“La negociación entre artista, productor y sello, es musical. Hay reuniones donde nos sentamos y preguntamos: ¿a dónde va esta producción? ¿Cuál es tu visión? Así lo veo yo. Es una lluvia de ideas que debemos asentar antes de grabar, porque al final, lo que está en juego es la vida del artista. El productor, como tal, está trabajando para el artista y veo errado que simplemente, imponga su criterio”.
Productor, compositor y trompetista, Enzo Villaparedes ha producido a famosos artistas como Juan Gabriel y Joan Sebastian. Su más reciente trabajo como productor con Panteón Rococó, es un referente de la nueva música mexicana. Niño prodigio del clásico, Enzo aprendió a tocar a los seis años. A los doce, ya era el solista en la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Rinconada de Venezuela. Al año siguiente, audicionó para entrar a Desorden Público y de ahí, pasó a acompañar a Franco de Vita.
Residente en Los Ángeles desde 1994, Enzo Villaparedes formó parte de Earth, Wind & Fire y después, los produjo. Domina el piano y la consola y es musicalizador de gustadas series de televisión. Durante un descanso de las grabaciones del nuevo álbum de Panteón Rococó, nos reunimos con él, para saber más sobre sus esfuerzos.
Belleza y caos
“Mi entrada a Desorden Público fue curiosa”, reconoce Enzo; “tenía trece años. Salió su primer disco y como cualquier adolescente buscando música, lo compré y me pareció interesante el ska; un género nuevo para mí. A las dos semanas me llamó un amigo bajista y dijo que ellos estaban haciendo audiciones para trompetista y con todas las ganas, fui”.
Sus padres lo llevaron. “La audición era a las diez de la noche y yo era menor de edad”, Enzo recuerda; “entré al estudio, me pusieron una partitura, leí y dijeron que me llamarían. Cuatro días más adelante, me buscaron para decirme que les había gustado mucho la ejecución y que les encantaría que fuera parte de la banda”, sonríe; “entré y descubrí un universo de música”.
Precoz. “Desde que entré a Desorden (cuándo grabé mi primer disco), puse mucha atención en el trabajo de estudio. En este caso, con Gerry Weil, un tremendo productor, el hecho de organizar ideas, tener coherencia, la armonía, los acentos y cuadrar los ritmos me pareció fascinante”.
Madrugador
“En Desorden Público hacían bromas conmigo, porque era el primero en llegar”, comparte Enzo; “antes que el ingeniero, me ponía a revisar las consolas y grabábamos en cinta de dos pulgadas. Por supuesto, me quedaba cuando grababan bajo, guitarras y percusiones”, apunta; “igualmente, lo fui haciendo durante los demás discos del grupo y ya después con Juan Gabriel y Joan Sebastian”.
Productivo. “Hay dos cosas: una, el concepto musical que estás trabajando y la otra, ser músico”, destaca Enzo; “me he topado con productores que no son músicos. Algunos son muy buenos, tienen ideas, pero no las saben expresar musicalmente y dicen: tírame un acorde con una notita rara. Puede que uno (por experiencia) lo haga y digan que así está bien, pero no tienen conocimientos”.
Las fallas. “Otros tienen un home estudio en casa, se dicen productores y dan órdenes de cómo quieren sonar. Creo que están equivocados”, señala; “la formación musical y tener idea de lo que buscas, van de la mano para ser un gran productor”.
Manos y oídos
“He tenido la fortuna de trabajar con muchos ingenieros interesantes, quienes son músicos”, subraya Enzo; “ésta es la mancuerna perfecta, porque dices alguna cosa y saben a dónde dirigirse. En México me encantó trabajar con Sabás Sánchez¸ un excelente ingeniero que es uno de los mexicanos que tiene un Grammy norteamericano en Ingeniería, por un disco de Vicente Fernández”, revela; “también grabé con Franco Giordani: excelente ingeniero y ganador del Grammy“.
Sin errores. “Si hay una producción que no gusta, el artista desciende de popularidad”, comenta el músico y productor; “pero si el artista se siente cómodo, será una satisfacción para el productor y la disquera. Todo va de la mano y para tener éxito en este tipo de proyectos hay que hacer una reunión y aclarar los puntos”.
Seguir aprendiendo. “Muchos nos sentimos seguros en nuestra zona de confort y creo que es un error quedarse en ese nivel”, versa Enzo con razón; “actualmente, hay muchas propuestas que son enseñanzas para todos. Es importante prestarles atención y seguir escuchando”, insiste; “porque la educación es para siempre“.
Suertudo
“Tuve la fortuna de producir a Earth, Wind & Fire y a Juan Gabriel”, Enzo disfruta el momento; “en 2008, con Juan Gabriel hicimos 22 shows en el Auditorio Nacional, diario había un invitado y Panteón Rococó fue a tocar. Ahí nos conocimos”, resume; “cuando esta banda se estaba formando, tenían un casete grabado en 1995 y durante una gira que hicimos con Desorden Público vieron mi nombre en la sección de metales”.
Neo-Rococó. “Dos años después, el grupo me invitó a tocar en algunos shows en Estados Unidos y en México. Luego me dijeron que me querían como productor del disco de los veinte años y para mí fue un placer aceptar. Desde 2015 empezamos a escoger temas, tocar en vivo, trabajar arreglos y poner orden, porque los músicos sufrimos de una mala influencia: queremos tocar demás y tratamos de hacer que subiera de nivel”.
Valuador. “El trabajo de los productores de Panteón Rococó ha sido tremendo y me gustaría destacar a Chiquis Amaro, con quien he tenido la fortuna de trabajar”, describe Enzo Villaparedes; “es un excelente productor, ingeniero y parte del crecimiento de la banda. Ahora me tocó ser productor del disco del aniversario y desde entonces, el grupo ha marcado época. Actualmente, estamos grabando el que será un disco con propuesta, nuevos sonidos y otro nivel. El 2019 lo veo muy bien: con más enfoque y por supuesto, crecimiento musical”.
Con optimismo realista, Enzo ha desarrollado una exitosa carrera, tanto sobre el escenario como detrás del cristal, armado de dos secretos: la curiosidad y el esfuerzo.
Gigante latino.