El sonido del dolor articular a través de las notas

En el verano de 1994, en Los Angeles, California, me encontraba caminando cuesta arriba sobre North La Brea Avenue, muy lejos de llegar a mi objetivo en Sunset Boulevard. Sudaba profusamente, los zapatos y la corbata me apretaban, ya no aguantaba más el calor y me sentía con hambre; ese día duré más de tres horas bajo el sol buscando trabajo sin lograr resultado. Se me había acabado el dinero hace días y estaba desesperado, nervioso, frustrado y muy agitado.

Conciencia corporal

Llegué a un restaurante y pedí por el gerente, quien me explicó que no estaban contratando personal. Le dije que al menos me permitiera lavar los autos de sus clientes, que por favor me diera trabajo; le supliqué sin obtener resultado. Salí de ahí sintiéndome peor. Un vacío y una soledad profundas me invadieron y entonces pensé: “Esto que me está pasando algún día tendrá sentido”, y en ese mismo instante tuve una abrumante visión, experimenté una inmensidad de la cual caía sin control y al mismo tiempo, un incómodo sentimiento frente a una profunda y eterna nostalgia. De pronto, algo con suma fuerza me golpeó, no sé si por dentro o por fuera; era una fuerza descomunal que me sacudió todo el cuerpo y me llenó de un miedo indescriptible, me sentí aterrorizado y entonces supe de inmediato que algo terrible me acababa de suceder.

El guitarrista Keith Richards es un buen ejemplo de lo que implica tocar un instrumento musical y padecer una enfermedad reumática, la cual inflama y destruye a las articulaciones progresivamente. Es todo un reto vivir así. Keith padece artrosis u osteoartritis degenerativa (osteo: hueso, artrosis: daño, itis: inflamación), visible en las falanges distales de sus dedos; una de las más de doscientas Enfermedades Reumáticas (ER) (reuma: tejido, corriente o flujo; itis: inflamación). Las ER son desconocidas para algunas personas y poco divulgadas; sin embargo, son bastante padecidas en nuestra sociedad. Popularmente se piensa que son para viejos, pero es lamentable que tenemos niños desde los dos años que empiezan a presentar síntomas y a edad temprana ya tienen deformaciones importantes. Esto último se conoce como artritis idiopática juvenil (AIJ).

“I can’t remember how the middle bit goes, but the fingers are able to perform all the correct chords on their own”.

“No puedo recordar cómo va la síncopa, pero los dedos son capaces para tocar todos los acordes correctos por sí mismos”.

Keith Richards.

El sistema inmunológico genera “anticuerpos” para aliviar una enfermedad, de manera que en las ER hay una “alteración” del sistema inmunológico que ataca a los propios tejidos u órganos del cuerpo en lugar de aliviarlo. A esto se le denomina “autoinmunidad o enfermedad autoinmune”; por lo tanto son padecimientos crónicos: no se quitan, afortunadamente son tratables, pero se desconoce su origen.

Retos vitales

En 1995, un año después, a mi regreso de Los Angeles, ya en México, tocando mi guitarra y en pleno concierto masivo en el Palacio de los Deportes, se me inflamó el dedo índice de la mano izquierda, toqué con dolor y frustración; jamás imaginé que esa noche terminaría mi carrera musical. Los siguientes meses, entre aviones, conciertos y mal pasadas, llegué al límite de mis fuerzas, el dolor se había repartido en mi cuerpo, la inflamación era insoportable, me fatigaba con facilidad, tocaba mal la guitarra y finalmente me despidieron. Pasó un tiempo y entonces decidí retirarme de la industria musical en 1997; era imposible visionar en ese momento la ironía que quince años después tendría lugar en mi vida.

Las enfermedades reumáticas más conocidas son:

  • Artritis reumatoide (AR). Daña las articulaciones y puede afectar el corazón.
  • Artritis idiopática juvenil (AIJ). Se presenta en niños desde los dos años de edad, adolescentes y adultos jóvenes.
  • Lupus eritematoso sistémico (LES). Es una enfermedad que puede afectar algunos órganos vitales.
  • Espondiloartropatías. Son lesiones en columna cervical, torácica y lumbar (lumbalgia).
  • Osteoartritis u osteoartrosis. Es una enfermedad común en la población que se presenta por desgaste o uso prolongado de las articulaciones.
  • Fibromialgia. Conlleva síntomas dolorosos, fatiga, insomnio, cólicos abdominales, dolores en el cuello, la espalda y las rodillas. Afecta más a la mujeres en relación con los hombres en once de cada nueve, respectivamente.
  • Gota. Produce más ácido úrico de lo normal, se acumula en la sangre, causa dolor e inflamación en las articulaciones.

El reumatólogo es el médico especializado en tratar las ER, mientras que los ortopedistas intervienen como apoyo con cirugías preventivas y/o correctivas en el caso, por ejemplo, de reemplazar con prótesis una rodilla o una cadera que se encuentre muy dañada por los estragos de los años, dada la enfermedad, la inflamación y el deterioro de cartílagos (tejido firme, pero flexible, que cubre los extremos de los huesos en una articulación y permiten que se deslicen entre sí, como la rodilla). En ocasiones es importante también el apoyo de los fisioterapeutas para trabajar el dolor y la inflamación, así como para fortalecer las articulaciones, siempre y cuando vaya por indicación del reumatólogo y en su caso, del ortopedista. El apoyo psicológico y humanista debe ser tomado con seriedad; psicoterapias como la Gestalt, las psico-corporales, las meditaciones y la terapia de pareja y/o sexualidad, contribuyen a integrar y a asimilar aspectos ocultos o inconscientes de la personalidad relacionados a la enfermedad y auxilian a enfrentarla.

Si son músicos como yo y padecen una ER o lesión en las manos, es importante cuidar la integridad articular y aunque no haya enfermedad, también hay que cuidar esta parte del cuerpo. Mantener la zona afectada desinflamada y sin dolor para poder realizar la práctica del instrumento es primordial. De la misma forma, es básico asistir con el especialista si existen molestias o un padecimiento de otras zonas del cuerpo que limiten tocar su instrumento con libertad. Las limitaciones para tocar pueden, en ocasiones, traer otros aprendizajes como establecer una disciplina para practicar y estudiar música durante el día, y dependiendo de la enfermedad o tratamiento médico, tocar su instrumento también puede ser buena estrategia de terapia de movimiento para sus articulaciones y para aliviar la frustración. El asunto es encontrar distintas formas de continuar, fluir y disfrutar dentro de lo posible, tanto la música como la vida en general.

De manera coloquial, se cree que los cambios de temperatura generan enfermedades articulares o si mojarse las manos es bueno o no después de tocar un instrumento. Pasar del frío al calor y viceversa de forma brusca sólo genera dolor muscular, pero no una enfermedad autoinmune o deformaciones articulares. Con relación a tronarse los dedos, esto no genera artritis o daños graves, pero sí es un acto brusco que aumenta las posibilidades de una lesión; calienta tus manos y muñecas antes de iniciar tu práctica y descánsalas al terminar, evita cargar cosas pesadas o estresarlas de manera innecesaria. Si haces barras para los brazos, usa guantes que las protejan para disminuir un poco la carga; por lo tanto, no es recomendable el uso de “grips” para fortalecer, sino que es más recomendable hacer ejercicios naturales para las manos.

Prevención, la mejor medicina

Hoy gozamos de tratamientos diversos y más efectivos en el manejo de las ER, que son controlables y con buenas oportunidades de tener mayor calidad de vida para aprender de la oportunidad de autoconocimiento que nos da una enfermedad para crecer como personas. Es importante que integren un plan de higiene y salud músculo esquelética para sus manos y su cuerpo, así como para su columna vertebral si pasan demasiadas horas sentados en el estudio de grabación o el ensayo.

El sonido del dolor articular sólo lo escuchan ustedes; ahí donde habita el silencio, existe un sonido parecido a un chasquido que choca en la eternidad a través de las notas de los huesos; depende de ustedes llorar o reír, ya que al final del camino resulta lo mismo para desahogarse y si son entusiastas, se darán la oportunidad de componer nueva música desde un lugar diferente y por qué no, hasta relacionarse y tocar mejor tu instrumento. La experiencia y la madurez es lo más difícil y valioso que pueden atesorar en la música para disfrutarla y transmitirla con calidad.

Quince años después, en el 2012, me dejé abrazar por la ironía y el asombro de volver a tocar mi guitarra y más adelante, grabé mi primer disco solista, aunque tuve que experimentar en mi cuerpo serios daños, cirugías y secuelas que también alcanzaron a mis manos. Aquel día caluroso, mientras caminaba bajo el sol en las calles de Los Angeles, aquella inmensidad de la cual caía sin control, aquel significado que un día tendría sentido en mi vida, aquello que me golpeó sin compasión, aquel sentimiento profundo y nostálgico, lleno quizás de un extraño misticismo donde se sincronizó y resumió toda mi vida hasta ese momento, se convirtió en una oportunidad de crecer y transformarme, dentro de una de las mejores experiencias que tengo en mi vida: la de padecer artritis reumatoide.

*Guitarrista, compositor y productor. Ex-guitarrista del grupo Kerigma (1989 – 1993), grabó el disco “Esquizofrenia”. Como solista, sacó su primer disco instrumental “Horizontes” en sound:check Xpo 2018. psicólogo educativo, psicoterapeuta corporal y de pareja, conferencista, consultor en sexualidad, cuenta con el  Postgrado CORE Institute of New York. Es empresario, filántropo, fundador y director de la fundación Más allá de la Adversidad AC, para apoyo de personas con enfermedades reumáticas.

Por Mérlindon Crosthwaytt