Hace 32 años, un grupo de músicos dejó el cuarto de ensayo para dar sus primeros conciertos en petit comité. Después de un proceso de aprendizaje y de cambio de miembros, la metamorfosis llegó a su maduración en 1994. La formación clave, integrada por Ugo Rodríguez (voz), Iván González (teclados), Yuri González (bajo), Alejandro Pérez “Ork” (batería) y Cesar “Vampiro” López (guitarra), llegaron a su graduación profesional volando a los estudios Real World de Peter Gabriel para crear su ópera prima, “América”. Después de seis álbumes y un show de treinta aniversario, realizado en el Teatro Diana tapatío, la banda ha decidido cerrar ciclo, con un gran concierto en la Sala Plácido Domingo del Conjunto Santander de Artes Escénicas (CAE). Azul Violeta siempre fue una banda preocupada por la calidad de su música y sus conciertos, por lo que la producción de este trascendente evento no podía ser la excepción.
El adiós
Es justamente Iván González, como tecladista y uno de los cerebros creativos de la agrupación, quien describe el proceso emocional y técnico que le significó el concierto de despedida de la banda, que fue coproducido entre el mismo Iván y la Coordinación de Producción y Difusión Musical de la Universidad de Guadalajara: “Decirle adiós a tu proyecto de vida, en el que los integrantes de la banda prácticamente son tu familia y con los que has convivido más de treinta años, es sumamente complicado. Azul Violeta nos dio mucho más de lo que esperábamos cuando éramos unos adolescentes que empezábamos a tocar y en el que teníamos todos nuestros sueños depositados. Fue un tremendo taller en el que compartimos una vida entera haciendo música juntos, donde pasamos muchos momentos de nuestras vidas. Cuando cada uno de nosotros desarrollamos proyectos diferentes en cuanto a lo musical y priorizamos las carreras personales dejando de lado la banda, fue una decisión común despedirnos”.
Iván González describe su sentir sobre el quórum en el emotivo evento: “Fue algo bellísimo y es un suceso que jamás olvidaremos, porque lo compartimos con nuestros seres queridos, familias e hijos. Algunos de ellos nacieron cuando ya estaba formada la banda y gran parte de su vida fue crecer junto a los procesos de Azul Violeta. Este último show lo hicimos con Ana Teresa Ramírez, persona que tuvo que ver para que en algún momento la banda volviera a reunirse, porque hubo un tiempo en el que nos habíamos separado. La gente que nos siguió los últimos años y que vio los últimos conciertos, puede estar segura de que vio shows totalmente diferentes uno de otro. Y esa es la magia de la producción: poder jugar con los elementos, el equipo, la tecnología, y tener un equipo profesional de gente con una capacidad técnica muy grande y que entienda lo que quieres desarrollar y hacer. Yo agradezco también mucho a mi banda, que tuvo la confianza para depositar en mí toda esa carga y darme el libre poder de decisión. Quedamos contentos y agradecidos y al final nos dimos un gran abrazo”.
Multipapel
“Mi función en los últimos años, además de ser el tecladista de toda la carrera de la banda y parte del grupo en todo momento, fue como productor de cada uno de los show, así como manager del proyecto. En las funciones que ello conlleva llegué a tomar muchas decisiones y una de ellas fue hacer show dignos de una banda que tiene tres décadas años, y que para mucha gente fue importante en su vida, de modo que cada uno de los shows era un reto importante. Este último fue realmente complejo, aunque fue increíble coordinar a mis hermanos. Logramos una producción bonita e interesante. Trabajamos más a la vieja escuela y lo hicimos así porque unos meses antes hicimos el concierto de aniversario treinta, con una producción hi tech muy diferente a la de este último show. En lo que respecta a mi trabajo, me siento totalmente satisfecho”.
Iván nos hace viajar por los detalles de producción de esta gran fiesta: “En esta ocasión, quise que la gente se enfocara exclusivamente en el grupo. En este concierto no tuvimos invitados, como en el aniversario en el que tuvimos a grandes amigos y músicos importantes, como Edgar Huerta, de Belanova; María Barracuda, y Vaquero Negro, una banda emergente que está haciendo muy buen trabajo. Nos enfocamos a hacerlo con la última alineación de Azul Violeta, complementándola con el sonido de las grabaciones de los discos como “América” y nuestro último álbum “Lo Público y lo y lo Privado”. Finalmente, tuvimos catorce músicos de primerísimo nivel en el escenario, con metales en vivo y dos guitarras. La mayoría de ellos nos han acompañado durante gran parte de la historia de la banda, como “Shaboomy” (guitarra) y Daniel Aceves (batería)”.
“En este último show, decidí tomar el riesgo de no llevar una pantalla de LEDs como lo habíamos hecho. En lugar de eso, decidimos invertir el presupuesto en iluminación y trabajamos mayormente con el equipo del recinto, excepto el equipo adicional, integrado por sesenta lámparas más, mientras que en audio, el único complemento fue principalmente en microfonía, ya que el teatro tiene un rider realmente grande y equipos de primer nivel”, menciona Iván.
“También usamos recursos teatrales, ya que tocamos en un lugar bellísimo, con una acústica impresionante. Una gran ventaja es que mis ingenieros, quienes son parte de mi equipo de trabajo por varios años, están trabajando en el CAE, y conocen muy bien todos los recursos que se tienen ahí. Utilizamos una gasa que cubría totalmente la boca del escenario y sólo hicimos una proyección en ella al principio del espectáculo, pasando un poco la historia de la banda, con una introducción de un tema instrumental nuestro que se llama “Agua”. Creo que logramos hacer un show nuevo con elementos convencionales y el riesgo valió la pena completamente, porque logré plasmar lo que tenía en mente”, explica Iván González.
“Se pretendía que el uso de la iluminación fuera muy novedoso”, continúa; “las ideas salieron de imágenes que fui obteniendo, las platiqué con Fabián Flores y él desarrolló el diseño y la paleta de colores. La música para mí es muy visual y creo que nos lleva por muchos lugares que el iluminador o videasta debe interpretar de igual manera. Igualmente, en el tema de los tiempos, cuando trabajas en un teatro que tiene una cartelera tan saturada y tienes poco tiempo para hacer montajes, el tema de pruebas fue sobresaliente, porque siendo una producción grande, lo hicimos rápido y como lo planeado, y a final de cuentas hasta tiempo nos sobró”.
Un tema que Iván González domina es el del backline, ya que la empresa IG Producciones, de la que es fundador, lleva un largo tiempo en el terreno de juego de la industria de conciertos: “Como tecladista, nunca me sentí cómodo trabajando con un controlador y bajando sonidos de mi computadora. Siempre he cargado con un montón de teclados. Así es mi personalidad. En IG Producciones tenemos treinta años trabajando y siempre ha sido la parte proveedora de backline de los conciertos de Azul Violeta, y en este último show también lo hicimos de esta manera. Desde la parte percutiva, el Huevo, gran percusionista, tiene un set bien grande con muchos juguetes. También se requirió una batería con medidas muy específicas, con dos tarolas. Las guitarras es un tema muy normal: dos amplificadores Fender de Ville, mientras que Yuri usa un Ampeg 4 Pro con un bafle 8 por 10. Para el concierto de despedida yo usé un órgano Hammond XK3 con Leslie, un piano Yamaha CP300, Motiv XF8, un Korg SV1 y un Nord Lead 2X. La sección de metales fue de dos saxofones, dos trompetas, y la sección de cuerdas tuvo dos violines, una viola y un cello. En la parte acústica eran dos guitarras Taylor electroacústicas.
Las ondas sonoras de la despedida
El meticuloso tema del audio en el concierto de despedida de Azul Violeta fue encomendado a Alejandro Aguirre Padilla, también conocido como “Cocol”, quien fue encargado de la producción al lado de Iván, y también ingeniero de sala. “Inicié en la empresa Punto Medio, en donde estuve aproximadamente un año y medio”, recuerda; “y posteriormente me convertí en free lance y después trabajé en la empresa Tercer Piso, con Charly Haro. De ahí me fui a Omnilife, donde estuve ocho años. Esto fue muy importante para mí, ya que me desarrollé aprendiendo sobre audio, gracias a que la empresa nos otorgaba constante capacitación por parte de Meyer Sound. También estuve encargado de la instalación del equipo del Estadio Akron (antes Estadio Omnilife). En ese periodo tuve la oportunidad de empezar a trabajar con Azul Violeta, ya que me recomendaron para hacer monitores. A la banda le gustó mi trabajo y empecé a trabajar con ellos.
Posteriormente, recibí la oferta de trabajar en el Conjunto Santander, aunque seguí atendiendo las fechas de ellos que había. En el concierto del 30 Aniversario tuve la oportunidad de hacer sala”.
Alejandro describe cómo fue el proceso de diseño de audio para el concierto: “Uno de los retos de haber hecho la sala, es que a la banda le encanta tener un nivel de monitoreo bastante fuerte. Cuando es un concierto al aire libre no afecta tanto, pero en un lugar tan acústico como el conjunto todo ese sonido se viene a sala. Tener que ajustar entre el nivel que viene del escenario al que reproduces hacia sala fue bastante difícil, porque yo tenía que competir contra ese nivel y era estar en sincronía con Gabriel Trujillo (“Frijol”), quien hacía monitores y controlaba los elementos que yo le indicaba, ya que había momentos en que no distinguía lo que hacía en sala con respecto a lo que salía del escenario”.
“Toda la sala es de madera, y fue diseñada por el británico Chris Blair y su empresa Akustiks, de manera que la sala suena sola. Esto hace un poco difícil controlar todo ese sonido en conciertos amplificados, a pesar de que la sala cuenta con algunas cortinas acústicas que se retraen para mitigar un poco el sonido”, explica Alejandro.
Las luces Azul Violeta
La magia de la iluminación, fue obra de Fabián Flores Vargas, quien estuvo a cargo de la iluminación, tanto del diseño de luces como de la operación del show. Así lo narra: “He hecho de todo. Empezamos en la empresa llamada Dor Internacional, que monta equipo de proyección, pantallas y audio enfocados al cine. En un momento llegó la gira “Amar es combatir” con Maná y la empresa puso el video, así que me fui como técnico. Nosotros poníamos las pantallas de LED, de las antiguas cuando los procesos eran diferentes y cuando el pitch era de trece milímetros en aquel entonces. Un tiempo después me llamó Roly Garbalosa, jefe de producción para la gira “Quinto piso”, de Arjona, en donde además de montar pantallas y proyectores, hice la dirección de cámaras. Después me llamaron para trabajar en el Auditorio Telmex, donde estuve ocho años, haciendo video y luces, aunque en el trayecto también hice de todo: desde manejar una genie (plataforma elevadora), hasta rigging. Entonces se abrió este conjunto y Horacio Cicero nos invitó a varios al proyecto y llegué directo como encargado de iluminación y video del Conjunto Santander de Artes Escénicas”.
El proceso de luces en el evento es descrito por Fabián: “Desde que Iván vino en la avanzada de producción, me preguntó si me gustaría involucrarme en el concierto. Me dijo que quería darle un tono nostálgico, evocando el principio de Azul Violeta, y obviamente ese principio no era con pantallas de LEDs. Me mostró algunas cosas que le habían gustado y se mencionó que se haría sin pantalla, con una parte de lo nuevo y una parte de iluminación convencional. En la parte superior colocamos los beams y en las varas acomodé las demás luces robóticas, leekos de LEDs y convencionales. Mezclamos tecnología que hoy es muy común, como los Martin Atomic, que ahora son con LEDs, pero en algún momento lo que él quería transmitir era ese tono de iluminación convencional”.
“En el Conjunto Santander tenemos la tecnología Foundation de ETC, que es un sistema de rigging automatizado de varas con motor. Ya no es la tramoya convencional y eso nos dio la posibilidad de jugar con sus entradas a diferente velocidad. Sólo eran dos varas, pero las lámparas caían en diferentes alturas y con esta velocidad entraba, subía y bajaba la vara, y nos daban ese efecto de estrella. Pusimos unas calles atrás de la banda en forma de herradura, algo de piso, un puente frontal y dos puentes de luces, y en ciertos momentos, las luces Sharpy, los beams y los haces de luz contundente están bien marcados y definidos, y lo demás se realizó con velocidades, gobos y textura. En general, la experiencia fue muy bonita, nos gustó, y fue parte de lo que habíamos platicado con Iván. Creo que la gente también lo gozó, no sólo por eso, sino por lo que significaba el evento, en un lugar tan lindo como el conjunto. Se sentía la vibra de todos, tanto de los músicos como del staff. Seguramente nos volveremos a encontrar con ellos en algún otro proyecto, ya que los proyectos siguen y es un mundo que da muchas vueltas”, finaliza Fabián.
La reflexión final de Iván nos da un cierre: “Fue un gran concierto y superó las expectativas de lo que teníamos en mente. Me habría encantado hacerlo en más ciudades, pero también estamos bien con el hecho de haber hecho un gran concierto en Guadalajara. La reflexión es que ojalá la música de cada uno de los integrantes de Azul Violeta siga y que cada uno de ellos pueda llegar a tener conciertos igual de dignos en sus carreras en solitario como el que tuvimos por última vez, y que me permitan tener el honor de poderlos apoyar en la producción de sus shows. Es importante poder llegar a expresar a través de la música y de la producción toda tu experiencia”.
Iluminación
- (06) Luces Vari-Lite VL 4000 Spot, 12 VL 3500 Wash
- (18) Beams 7R
- (24) Showco Par LED 200
- (24) Focos Edison
- (13) Leekos LED ETC S4 LED S2 Lustr Direct
- (06) Par EA ETC
- (18) Leekos convencionales diferentes grados
Rider de despedida Azul Violeta
Audio
- (30) Altavoces Meyer Sound Leopard, 05 Meyer Sound Lina (Frontfill), 06 Meyer Sound UPM-1P (bajo balcón)
- (14) Meyer Sound Subwoofer 900 LFC
- (02) Meyer Sound procesador Galaxy 816
- (01) Meyer Sound RMS Server control
Consolas
- (01) Yamaha CL5
- (04) Yamaha Stage Box Rio 3224
- (01) Marantz CDR-633
- (01) Denon DN-C615, 01 Denon DN-F650R
- (02) Yamaha HS-5
Monitores
- (01) Consola Yamaha CL5
- (04) Altavoces Meyer Sound Sidefill UPQ-1P, (12) Meyer Sound MJF 210
- (06) Subwoofer Meyer Sound 750 LFC
- (04) Sistemas Sennheiser SR-2050 XP, (08) EK-2000 IEM, (01) C-3200- II, (01) A 5000 CP, (12) IE 4
Microfonía
- (01) Shure Beta 91, (01) Beta 52, (03) SM 57, (03) MB 5, (04) MB 4, (02) MB 6, (02) Beta 57, (02) KSM 32
- (03) Audio-Technica PRO 35, (04) ATM 650
- (04) Sennheiser 5235
- (02) AKG SE 300