En esta entrega hablaremos sobre algo que no es muy tenido en cuenta a la hora de grabar y/o mezclar. En las producciones actuales, a diferencia de lo que sucedía hace varios años, las herramientas se nos ofrecen ahora en su mayoría como plug-ins. Por un lado, esto las hace más accesibles económicamente; de hecho, varias son gratuitas, y por otro lado, las hace casi obligatorias ante su disponibilidad.
Aprender a leer el medidor
En este caso hablaremos de la polaridad y la lectura de la fase. Actualmente en la producción, grabación y hasta en la transmisión de las señales estéreo (luego hablaremos del formato 5.1), leer correctamente esta herramienta y entender lo que está sucediendo, puede ser la diferencia entre algo que suene increíble, balanceado, con espacialidad y fuerza, a algo que suene desbalanceado, difuso, débil, totalmente hueco y con la calidad seriamente comprometida. Lo que debe ser monitoreado muy atentamente en las producciones o grabaciones no son solamente los niveles de las señales o canales involucrados y/o la relación entre ellos. La polaridad o la relación entre las fases de las señales es algo a tener muy en cuenta al momento de tomar en serio nuestras producciones.
Hay unos puntos para tener en cuenta al momento de leer el medidor de correlación de fase. El primero de ellos es que, mientras más técnicas de microfonía usemos, más difícil será conservar una correlación positiva (+1), ya que las mismas, ante su propia y natural des-correlación de fase por el tiempo de arribo de la señal a la cápsula (la cual emula la forma en la que los humanos percibimos el sonido), hace que ésta nos dé la direccionalidad o desde dónde proviene el sonido.
Esta sumatoria por nivel, es decir, a más nivel le demos a la señal (frecuencia y fase), estaremos cambiando la relación entre todas las señales involucradas (cada una con su frecuencia y fase), obteniendo distintos resultados, así como cambios en las relaciones (bombo y bajo, por ejemplo) y entre las relaciones de los grupos grandes (batería, cuerdas y coros, por ejemplo). Ahora, revisar la compatibilidad mono en una mezcla es una buena práctica, pero de a poco, los medios de reproducción en mono empiezan a desaparecer y en un tiempo quedará como solamente un tema técnico para los ingenieros de audio que no tendrá aplicación en el mundo para el oyente común, ya que los medios de reproducción en estéreo, 5.1 y hasta de audio inmersivo están más que esparcidos por el mundo, haciendo la escucha mono casi obsoleta.
Polaridad
Las fases de una señal están compuestas por una parte positiva y una negativa. La sumatoria de una señal con otra y que ambas partes positivas de ambas señales coincidan. nos da la sumatoria de ambas, dándonos el famoso término llamado “en fase”. Luego de existir el caso en la que parte positiva de una señal esté con una parte negativa de otra, nos dará una cancelación de ambas de forma natural, la cual denominaremos “fuera de fase”, ya que, dependiendo de la intensidad de la señal y la frecuencia de ésta, nos puede dar una cancelación total de la resultante de ambas señales concurrentes.
Como ya es sabido, las fases son resultados de relaciones trigonométricas y éstas se miden en grados angulares. Por ejemplo, si estamos midiendo un solo canal mono, el audio estaría 180 grados fuera de fase, insistimos, esto no debe considerarse siempre como un problema, porque no lo es (al menos en este caso).
Otro punto interesante es que el audio no siempre está simétricamente fuera de fase (180 grados); muchas veces es variable y esa variabilidad es lo que hace interesante a la música. Por otro lado, la polaridad es el juego de las fases estando “en” o “fuera de” las mismas. Esto significa que entre dos o más sonidos, la fase de cada uno empieza a relacionarse con otras y de ahí la sumatoria es la que podemos leer en el medidor.
El medidor de fase
Para entender este equipo, va en los valores de su escala, desde “-1” a “1”, lo que demuestra la diferencia de valores de fase que hay entre las señales del canal derecho y el izquierdo. Si bien podría ponerse en grados angulares, esta herramienta nos muestra el resultado de la función coseno de ese ángulo formado por la diferencia de fase. Para ponerlo en otras palabras, por ejemplo, si el ángulo de la fase entre la señal izquierda y derecha es cero grados, el coseno de esa función es +1 (totalmente en fase). Ahora, cuando el ángulo resultante es 180 grados, él es -1 (totalmente fuera de fase).
Si bien parece redundante, es muy interesante recordar las relaciones coseno para las fases. El coseno para un ángulo de cero grados es +1, para un ángulo de 90 grados es cero y el coseno para un ángulo de 180 grados es -1. Cabe aclarar que si hay señal en uno solo de los canales, el medidor mostrará el “cero”, que es la posición neutral; es decir, no está en fase, ni fuera de ésta. Durante la grabación, tanto de señales mono como estéreo, el medidor debería oscilar entre el valor cero y uno, lo que es un indicador de que estamos sumando las fases de las frecuencias de forma correcta. Si por algún instante hay una bajada de “cero” y no supera el cuarto del recorrido al “-1”, podemos dar por bueno eso también, ya que es circunstancial de un momento, pero si ya se estaciona en “-1”, tenemos un problema.
Muchas veces, estar fuera de fase es por un problema físico, como el armado incorrecto de los cables a utilizar, la reparación de una bahía de parcheo, la forma en la que fue soldado el mismo o una interfaz soldada incorrectamente. Esto se soluciona rectificando y modificando las soldaduras de los cables y/o utilizando uno que invierta la configuración actual. También podemos reparar este problema desde el punto de vista digital, invirtiendo la fase de esta forma. Obviamente, sugerimos revisar todo nuestro cableado, a fin de tener siempre todas las conexiones de forma correcta y evitarnos problemas más adelante. De no ser así, nuestra captura del sonido es defectuosa y esto tampoco ayuda a tomar buenas decisiones al momento de la grabación y ese error se llevará una buena porción de nuestro tiempo luego.
En este juego hábil y la decisión correcta de ir sumando capas, técnicas estéreo, balancearlas y nivelarlas es de donde la grabación toma el estatus de “ciencia y estado del arte”, aunque varios ingenieros lo han podido hacer casi por intuición, así como muchos también han hecho el aporte científico desde el lado de la formación de las nuevas generaciones.
La justa dimensión
Cabe aclarar que estar fuera de fase no siempre es un problema; de hecho, varias veces es un efecto artístico buscado. Ahora, corresponde al ingeniero bien entrenado y con una escucha crítica determinar el momento en el que este fenómeno aplica correctamente o no. De no ser requerido, se debe tratar de corregir lo antes posible, porque cualquier decisión que tomemos con este audio o elemento no funcionando correctamente afectará toda la mezcla o grabación (dependiendo en qué punto estemos del proceso) y al removerlo tardíamente de nuestro proyecto, deberemos rearmar las relaciones; generalmente, el tiempo para realizar este segundo trabajo es nulo y en ese momento aplica la famosa regla: “el trabajo mal realizado hay que hacerlo dos veces”, y no queremos eso.
A modo de conclusión, podemos decir que el medidor de fase es una de las herramientas más efectivas a la hora de encarar nuestra producción o mezcla, ya que nos da una visión real de lo que está pasando, pero no por tener esta herramienta debemos desatender lo que nuestros oídos nos van diciendo; de hecho, debemos ejercitarlos para poder escuchar estos problemas cuando no tengamos a mano un equipo como estos.