El rol del músico de sesión o músico de estudio

Por Ferrer León*

El año pasado estuvo, sin duda, repleto de oportunidades en el campo musical; esperamos siempre lo mejor y eso a veces nos lleva a ampliar nuestros horizontes para explorar el mundo de posibilidades que la música ofrece y quizá a vivir la música más de cerca. Es por ello que hoy quiero compartirles uno de los campos de acción mas activos, pero a la vez más escondidos en la profesión musical: el músico de sesión o músico de estudio.

Los músicos de sesión son los héroes sin capa, aquellos que colaboran con el corazón en una producción fuera del ojo del espectador, sin aplausos ni público.

Alternativas musicales

Vivir de la música puede ser en muchos campos de acción; para algunos es componer, para otros es acompañar artistas, algunos tienen sus propios proyectos musicales y otros más ejecutan su instrumento para diversas producciones musicales, comerciales y demás.

Dentro del estudio de grabación, algo de lo que más se solicita es la producción musical para diferentes artistas o proyectos, y debido a que el estudio es un microscopio auditivo, se busca una alta exigencia que proyecte de manera precisa y con un alto estándar la propuesta musical en cuestión. Se busca contar con un equipo de trabajo del más alto nivel y es aquí donde entra el rol del músico de sesión.

El músico de sesión o músico de estudio es un músico que participa en diferentes proyectos musicales ejecutando su instrumento para otros artistas o proyectos y en ocasiones también en producciones publicitarias como jingles.

Cabe mencionar que ser músico de sesión requiere de un alto nivel musical y otras cualidades personales que hacen que se logre plasmar la idea de forma altamente profesional; es por ello que no cualquier músico está listo para ser un músico de sesión en el estudio de grabación. Hay muchos músicos que hacen carrera solo haciendo sesiones en el estudio, incluso son muy cotizados para diversas producciones y vemos sus nombres en interminables listas de créditos.

En mi experiencia con los diversos músicos de sesión, podría decir que existen aquellos que estudian el tema y aportan de manera creativa algunos elementos que hacen que su ejecución luzca aún más, y también existen algunos otros que son excelentes lectores y su participación se basa en ejecutar de manera precisa lo que en el arreglo se ha escrito. La mayor parte de las veces hay una combinación de estos, que obedece más a la exigencia de la producción; por ejemplo: la base rítmica puede conocer los patrones y los obligados y fluir con el tema en los asuntos de matices o adornos que la canción o el productor pida conforme se va construyendo el tema, mientras que en la sección de metales es más difícil que se permita improvisar, ya que trabaja normalmente basado en un arreglo escrito y además pensado en una sección; por lo tanto, podría sugerir, pero normalmente se ajusta a lo que está escrito por el arreglista, por lo que suelen ser buenos lectores.

Mucho del trabajo de “construir una canción” va mas allá de la planeación y la logística de producción y una gran cantidad de ello surge en la dinámica que se da en el estudio.

Factores importantes en el estudio

Dentro de las características más comunes que hacen a un músico de sesión destacan, como anteriormente se mencionó, ser un músico de muy alto nivel, tener una actitud profesional, porque ser profesional no es un nivel en sí mismo, sino una actitud ante la tarea a desempeñar, y esto implica tener el instrumento y todo su equipo en excelentes condiciones, estar a tiempo, tener una actitud dispuesta, darse tiempo para revisar partituras, guías y/o audios previos a la sesión, estar preparado para cualquier sorpresa adicional; tener una identidad musical, ya que esto es en gran medida lo que hace que sean tan cotizados con el sello personal que le imprimen a cada canción, su sonido particular, la musicalidad y el “feeling”; saber trabajar en colaboración, ser creativo (a) y tener una paciencia infinita, ya que muy a menudo se piden diversas tomas del mismo pasaje, no solo buscando la perfección, sino buscando opciones que mejor acomoden a la parte en concreto del tema, considerando su impacto en las presentaciones en vivo, entre otras particularidades. Es por esto que es preciso mencionar que un músico acostumbrado a tocar en vivo no siempre está listo para el estudio y viceversa; sin embargo, hay quienes son excelentes en ambos campos y conocen cómo manejar ambas disciplinas a la perfección.

Hay factores a considerar dentro del desempeño de un músico de sesión, por ejemplo: ¿cuáles son los límites entre las aportaciones creativas y hasta dónde se convierten en parte de la composición? Esto se puede tornar delicado si no se aclara desde el inicio con el equipo de producción; normalmente, los músicos de sesión aportan con muy buena disposición, pero a veces es necesario mencionarlo, nada mejor y más cordial que trabajar con transparencia y claridad.

Hay músicos de estudio que manejan acuerdos basados en regalías; algunos consideran que sus aportaciones son parte de la composición y acuerdan con el productor un porcentaje de regalías, claro que es un albur, ya que no hay garantías de que el tema en cuestión vaya a ser un éxito, pero es un riesgo que en ocasiones se decide tomar.

Mucho del trabajo de “construir una canción” va mas allá de la planeación y la logística de producción y una gran cantidad de ello surge en la dinámica que se da en el estudio. Ahí se proponen ideas, se brindan opiniones y aportaciones valiosísimas que le dan en ocasiones un giro bastante interesante al tema y en gran medida, esto sucede a partir de las intervenciones de los músicos de sesión y/o en ocasiones surge de ellos mismos. Pareciera que estando dentro del estudio todos con el mismo propósito, se crea una atmósfera creativa, una familia temporal con la que colaboramos para obtener el mejor de los resultados posibles y los músicos de sesión forman gran parte de ello.

Con lo anterior como base, puedo decir que, en mi experiencia, las grabaciones que se hacen con músicos de sesión solos, a distancia, apartados en sus home studios, suelen dar buenos resultados, pero no contienen esa dinámica mágica a la que me refiero cuando digo que se mezclan las ideas y las vibras de todos los involucrados en el mismo momento y lugar. Sin embargo, y viendo el otro lado de la moneda, la participación de los músicos de sesión se ha expandido gracias a internet y eso también es bueno, así como el actual escenario de la música publicitaria, en donde cada vez menos músicos reales participan y se utilizan librerías de muy buena calidad y solo si es necesario un o una cantante. Digamos que nos estamos adaptando a todos estos nuevos modelos en donde ninguno es mejor que el otro, solo diferentes.

Los músicos de sesión son los héroes sin capa, aquellos que colaboran con el corazón en una producción fuera del ojo del espectador, sin aplausos ni público dentro de los estudios de grabación por horas, pero que gracias a su capacidad de conectar con la música, se convierten en los traductores de las emociones entre el artista, el productor y la audiencia.

*Es productor musical, ingeniero en audio y músico y cuenta con 25 años de trayectoria en diversas áreas de la producción, participando en diferentes proyectos dentro y fuera de México, que abarcan música  regional, pop, jazz, rock y orquestas sinfónicas, así como música para empresas y soundtracks. También está a cargo de la producción de audio en la Dirección de Innovación de la Secretaría de Educación Pública. Es miembro votante de los Latin Grammy y cuenta con su propio estudio de grabación, AntenaStudio, en Guadalajara, Jalisco. Pueden encontrarlo en: ferrer@antenastudio.com y www.antenastudio.com