Audio sobre IP – Parte III

Llegamos a la tercera y última parte de este módulo de audio sobre IP. En esta ocasión explicaremos algunas cosas de infraestructura, anchos de banda (algunos cálculos teóricos), la conexión de la red Dante y qué es lo que viene.

Dispositivos PoE en la infraestructura Dante

PoE (Power over Ethernet) es un protocolo que está empezando a ser muy utilizado en el audio y que antes fue muy aplicado en los albores de la telefonía IP. Se basa en enviar, dentro del mismo cable de datos, la corriente eléctrica necesaria para que el dispositivo funcione. Este dispositivo con PoE es alimentado directamente desde el switch y no requiere conexión a la red eléctrica. ¿Es parecido a nuestro querida phantom power o +48 V? Sí, pero no. La primera corre a través de dos de los tres hilos que conforman el cable de micrófono, por el cual va la señal de audio y se alimenta al micrófono. En el caso del PoE, el voltaje va por dos de los ocho hilos que integran el cable CAT 6, no compartiendo los hilos por donde va la información. Muchos de los dispositivos PoE que pueden integrar Dante manejan voltajes de entre 3 V, 5.5 V y 12 V con un máximo por puerto de 350 mA por norma, que pide, por medidas de seguridad, que el dispositivo no consuma más que eso por puerto. Evidentemente, al superar ese valor, se pide que se alimente al dispositivo por red eléctrica común, dejando de ser PoE.

Este tipo de dispositivos están siendo un alivio en varios estudios o instalaciones de vivo, ya que sólo requieren un cable de red y no tener un enchufe cerca. Se les utiliza para monitoreo y en varios casos traen, además de esto, preamplificadores y convertidores A/D para Dante. Antes de que surja la pregunta de cómo puede alimentar un micrófono, hay que decir que estos dispositivos pueden, por la bendita Ley de Ohm, hacer la elevación de voltaje de 12 a 48 V, ya que el amperaje máximo que puede requerir un micrófono es 10 mA y nuestros dispositivos PoE, como hemos visto, pueden manipular hasta 350 mA.

La conexión Dante

Seguramente en nuestra vida habremos jugado a la batalla naval, ese juego en el que poníamos los barcos ocupando algunos cuadros de un tablero de doble entrada y en el que nuestro oponente decía un par de coordenadas cartesianas (por ejemplo B1, B2 y B3), para ver si le daba a algún barco nuestro. Dante utiliza una matriz muy similar a nuestra batalla naval, donde las entradas y las salidas de nuestros dispositivos en la red se unen con puntos, al no ser física la conexión entre ellos. Recordemos que los equipos Dante se comunican con un solo cable al switch Ethernet y si tenemos el switch sin Virtual Local Area Networks (VLAN), nos permitirá conectar nuestros dispositivos en cualquier parte del switch y todos se deberían ver con todos. Ahora, si necesitamos hacer VLAN para reducir los segmentos de red para otras aplicaciones, tendremos determinados puertos asignados y no podremos poner nuestros equipos en cualquier puerto, ya que por las VLAN asignadas no se podrían ver todos los puertos.

Cabe mencionar que las VLAN son configuraciones que se hacen en el switch directamente; no son parte de Dante, aunque con su aplicación de Domain Manager puede hacer cohabitar varias redes que no estén comunicadas entre sí de forma segura. ¿Qué significa de forma segura? Muchos de los problemas que suceden en las redes ocurren debido al famoso hackeo (ahora me dirán: “¿A poco eso sucede en las redes de audio? Eso es de película, no pasa en la vida real”). Mis queridos “Audiolovers”, ésta es una de las razones de la existencia del Domain Manager y del por qué casi todas las redes de audio IP no soportan WiFi para transmisión de datos. El Domain Manager tiene funcionalidades de autenticación por Active Directory (sí…igual que en las redes IT), también para prevenir que haya ruteos tocados por manos inexpertas.

Una de las cosas mencionadas en el párrafo anterior fue la palabra WiFi. Ustedes me dirán: “Pero si estaría increíble que pudiésemos transmitir audio en alta resolución por WiFi, ¿qué esperamos para que esto suceda?”. Antes que nada, expliquemos una cuestión de unidades que es de donde salen muchos de los problemas de redes y luego iremos sobre las redes inalámbricas.

El protocolo de Ethernet que va a 1 gigabit (no confundir con Gigabytes), al descomponerlo en la unidad de su mínima expresión, nos dan mil millones de bits por segundo, o correctamente expresado matemáticamente “sobre segundo”. Ahora, a nosotros nos interesa cuántos megabytes pasan por segundo, ya que recordemos que el bit, en este caso, es una unidad de transferencia de datos digital, donde puede ser el protocolo de inicio de transmisión, el de control, metadata de Dante o hasta el mismísimo audio empaquetado y no de capacidad, como lo es el Byte. Entonces a nuestro querido 1 gigabit, lo descomponemos como hicimos antes en 1,000,000,000 de bits y al pasar la unidad a Bytes y para ser más específico a Megabytes, que nos permite ahorrar ceros y hacer las cosas un poco más sencillas, nos da que nuestro poderoso 1 Gigabit no es más que 125 Megabytes por segundo y aquí es donde todos se rasgan las vestiduras. Sí, acéptenlo…son sólo 125 megabytes totales en la relación tiempo/capacidad.

Ahora, esos 125 Megabytes o MB (“B” mayúscula significa Byte, “b” significa bit y “Gbps” o “Mbps” sería Gigabit per second o Megabit per second en el segundo caso) hay que repartirlos entre todos los canales. No será el mismo rendimiento en 24 bits/48 KHz que en 24 bits/ 96 KHz. Como mencionamos antes, a mayor cantidad de bit-rate y sample rate, menor será la cantidad de canales disponibles.

Aclarado esto, vamos a las redes inalámbricas.

En la primera entrega de este módulo de audio sobre IP hablamos del ancho de banda y volvemos a aplicarlo para que veamos que por una red WiFi podemos enviar algunos datos de control (cambios de volumen, paneo, parámetros de un plug-in), ruteo o metadata por ejemplo, ya que estos realmente no contienen información de peso, son algunos bytes y su consumo de ancho de banda es considerado despreciable. Ahora, por su propia naturaleza, las redes WiFi no pueden tener un ancho de banda constante, ya que variables ambientales pueden afectarlas: no es siempre constante y eso podría producir varios problemas, como corte en el audio, que haya pérdida de paquetes en la transmisión y que en la mitad de un espectáculo se corte el sonido porque el viento tomó otra dirección o se cayó una antena.

Por otra parte, en nuestro estudio casero, esto podría ser que alguien cerró una puerta y ya la onda tendrá problemas. Otro punto es la seguridad: es muy fácil romper la seguridad de las redes WiFi y lo que varios fabricantes no quieren es que sus redes se vean vulneradas. Por eso, varios desarrollos de redes AoIP por WiFi están detenidos, ya que sus mismos fabricantes no pueden ofrecer redes seguras y antes de afrontar un problema legal, detienen el desarrollo.

Lo que viene

Si bien esto es un cambio en la manera de manejar y pensar el ruteo de audio tanto en estudios como en el audio en vivo, también se abre un abanico inmenso de posibilidades. Hay que tomar este tipo de protocolos como una mejora sustancial para nuestro flujo de trabajo. La integración con equipo análogo es un hecho y podríamos decir que el 95 por ciento de los estudios que tienen esta tecnología se están dirigiendo hacia formas de trabajo híbridas (digital y análoga), aprovechando lo mejor de ambos mundos. En conclusión, espero que hayan disfrutado estas tres entregas de audio sobre IP y que varias dudas hayan sido aclaradas.