Daniel Zlotnik, el placer de lograr crecimiento en todos los sentidos

Daniel nació en Génova, Italia, donde su papá trabajaba; sus padres son de nacionalidad argentina y él llegó a México a los 22 años de edad. Empezó a los 17 años, cuando se compró un saxofón Yamaha YTS 25 Tenor; su hermano mayor también tocaba el bajo y su abuelo Simón Zlotnik era violista, quien grabó con Luis Ernesto Spinetta, Astor Piazzolla y muchos artistas más, además de tocar tango y otros estilos, y que estudiaba a diario en silencio y con disciplina. Tocó en varias orquestas, en las cuales, por regla general, no se podía faltar o ausentar; posteriormente, entró a la Orquesta de Aníbal Troilo. Dan recuerda de su abuelo que en su época hubo audiciones para el Teatro Colón y él se preparó, cuando de momento, se le cruzó un viaje con Aníbal y por primera vez en esta orquesa se le dio permiso para ausentarse e ir a audicionar. Daniel agrega: “Aprendí entonces que todo hay que estudiarlo”, y aunque nunca pensó que se dedicaría a la música profesional, simplemente estudiaba y le gustaba; recuerda también que un maestro de la escuela armó una banda barroca y lo invitó.

Un respetado linaje musical y una inclinación natural por instrumentos de viento

Daniel también visitó a su abuelo en Bahía, Brasil, quien tenía un cuarteto de música clásica, y éste lo ayudaba a reconocer las notas en el pentagrama, así que ya sabía leer mejor. A los trece años de edad audicionó con un grupo de música antigua donde necesitaban flauta tenor y flauta bajo con el maestro César Zumpano.

Tiempo después, Dan visitó a uno de sus tíos en Madrid (con 19 años), hizo escala en Nueva York y ahí compró su saxofón Keilwerth Tenor “Peter Ponzol”, que conserva hasta ahora. Después tuvo sus primeros saxofones Yamaha YSS -62 soprano, saxofón alto YAS-52 y su barítono Weltklang, mismo que cambió por el que tiene actualmente, un barítono Yamaha YBS62. “Yamaha me hace sentir cómodo, para mí son fáciles de tocar y esto es desde mucho antes de obtener el patrocinio de la marca desde hace diez años antes aproximadamente y que estrené con la gira de Zoé “Unplugged”, agrega.

Formación y maestros en Buenos Aires

El primer maestro particular de Daniel fue Fabián Zylberman y después estudió con Víctor Skorupski, de origen polaco e multi-instrumentista, mientras que el tercero fue el gran maestro Ricardo Caballi; los dos últimos daban clases en la escuela del Sindicato de Músicos de Buenos Aires (Sadem).

Los primeros diez años de Dan en México

Un amigo de Dan (Max Borghetti), vivía en la Ciudad de México cuando él llegó, y recuerda: “Llegué sin un peso al país, tenía que pagar renta, luz, comida y gastos”. Sus amigos lo invitaron a tocar jazz en un lugar de empanadas en la Colonia Condesa, donde también tocaban música pop y después lo invitaron a hacer suplencias. Sus amigos le compartieron trabajo y él lo hacía de la mejor forma posible, siempre respetuoso con ellos y leal con todas sus amistades, que hasta la fecha admira.

En los planes de Daniel estaban viajar a la escuela de Berklee College en Boston, cuando su amigo Max Borguetti, con quien a la fecha tiene muy buena relación y quien trabajó con Alejandra Guzmán y Belinda entre otros, lo invitó a conocer el medio. Acto seguido, Dan fue conociendo profesionales como Marco Castro, Carlos Maldonado, Damián Gálvez y Rodrigo Castellanos y “palomeaban” en la Escuela Superior de Música. Ahí mismo, el Maestro Téllez lo dejaba estudiar y tocar con todos los músicos y las Big Bands. “Conocí más músicos ensayando con la Big Band Jazz de México de la familia Ramos y también en la Big Band de Eugenio Elías”. Posteriormente, el saxofonista Beto Delgado lo invitó a su primer trabajo con Guadalupe Pineda y después estuvo trece años con Lupita D’Alessio. Y así, Dan continuó conociendo y tocando con más músicos, todos muy buenos.

Por la Big Band Jazz de México y la Big Band de Eugenio Elías (primero Aquavit Big Band y luego Zinco Big Band), han pasado músicos excelentes. Dan estuvo con Diego Marotto y Sergio Galván, Miguel Angel Ramírez, Juan Ramos, Ernesto Ramos, José Ángel Ramos, Fernando Acosta y muchos otros. También empezaron a grabar en muchos estudios muy buenos, como MCO de Héctor Ruíz, con el que Dan sostiene amistad hasta la fecha. “He aprendido a ser útil en cualquier lado; a hacer el trabajo muy bien, así como a ser más útil en cada momento de la vida personal y profesionalmente”, reflexiona Daniel, que también toca mucho con Los Dorados, así como también jazz y pop, haciendo giras y grabando discos. Ha balanceado estar en proyectos creativos como Klezmerson porque han sido un desafío; siempre hay dónde aprender. “Lo importante es hacer música bonita, improvisar y tocar en diferentes lugares. Es muy humano aprender a ser útil y tener el instrumento adecuado con el que uno se va a expresar” comenta.

Daniel entró a la industria por tocar con artistas grandes; fue director musical de Napoleón, ha tocado con Mijares, Emmanuel, Yuri, Kalimba, Raphael, Gloria Gaynor, Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana, Julieta Venegas, Torreblanca, Zoé, El Haragán, La Barranca, Alfonso André, Alex Otaola, Alonso Arreola, Eugenia León, Guadalupe Pineda y muchos más. Comenta: “Para entrar a la industria de la música se entrena uno tocando con amigos músicos”. Marco Rentería le comentó en una ocasión en Los Ángeles, Estados Unidos: “Aquí todos tocan bien, además hay que llegar puntual, saber la música y ser alguien con quien se quieran ir de gira”. Sin embargo, agrega Dan, “todos los géneros tienen una base de escuchas muy distintas; no es lo mismo el pop y tocar en eventos masivos o el jazz en un lugar más chico o estar en festivales, ya que cada género tiene cosas buenas y otras variadas, como por ejemplo, poco o mucho público, lo cual no es bueno ni es malo, pues la energía de la música es para ese lugar, para ese momento y para esa gente. El crecimiento de los proyectos es relativo, hacer música para millones es difícil y se puede fracasar, y hacer buena música es mejor, aunque sea para poca gente. No se puede fracasar haciendo lo que a uno le parece bueno y honesto. Hay que tener una estrategia, es importante y los proyectos solitos crecen. La música es una carrera larga de paciencia”.

Los segundos diez años en México

Daniel Zlotnik empezó a hacer arreglos y música para películas de manera gradual, tomó muchos cursos y ha trabajado hasta la fecha en cine con Camilo Froideval y Andrés Sánchez. “Durante esta temporada, Camilo y yo hemos trabajado en varias series para Netflix”, menciona.

Daniel ha acumulado más de 170 discos grabados y trece de ellos han sido nominados o ganadores del Latin Grammy (Natalia Lafourcade, Molotov, La Quinta Estación, Zoé, Hot Dog, Kinky, Mon Laferte, Ana y Gio), así como de Grammys norteamericanos, además de tener una colaboración muy especial con amigos queridos como Mérlindon Crosthwaytt en la producción “Horizontes”, en apoyo a personas con enfermedades reumáticas.

“Hay que tocar con músicos y siempre todo es positivo”, expresa Daniel. “Vivir de la industria musical agrega el componente del dinero y es más complicado ser músico. Despreciar a los músicos que no se dedican profesionalmente y en ocasiones son menos respetados no debe ser, porque todos somos músicos”.

Un nutrido camino en la cinematografía

Daniel ha participado como compositor en 18 ocasiones y como sesionista o músico 38 veces en películas como “La delgada línea amarilla” (2015), “La boda de mi mejor amigo” (2019), “La casa de las flores” (2018), “Luis Miguel: La serie” (2018), “Su nombre era Dolores, la Jenny que yo conocí” (2017), “Hysteria” (2016), “Sr. Pig” (2015), “Las Aparicio” (2015), “Club de Cuervos”, y la lista continua con más de treinta películas de alta difusión y muy conocidas por el público en general.

Los equipos de Daniel en su home studio

Pro Tools Ultimate 2020.5 (desde la composición hasta la edición y deliveries, todo lo hace en este sistema), RME Babyface PRO y Focusrite A16, Presonus Faderport, Arturia KeyLAB49, cuatro monitores y una pantalla de cincuenta pulgadas (para ver siempre la película o serie donde está trabajando), Rolli Pad, VEP, Spitfire, Native Instruments, plug-ins Sonimus, Soundtoys, Eventide e Izotope Exponential Audio.

Durante la pandemia

Daniel estaba por hacer la gira “Unplugged” de Zoé este 2020, pero el Festival Vivo Latino fue lo último en lo que alcanzó a participar y de inmediato inició el encierro en casa. “Me da coraje que haya poco trabajo, ya que los músicos viven de tocar en vivo, pero soy optimista y creo que esto va a pasar rápido”. Comparte también que hay empresas grandes que han creado fondos para apoyo de los técnicos; por ejemplo, en una fundación de Spotify en alianza con Sony para ayudar a esta parte del gremio de la industria de la música y el espectáculo. Y concluye: “saliendo de esta situación deben venir cosas muy buenas, pero ahora hay que cuidar mucho la salud”.

*Guitarrista, compositor y productor. Ex-guitarrista del grupo Kerigma (1989 – 1993), grabó el disco “Esquizofrenia”. Como solista, sacó su primer disco instrumental “Horizontes” en sound:check Xpo 2018. Psicólogo educativo, psicoterapeuta corporal y de pareja, conferencista, consultor en sexualidad, cuenta con el Postgrado CORE Institute of New York. Es empresario, filántropo, fundador y director de la fundación Más allá de la Adversidad AC, para apoyo de personas con enfermedades reumáticas.