Explorando “Semblanzas”, charla con William Maestre

Por Jairo Guerrero* 

Las luces de la gran pantalla se iluminaron en Sevilla y una voz hizo el anuncio: “Y los nominados al Mejor Álbum de Jazz Latino/Jazz en los Latin Grammy son:

  • “Unánime”, de Roxana Amed
  • “Flying Chicken”, de Hamilton De Holanda con Thiago Rabello & Salomão Soares
  • “Bembé”, de Iván “Melon” Lewis & The Cuban Swing Express
  • “Semblanzas”, de William Maestre Big Band
  • “I Missed You Too!” de Chucho Valdés & Paquito D’Rivera

Aunque el ganador del Latin Grammy 2023 en esta categoría fue Chucho Valdés & Paquito D’Rivera, mi favorito personal fue William Maestre y su Big Band, con el disco “Semblanzas”. Un álbum que no sólo habla desde el idioma del jazz latino con sus breves relatos de un país que suena a pacífico, Atlántico y tambores, sino que también refleja la vida de William; es su semblanza y el testimonio musical que cuenta en canciones todo un lapso íntimo de su vida, en épocas de pandemia, resguardo y reinvención de su espacio propio.

Tuve la oportunidad de hablar hace poco con este gran pianista, músico y compositor colombiano en una entrevista muy especial que me concedió, y fue enriquecedor, íntimo y maravilloso poder intercambiar anécdotas musicales y de vida con un maestro de la música que a sus sesenta años sigue enamorado de la sonoridad y del jazz, como cuando lo conoció y lo abrazó hace tantas décadas.

William Maestre o “Willy”, como le dicen sus allegados, es maestro de música en la Universidad El Bosque Bogotá, un pianista muy versátil, y gracias a su creatividad, ingenio y el apoyo de la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad El Bosque, materializó en un disco llamado “Semblanzas” toda esa música que traía en su cabeza y su corazón. Era su primera vez en los Grammy y con seguridad, “no la última”.

Semblanzas’ describe el instante en el que comencé a poner las manos en el piano para comenzar a detonar ideas, y todo se remite a la época de covid, con una situación compleja en casa”.

Su relación profunda con la música y su humildad en el proceso de interpretarla, crearla, escribirla y compartirla, le han dado cientos de bendiciones en las últimas décadas, y sin duda, una de las más luminosas ha llegado con la reciente nominación que obtuvo de su álbum “Semblanzas” en los premios Latin Grammy de Sevilla 2023, posicionando así su trabajo y el de todos los involucrados, como uno de los cinco mejores de jazz latino en el mundo.

A diferencia del promedio de los oídos colombianos, que crecieron escuchando los boleros, porros, la música tropical de antaño, el vallenato y una que otra cumbia, William Maestre desvirgó su joven oído con el sonido de las grandes bandas de hot jazz, swing, be bop y en general el jazz de la primera mitad del siglo XX: “Era lo que se escuchaba en su casa gracias a mi padre”, comenta. De allí su pasión por el género y el punto de partida de esta entrevista:

¿Quién es William Maestre?

“Soy pianista, compositor y arreglista. Soy modelo 63 que inició estudiando piano lo más temprano que pude en mi vida, para tener el tiempo suficiente de desarrollar mi carrera de manera competitiva. Soy docente desde hace 25 años a la Universidad El Bosque de Bogotá, fui profesor de Francy Montalvo (Directora de Carrera de Quinta Ensamble U. Bosque) y de Javier Pérez Sandoval (Director en la Maestría de Músicas Colombianas en U. Bosque), con quienes ahora, después de ser mis alumnos, son mis jefes (risas…), mi equipo de trabajo, y con quienes estoy vinculado en este proyecto musical “Semblanzas”.

En un país que no necesariamente tiene una herencia del Jazz, ¿por qué decides abrazar este tipo de música y hacerla parte de tu esencia?

“Mi padre era de Santa Marta, una región al norte de Colombia donde se respira costeñismo puro, así que por ahí llegaron a mí las músicas tradicionales de esa zona, como la cumbia y el porro de los años treinta y cuarenta; en adición, mi padre tuvo la suerte de vivir la vida de ciudades estadounidenses de los años treinta y de ahí llegaron los sonidos de Duke Ellington, Stan Kenton y todas esas grandes bandas. Era la sensación sonora que había en mi casa, la que siempre me generó felicidad, olor de comida, calor de hogar. “El jazz era un renglón importante en casa”, resalta.

¿Qué te gusta del jazz?

“Aunque guardo en el corazón bandas como Jethro Tull, Black Sabbath o trabajos como “Viaje al Centro de la Tierra”, de Rick Wakeman, gracias a que mis amigos de aquellos años me mostraron esa música, mi mamá siempre me dijo que yo tenía un alma vieja, y es que siempre mostré una debilidad y una sensibilidad especial por el pianissimo del ragtime… la sensación armónica de poner un acorde grande para acompañar un bolero, o montar todo el intrincado enjambre sonoro de la Big Band para representar un bolero de Benny Moré, son cosas que me gustan. El sonido armónico del jazz no lo encontré en ninguna otra música”.

¿Qué buscas a través de la docencia y de la música?

“La enseñanza me sirve para lubricar la memoria de mis estudiantes, sacarlos de la inercia de la música irrelevante actual y mostrarles las posibilidades sonoras, la poderosa fuerza musical de las músicas latinoamericanas y la cultura musical tan vibrante de nuestras raíces, desde la música colonialista, toda la afrodescendencia, los tres octavos, tres cuartos, la música antillana, el bolero y demás. Mi canción “Herencia” del álbum “Semblanzas” tiene mucho de esto, y como músico, me interesa generar homenajes a quienes han sido detonantes e inspiradores en mi vida; la nostalgia, el amor, los recuerdos, la evocación… son temas lindos para trabajar”.

Lo más difícil fue que llegara la música escrita y a partir de ahí tener las partituras para comenzar tres semanas antes de la grabación a tratar de coordinar horarios para ensayos”.

Hablemos ahora del disco que nos trae a esta entrevista: “Semblanzas”. Este disco representa un hito para mí. Te voy a decir por qué… en la mente de los colombianos que desean estudiar y dedicar su vida a la música, están instituciones como el conservatorio de la Universidad Nacional, Los Andes, la Universidad EAFIT en Medellín, la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia en Medellín, La Javeriana de Bogotá, y curiosamente, estas instituciones, aunque seguramente han producido buenos músicos, no han logrado un reconocimiento como el que ha obtenido ahora la Universidad del Bosque al obtener gracias a tu disco una nominación al Grammy ¿Qué significa esto?

“Creo que es un referente y el ejemplo de que una institución puede lograr cosas importantes, y esto debe ser un motivador de que otras universidades pueden ser grandes productores de música. Al respecto, muchos estudiantes lo han dicho: ‘¡Profe, qué buen ejemplo!”.

Cómo fue el proceso para llegar a este disco?

“Todo partió de una maestría que hice en 2017. El contenido del disco realmente inició como parte de un proyecto de grado y de todo un proceso de investigación acerca del Sistema Sonoro del Caribe de Colombia. En esa época me acerqué a la vicerrectoría de investigaciones de la Universidad del Bosque, quien da auxilios en investigación, y logré el recurso para desarrollar todo el disco. En 2020 escribí la música y a partir de allí ha sido todo un viaje. Al final resultó que esta maestría daba un mundo de posibilidades para explorar sonoridades y el resultado fue “Semblanzas”.

¿Cómo es trabajar con 18 músicos? ¿Qué retos representa para ti y qué aprendizajes puedes destacar?

“Desde que me siento a escribir y hago el score, pienso en todos. Organizo primero la sección de vientos y la sección rítmica, pero siempre reconociendo las posibilidades y el talento de cada músico. Escribo la música pensando en mis músicos y en el virtuosismo de cada uno de ellos. Es un proceso abierto donde hay respeto hacia los integrantes y siempre estoy ansioso por escuchar sus propuestas de acuerdo a lo que compongo para ellos. Es un trabajo de integración continuo y tengo miembros que están conmigo desde que llegaron chiquitos como mis alumnos. Se trata de generosidad”.

“Cuando la banda comienza a sonar, me siento la persona más feliz del mundo”.

“Semblanzas” describe el instante en el que comencé a poner las manos en el piano para comenzar a detonar ideas, y todo se remite a la época de covid, con una situación compleja en casa. El disco me recuerda todo ese momento; fue cuando escribí la sonoridad y el acorde central de piano, que de alguna manera dio vida a todo el disco”.

Fueron tres días de grabación y sesiones de días completos durante varias semanas. Fue muy importante el oído de Mauricio Cano, el ingeniero de grabación, quien revisó minuciosamente cada pista, cada instrumento, el tratamiento de la señal”.

¿Qué fue lo más difícil de esta grabación?

“Lo más difícil fue que llegara la música escrita y a partir de ahí tener las partituras para comenzar tres semanas antes de la grabación a tratar de coordinar horarios para ensayos. “Horarios parciales”, porque coordinar a tanta gente es difícil. A veces la música no se trata de combinación de sonidos, sino combinación de horarios. 

“Lo otro difícil llegó el día de la grabación, con toda la paciencia de la que me tuve que armar, para esperar todo el tiempo que se toman los técnicos cableando, microfoneando y demás, esto aunado a que yo era director y pianista al mismo tiempo y si tocaba el piano no podía dirigir… y tuve que encontrar la manera de solucionarlo”.

¿De qué te sientes más orgulloso en este proceso, que recuerdas con alegría y emoción?

“El día que escuché la primera muestra de master, la primera vez que me paré frente a la banda en silencio para contarles del proyecto, el día que la universidad me aprobó el auxilio, el día que se inscribió el disco a los Grammy, la mañana que recibí la notificación de la nominación estando bajo la ducha (risas), recuerdo al respecto que estaba bañándome y de pronto mi pareja entró gritando al baño con el teléfono en la mano; era Francy (la directora de carrera de la universidad), para decirme: ‘Estamos nominados en los Latin Grammy”.

“Son tantos momentos que me dan orgullo, y todos llegan a mi mente al escuchar el disco. También está el tema ‘Manuela Dominga’, dedicado a mi abuela y que deja sentir el sabor del tambor negro del bullarengue y el Fender Rhodes.

¿Qué aprendizaje te quedó después de todo el proceso de este disco?

“Hay que ir detrás de los sueños. He sido un soñador y un imaginador toda la vida, y siempre he sentido y me he imaginado haciendo las cosas y he visto que da resultado. 

“Hay que ser testarudo. El aprendizaje es la constancia, la pasión y la vocación”.

¿Hubo algún truco especial o una anécdota que recuerdes en el proceso de grabación y mezcla?

“Fueron tres días de grabación y sesiones de días completos durante varias semanas. Fue muy importante el oído de Mauricio Cano, el ingeniero de grabación, quien revisó minuciosamente cada pista, cada instrumento, el tratamiento de la señal, la manera como entendía el concepto general del disco y de la música para darle a cada sonido su lugar; la manera como detectaba secretos de la partitura con sólo escuchar la pista”. 

“El proceso de grabación y mezcla fue un entrenamiento auditivo para mí”.

Por último, Willy: ¿“A quién de los nominados en la categoría le habrías dado el Grammy como mejor Álbum de Jazz Latino/Jazz?

“Todos merecen mi respeto. Yo hubiera dado un empate. Todos son fantásticos, y aunque definitivamente era el momento de homenajear a Chucho Valdés & Paquito D’Rivera por su trayectoria, me gusta mucho el trabajo de Melón. Me gusta mucho lo que hace y le habría dado el Grammy a él; me gusta su idiosincrasia sinfónica, la textura que logra con su música.

Escucha el disco “Semblanzas” de William Maestre Big Band en Spotify.

*Con más de 30 años de experiencia en el medio musical como Artista, Productor explorador sonoro, periodista, productor de programas de radio especializada, editor de revistas de música y DJ, Jairo Guerrero es considerado uno de los artistas de música electrónica más reconocidos de nuestro país. Su propuesta sonora abarca desde ritmos para la pista de baile, hasta ensambles como Techxturas Sonoras, que generan puentes entre la música electrónica y la literatura.

Es miembro de la Academia Latina de Grabación Latin Grammy además de haber sido nombrado mejor Productor y Dj de House en México por los DWMC Awards México y haber obtenido el primer lugar en el MXP4 de Ministry of Sound en Londres. Contacto: www.soyjairoguerrero.com