El lanzamiento del tercer disco de la cantautora guatemalteca Fabiola Roudha fue un trabajo destacado de co-producción latina con la batuta de la intérprete, junto a Franc Castillejos y David Suáres, además de José Villagrán y El Suago sumándose en los arreglos, y la participación de JP Berreondo en la mezcla y masterización.
El álbum tiene como hilo conductor el soul, con variantes neo soul, R&B, pop, balada y hasta toques experimentales y psicodélicos; una evolución sonora que describe así Fabiola: “Desde pequeña, la música que me llamó la atención era el soul, el R&B y el rock progresivo que escuchaba mi papá. Los había dejado de lado por influencia del concurso televisivo en el que participé, pero luego retomé ese camino en 2015, me senté a componer y salió mi primer disco, “Más allá” en 2018; fue mi primera prueba de un material ya completo con esos géneros, que pude promocionar en varios lugares”.
“En 2020 compuse alrededor de 20 canciones, todas en género R&B, neo soul y experimental, porque también me encanta lo psicodélico como Pink Floyd y quise grabar con eso el disco que siempre me había imaginado. Busqué productores y encontré a estos dos chicos talentosísimos de Guatemala, Franc Castillejos y David Suáres, y lo trabajamos muy orgánico, con toda mi banda de músicos grabando juntos desde la primera canción hasta la última. Mi relación con ellos fue muy buena. Entre los tres nos sentamos, escuchamos las maquetas de las canciones que tenía con la guitarra y el teclado y les decía cómo quería que sonaran el bajo, la batería; luego armamos los arreglos”.
Grabado en el estudio Análogo-Digital, los músicos que participaron fueron: Maynor André (guitarra eléctrica), José Villagrán (trombón), Julio Oliva (trompeta), El Suago y David Chinchía (baterías), Jao Medina y Luis Pedro (bajo), con los teclados y la voz por Fabiola.
“El estudio donde grabamos me gusta mucho porque es muy íntimo, está en una montaña. Usamos todo su equipo vintage: pianos, batería y amplificadores de bajo de los setenta. Tenían pianos de pared con un sonido bien profundo y le quedó increíble para temas como “Tal vez debas perderme”, que sólo es piano y voz, y jugamos con muchos delays y el sonido que genera el piano cuando levantas la tecla. Grabé un Korg Kross de 61 teclas que tiene todos estos sonidos Led Zeppelin y fue más fácil modularlos un poco más y meterlos dentro de este álbum, además de un piano eléctrico que era como un Rhodes, pero actual”, detalla la cantante.
El trabajo de mezcla y masterización lo realizó JP Berreondo, quien radica en Los Ángeles, y que ha sido nominado al Grammy. Así fue la dinámica con él: “Fue increíble, porque antes de sacar el disco completo tuvimos cada single y le compartí las mezclas que me inspiraban ciertas canciones, para detallar cómo quería escuchar el bajo y mi voz. Le mandé referencias de todo y con eso trabajó. Lo mismo cuando ya se hizo el mastering, ya estaba el sonido que queríamos”.
La ruta de promoción para “Un Viaje en Espiral”, además de México, enlista Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá y Colombia.
Entrevista: Nizarindani Sopeña /Redacción: Marisol Pacheco