De la idea al espacio: La Caja Acústica

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“Últimamente me he enfocado más a la producción y a la composición que a la interpretación, pero ésta última nunca me deja en paz; cuando pienso que ya no voy a dedicarme a tocar y sólo me sentaré en el estudio, siempre salen fechas, conciertos y lugares en donde tocar, lo cual me hace feliz”. Y ahí radica todo. Cuando se persigue una pasión durante un largo tiempo, siempre se halla una puerta, aquella que permite entrar. Muchas veces se habla de la persistencia, pero ésta no se puede concebir hasta estar dentro de ella. Benjamín Shwartz es un hombre que la ha experimentado. Con más de 20 años de carrera musical, el compositor mexicano, músico y audiófilo ha logrado establecer su tercer estudio de grabación: La Caja Acústica.

Ubicado en Prado Norte, una de las venas de la colonia Lomas De Chapultepec, La Caja Acústica es un estudio con un gran diseño, provisto con equipo de altura para lograr la mejor calidad en los servicios que ofrece: grabación, post-producción de audio, música para comerciales y películas. Y Benjamín se ha encargado de mantenerlo a flote junto a su gran equipo de colegas:

“La Caja Acústica lleva aproximadamente dos años. Anteriormente estuve trabajando con otro estudio, de nombre Beta Estudio, pero ahora, por la necesidad de hacer música para cine (pero no solamente para ello, porque me dedico a hacer todo tipo de grabaciones), gracias al score de Nosotros los Nobles, decidí enfocarme en armar un estudio más dirigido a la composición de este tipo de música y se ha dado muy bien aquí la conjunción, no sólo de un estudio de alto nivel, sino también como un lugar de composición, producción y demás”.

IMG_0443“Beta Estudio era un espacio un poco más reducido; por suerte, tuve la oportunidad de encontrar este lugar y acondicionarlo acústicamente, así como de comprar más equipo. Ahora, éste es un espacio en el que he grabado al Cuarteto Latinoamericano, pequeñas orquestas de cuerda, bateristas, y a una considerable cantidad de músicos a quienes les grabo en vivo, lo cual es muy bueno, ya que mucha gente graba por separado, por track, mientras que a mí me gusta captar el momento y aquí se puede hacer por el espacio y por el equipo”, comenta Benjamín, que distribuye su tiempo entre La Caja Acústica y su participación como músico en la banda Klezmerson.

El sentido de exploración es un impulso natural en el ser humano. Benjamín Shwartz es un hombre con muchas ideas, que a veces no son fáciles de materializar: “Curiosamente, este espacio era la oficina de una agencia publicitaria y tuve que empezar desde cero. Me animé: este es el tercer estudio que tengo; entre el conocimiento que había adquirido y la búsqueda de personas quienes también saben de esto, hicimos estudios del lugar, buscamos materiales. Aprendí muchísimo en este proceso, ajustando todos los detalles para que no hubiera vibraciones, asegurándome que el piso y las paredes estuvieran desensambladas y qué se iba ocupar para que hubiera la correcta difusión y absorción de frecuencias. Para el diseño hubo un arquitecto, obviamente, pero también tuve asesoría de amigos quienes son ingenieros acústicos y de sonido”.

Del espacio a la personalidad

“En cuanto a equipo, ha sido una búsqueda de muchos años. Todo el equipo que tengo aquí no lo compré sólo para La Caja Acústica, sino que ya lo he venido recolectando hace algún tiempo; la exploración en preamplificadores, compresores, siempre con la idea de mejorar, de subir en nivel de calidad. Compré recientemente una sumadora Inward Connections que me recomendó Erick Urbina. Todo ha sido búsqueda en páginas especializadas; soy un fanático del audio. Muchas veces, con Klezmerson, tuve que viajar a Estados Unidos y a Europa, entonces me gustaba meterme a las tiendas y estudios para ver qué estaban usando y por qué. Es mi pasión, y de ahí también ha surgido la selección de equipo”. Y de la personalidad al criterio no hay cierto número de pasos; la forma de grabación, respecto a lo análogo y lo digital de Benjamín está más fuera que dentro:

“Intento hacerlo siempre, como dicen, out of the box, ese es mi principio. Cuando comencé con el audio digital, que apenas arrancaba, todos nos emocionamos con la idea y le entramos, pero eventualmente, cuando vas juntando más equipo, todo va por afuera y, bueno, obviamente no es todo por fuera: se graba con Pro Tools y herramientas digitales, algunos compresores y demás, pero a la hora de mezclar, todo es por fuera. Todo es a través de una sumadora, de compresores externos; intento siempre utilizar efectos externos. Y no siempre se puede lograr la cantidad de efectos que te pueden ofrecer los plug-ins, pero la diferencia es abismal. Para mí, la profundidad o el relieve que me da trabajar de manera más análoga es mejor; siempre se combinan ambas tecnologías”.

A pesar de que Benjamín es un hombre de expectativas y de pasiones, no pierde el sentido respecto a la idea de trabajar en equipo: ¿mezcla y masterización? ¿por qué? “Hago principalmente mezcla; también masterizamos, pero mi experiencia me ha llevado a solamente mezclar en este momento. Cuando es necesario y trabajo con ciertas características lo hacemos aquí, pero para eso casi siempre prefiero llevar el material con otra persona”.

IMG_0504“Trabajar los proyectos con diferentes personas, y en diferentes lugares, hace que estos se enriquezcan. Si yo compongo la música, la mezclo y la masterizo (que lo he hecho), siento que termino con una perspectiva extraña; en cambio, cuando otra persona entra al proceso y aporta, todo fluye mucho mejor y se enriquece. Creo que esto es parte de darle a la masterización su importancia respectiva”.

La caja en la cultura

Una vez cruzando la puerta, muchas veces los caminos se bifurcan en distintas vertientes. Benjamín Shwartz es un hombre de proyectos quien, además de dedicarle perspectiva a sus pasiones, le dedica apoyo a la cultura. “En La Caja Acústica hemos hecho mezclas para una obra de Arturo Márquez llamada Ala. Hicimos toda la grabación en el Auditorio Nacional y aquí trajimos el material para mezclarlo; fue un proyecto bastante grande. Se volverá a trabajar con CONACULTA en ese aspecto. Otro proyecto muy padre que hicimos aquí fue la edición y música original para un trabajo de museografía en Palacio Nacional; una proyección en video con 25 minutos de música, muy interesante”.

“Por otro lado, terminé una película con Damián Alcázar que se llama “Eddie Reynolds y Los Ángeles de Acero”, que de hecho, fue presentada en el pasado Festival de Cine de Morelia. También hice el score de Kilómetro 31, la segunda parte, en 5.1 canales y, bueno, he estado terminando proyectos más artístico-culturales, uno de ellos llamado La Nariz, el cual se ha estado proyectando en el CNA y se presentó en Puebla. También terminé el disco de Klezmerson con la música de John Zorn”.

Como John Zorn, Bejamín también halló un espacio, dentro de un estudio, antes, y después, dentro de un camino bifurcado en muchísimas arterias que de algún modo tuvo que recorrer y recorrerá mientras prospere La Caja Acústica y, sobre todas las cosas, su forma de avanzar de la idea al espacio.

Redacción: Michel Loeza