a que, al final, no tuvimos permiso de hacerlos. Después se planeó lo de los escenarios móviles, una camioneta adaptada con iluminación y audio donde se presentó talento local, artistas de diferente índole, desde música folclórica hasta pop, flamenco, ópera y más. A eso se le llamó ‘Las artes a tu casa’ y ocurrió todos los fines de semana”, continúa Guillermo.

Tres fueron los actos principales de esta edición del Festival Santa Lucía: un show de drones con láser, la gira con escenarios móviles Las artes a tu casa y los eventos del Parque Fundidora con las actuaciones del Ballet de Monterrey, Siddartha y La Avanzada Regia Sinfónica en la clausura. Para estos se concibieron tres escenarios diferentes y se estableció un nuevo modelo de operación con las exigencias de bioseguridad en cada área y actividad, que implicó tanto en el escenario como los camerinos, el house y las demás áreas de trabajo, como relata Gerardo Laviada, “Dober”, stage manager:

“Cuando llegó l a información de lo que haríamos, ya estaba bastante acomodado sobre lo que me tocaba; diría que mi tarea de stage manager fue sencilla y tranquila, porque entendimos todos (técnicos, músicos, personal) que debíamos acatar las medidas que las autoridades nos dieron. El recinto fue el mismo para los tres shows, nada más cambió el escenario a una especie de teatrino para el Ballet de Monterrey y las luces; después, con Siddharta, se trabajó con su propio layout. Ése día tuvimos abridores (los ganadores de Nuevo Talento Nuevo León) así que se alistaron los canales para ellos y sobre lo demás (backline, iluminación, audio) fue negociar con lo que teníamos”.  

 

“La adaptación importante fue atender los tiempos de desinfección del escenario, el uso de cubrebocas todo el tiempo y limpiar los equipos; esa parte se hizo cada dos horas, incluida la higienización de manos y cambio de caretas de los técnicos. Es de lo nuevo que nos tocó coordinar”.

Guillermo Duke
Lionel Sepúlveda
Gerardo Laviada, “Dober”
Óscar Quijada Elosegui
Luis Pérez, “Foker”

“Para el concierto de La Avanzada en el Parque Fundidora se adaptó un escenario en el Parque Acero de beisbol. La operación hasta cierto punto ya estaba casi concreta. El día de la clausura tuvimos algunos cambios, pero como equipo tenemos la ventaja de que hay una gran comunicación; casi todos estábamos al tanto de lo que ocurría y si alguien estaba en una función nueva por esto que nos da esta realidad, alguien podía cubrirlo o sugerirle cosas, porque debido a estos lineamientos de sanidad, se redujo la plantilla para mantener las distancias que se nos marcaron”, menciona Dober.

Po otra parte, el diseño sonoro en el recinto cubrió los requisitos solicitados por las bandas, como el sistema de monitoreo y un pequeño PA de referencia frente al house, como describe Óscar Quijada Elosegui, responsable de audio:

“Como era un ambiente más controlado, no presencial, se utilizaron monitores de campo cercano para tener una mejor referencia para la mezcla final del streaming. En este caso no usamos un PA con dimensiones estándar para un festival, pero las consolas y el sistema de monitoreo fue tal cual el que las bandas solicitaron, con el apoyo en la proveeduría de equipo de la compañía Troya e Integras (para el show de drones)”.

Respecto al diseño de iluminación, Luis Pérez, “Foker” se pensó en un match que cubriera las peticiones de los tres actos principales. Se programó todo desde casa y por ejemplo, con el diseñador de Siddharta, un día antes les mandé los últimos cambios y llegó listo. Para La Avanzada Regia lo hice yo, al igual que la programación de toda la apertura, que armó con time code y se ajusta con la música, se programaron las luces y el video y al dar play al track entró la consola con lo que se programó para hacer el show en automático y todo queda en sincronía.

“Usé bloques de lámparas móviles Vari-Lite, además de Mythos, Sharpys, Martin MAC101, Aura y la consola MA Lighting GrandMA2. Por el tema de video y las cámaras, debido a la transmisión para internet, pedí que me pusieran un monitor al lado de la consola de luces, para ver realmente qué es lo que estaba viendo y sucediendo en la pantalla, porque es muy diferente a cómo se ve en vivo. Así ajusté la temperatura de las caras, las intensidades y las tomas de lejos para que se viera el escenario completo. Se trató de ver el show y la pantalla en simultáneo”.

“Fue interesante programar desde casa, si bien ya lo hacía hace tiempo, ahora es una opción más real. Estábamos acostumbrados a programar en el show y a hacer cambios y demás, pero es posible hacerlo desde casa, con los visualizadores disponibles. Eso y lo que implica coordinarse con las cámaras, aprendí mucho sobre el manejo de la iluminación y convivir con éstas en el show. En ese sentido, se trabajó en conjunto con la gente de cámaras, pues eran proveedores contratados aparte por el festival para llevar a cabo la transmisión, así que juntos coordinamos la posición de las cámaras y el diseño de iluminación, para no quemarles los visuales o repercutir en las tomas que ellos tenían diseñados”.

El arte a la casa

Los escenarios móviles para llevar el concepto de “Las artes a tu casa”, fue una logística titánica que coordinó Gabriela Cabañas. “Nos encargamos de los conciertos móviles y también algunos shows de drones llevados a colonias de ocho municipios, donde se añadió pirotecnia eco friendly y se instaló un PA para distinguirlo porque, por más que quisieras, no podía llegar muy lejos y fue algo básico. Se visitaron 23 municipios, donde se adaptó una camioneta con escenario, iluminación y audio para los artistas, todo talento local”, menciona.

“Para mí fue complicado tomar dimensión de las exigencias de administración, logística y sanidad ya en el show: la sana distancia, que todo el catering estuviera empaquetado y desinfectar continuamente. Todo eso fue lo que más me presionaba. Los camerinos fue algo especial por las características y tipo de sanitización que hubo que contemplar”.

“La logística de los municipios también fue algo cambiante, los llamados en bodegas, el punto de reunión y de ahí salir a tramos de 4 horas de trayecto. Lo importante es que todos llegaran bien, desde el montaje de la camioneta, al show, desmontar y de regreso. Que la gente acatara las reglas fue clave, porque además teníamos la presión de que éramos modelo para evaluar si se podía replicar esta producción en otras”.

La Avanzada Regia Sinfónico

El concierto en su versión sinfónica con integrantes de las bandas de El Gran Silencio, así como Chetes, Jonás (Plastilina Mosh), Pato Machete, Gil Cerezo y Omar Góngora (Kinky) y Jumbo, que dieron forma al movimiento musical regio, fue el cierre del Festival Santa Lucía, que ha marcado la pauta sobre nuevos protocolos y modelos para realizar la actividad de entretenimiento en tiempos de pandemia en nuestro país.

Conocedor del proyecto La Avanzada Regia Sinfónico desde 2018, cuando Alex Cervantes —director musical— lo invitó a formar parte del staff de producción para el concierto en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México, Martín Villegas fue el productor del show, coordinando las tareas de Andrés Buitrago (stage manager), Manuel Garbini (audio en sala), Mike Tapia (audio en monitores) y Alfonso Fernández (visuales). “Lo primero tras la confirmación del show fue adecuarnos a los espacios y las dimensiones, porque los músicos de la orquesta no podían estar pegados. Lo interesante del proyecto es que para cada show se tiene que armar algo completamente diferente, ya que no siempre son las mismas orquestas. Esta ocasión se tuvo que amar una nueva con todos los elementos que se requerían. Cada show es un rider nuevo y para esta ocasión hubo que ajustarlo, ya que hubo más invitados”.

La labor sobre el escenario que tuvo Andrés se enfocó en estar atento a la microfonía, las conexiones, los sistemas de in ears, el armado y cambios en el set list y el desempeño de la radiofrecuencia junto con un técnico asignado por Troya, la empresa proveedora de los equipos. “Ahora el orden es más importante todavía, empezando por el hecho de que los músicos debían estar separados, lo que se convirtió en algo esencial de cómo entregar cada cosa, así como el marcado de secciones y el cuidado para mantener limpios los equipos constantemente”.

De tal importancia será esto que Martín no duda en ponderar aún más el asunto: “Se solicitaron muchos kits de limpieza para audífonos, body packs, tener todo desinfectado: las cápsulas, los micrófonos de mano; si antes no se compartían los in ears ahora menos. Esa fue labor de Andrés y José Luis Castellanos. En otro tiempo, podrías contemplar tener gente extra limpiando, pero por el asunto de que no puede haber tantas personas, lo tiene que hacer el técnico. Dejamos uno checando la amplificación, otra persona llevaba los racks de inalámbricos y nosotros”. 

La alegría de volver a estar en un escenario, aun cuando se trataba de un evento para streaming, marcó el entusiasmo y disposición del crew, como contó Manuel Garbini: “Nunca había hecho algo así, estar en un escenario sin público. Tuvimos un pequeño PA, pero la mezcla fue para el streaming y es completamente diferente a lo que uno hace para un show en vivo, tuve unos monitores Neumann KH120 que la gente de Sennheiser me facilitó y que usé como referencia para mí. Usé una consola Yamaha PM10”.

“Cuando se mezcla para streaming, o las que yo he hecho, si la haces como si fuera un show normal, queda la voz muy despegada del resto de la música. La microfonía fue una mezcla de Sennheiser, Shure y AKG. En estos casos, la mezcla de voz y música está muy parecida, y para que la voz no quede despegada completamente, o si hay una imperfección en la ejecución del cantante y se nota demasiado, lo que hice fue esconder un poco más la voz en la música y todos los instrumentos que tenemos, sobre todo porque es un concierto sinfónico con la Avanzada Regia, que es rock. Tuvimos batería, bajo, guitarra eléctrica y luego 20 violines, chelos, contrabajo y fagot; todo lo que tiene una orquesta sinfónica. Éste es un proyecto en el que hay cantantes o músicos invitados y el show se tiene que adaptar a todo”, continúa Manuel.

Gabriela Cabañas
Martín Villegas
Andrés Buitrago
Manuel Garbini
Mike Tapia

En monitores, Mike Tapia comenta: “Tuvimos 14 mezclas estéreo, más side-fill y en realidad acabé en 32 salidas de la consola. Como decía Martín, llegan invitados que no estaban contemplados y bueno, pones lo que tienes y llevé la mesa al máximo de sus conexiones. Fue algo muy entretenido, me divertí, da una emoción enorme volver a un escenario montado. Con Jumbo hice una gira en Estados Unidos, ubico a los demás claro, y esta parte de la mezcla, como dice Manuel, de tener a la sinfónica con una banda de rock, te lleva a lugares muy interesantes, porque tienen que sobresalir de repente las cuerdas y más, pero debe sonar también a banda de rock. Lo que hice fue ir distribuyendo en mi mente y sentir el show. Tuvimos cajas d&b audiotechnik M4 al frente, side-fill con J Sub, uno más en la batería y de ahí todo fueron in ears Shure PSM1000 para cada integrante. La consola fue una Digico SD10”.

En materia visual, Alfonso Fernández indicó como clave la coordinación entre iluminación, cámaras y visuales: “Mi frente fue muy parecido a cualquier otro show, la magia fue coordinarse entre equipos y lograr una dinámica que funcione. No es fácil dirigir nueve cámaras, que eran las que estaban, tenerlas en el color correcto y la iluminación adecuada, porque se usaron distintos tipos de cámaras, un dolly, una grúa, un dron, todas esas cámaras y sus formatos implican cosas que se pueden complicar. Solía pasar que esas tomas eran las de los circuitos cerrados para poner en las pantallas a los costados del escenario y el cuidado fue total, porque la gente lo vio desde casa”.

“En cuestión visual de show, básicamente acompañé como un fondo a lo que estaba pasando para que los músicos tuvieran un punto de distinción, pero con clips en medio de las canciones; debíamos tener cuidado, porque fue en vivo y había que reaccionar a alguna eventualidad”.

Logísticamente también se debió contemplar la optimización de tiempos y eficiencia: “Llegué un día antes y me fui con los chicos de Troya para cablear, acomodar risers y que cuando llegaran los músicos y el resto del staff el domingo, fuéramos eficientes, porque tuvimos menos tiempo para hacer montaje, linecheck, soundcheck y demás pruebas. Cuando llegaron estaba todo jalando y sólo se atendieron detalles y pusimos a punto sus escenas”. 

Listos para la nueva normalidad

La convergencia entre shows presenciales y con streaming llegó para quedarse. Lo importante es establecer prácticas y modelos donde la bioseguridad se garantice, con el apoyo de todos los implicados en las producciones y el talento, como mencionan los involucrados en la realización del Festival Santa Lucía:

“Las ventajas de esto es que se abre una opción más para los empresarios, porque obviamente lo que queremos es ir al concierto y seguir haciendo lo presencial, pero ahora será diferente. La opción de que yo esté en otro país y pueda tener el concierto en vivo vía streaming es muy atractiva y hay que lograr monetizarlo adecuadamente porque en esta modalidad, la asistencia no será del cien por ciento, que también la parte artística atienda que deben replantear sus honorarios y toda la cadena que implica haya buena retribución para todos. Aprendimos a trabajar virtualmente para poder hacer las cosas. La gran experiencia que me deja esto es que es un gran equipo de trabajo y que sin él no se hubiera podido hacer el festival”, reflexiona Lionel Sepúlveda.

“El streaming ya existía, algunas bandas y festivales lo tenían ya como una oferta. Pienso que ahora será más popular, pero también que no pasará mucho para volver al formato tradicional presencial de festivales y eventos, que la situación mundial de salud avanzará rápido para permitirnos regresar con el cuidado de asistencia. Me gustó ver de nuevo a mis compañeros haciendo lo que mejor sabemos hacer y bajo estas condiciones de adaptarnos. Debemos aprender a mantener la distancia laboral y hacer lo que más nos gusta y bien”, apunta Óscar Elosegui.

“Desde que me informaron de la posibilidad de volver estuve recabando información sobre las investigaciones en punta para regresar a hacer shows. A preguntar e indagar con gente de nuestro entorno en materia de salud y protección civil para que nos dieran recomendaciones. Esa tarea ha sido de aprendizaje y no debemos dejar de hacerla, de mirar cómo se están haciendo las cosas en otras partes del mundo”, observa “Dober”.

“Me quedo con el hecho de haber trabajado en lo que me gusta hacer; de valorar lo que hacemos y darnos cuenta de que somos privilegiados de hacer lo que uno le gusta. Eso para mí fue la lección más grande: Valorar y agradecer”, señala Manuel Garbini.

“El aprendizaje de lo que implicará ahora nuestro trabajo, lo disciplinado que debemos ser con la higiene y la sanidad. Lo emocionante de regresar a nuestro trabajo y valorar lo padre que es.  Siento ansiedad por encontrar la forma de funcionar y poder trabajar sin correr tantos riesgos”, apunta Alfonso Fernández .

“Hay que empezar a ver qué va a pasar con el manejo en el escenario. Atender que todo será muy controlado y que eso no limita la emoción de ver a un grupo en vivo de nuevo. Esto ha servido para poner los pies en la tierra y tener más conciencia”, expone Andrés Buitrago.

“Lo que me llevo de este show es un momento de mucha felicidad y esperanza. Sabemos que todavía falta, pero está avanzando. En algún momento nos vamos a quedar con el recuerdo de cuando estábamos encerrados y la pasamos muy mal. Así lo veo, trato de ser positivo. Para mí ha sido muy doloroso perder gente que ha estado con nosotros trabajando, pero hay que seguir adelante y les agradezco a todos eso, el agradecimiento de haber estado con ellos también”, señala Mike Tapia.

“Después de tanto tiempo sin hacer un concierto fue muy raro no poder saludar a todos tus colegas, tener estas condiciones de higiene y bioseguridad es algo que estoy seguro que ya, aunque disminuya  la pandemia o cambie el semáforo, se va a tener que quedar. Los streamings son para mí una experiencia más para la gente, pero ver a un grupo en vivo, eso jamás se igualará”, acota Martín Villegas.

“La tremenda responsabilidad de saber que fuiste condicionado por la Secretaría de Salud del Estado respecto a que íbamos a ser un precedente y que con base en lo que pasara con nuestro evento, iba a empezarse a revisar la reapertura nos puso con una responsabilidad enorme. Lo teníamos muy presente y fue algo que debemos mantener en todo el país para que esto vaya reactivándose. Pude constatar cuánto extrañamos nuestro labor, que fue una experiencia nueva hacerlo en esta nueva normalidad y sus reglas, que se van a quedar por mucho tiempo. Nos tenemos que acostumbrar; de ahora en adelante valorar nuevamente nuestro trabajo y darnos cuenta de lo sensacional y mágico que es porque lo extrañamos con toda el alma”, concluye Guillermo Duke.

Ese es el compromiso: poner de nuestra parte y corresponder al esfuerzo, la disciplina, prácticas y modelos que en nuestro propio país se están armando para ofrecer entretenimiento en la nueva normalidad. Es posible.

Entrevistas: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco