Tras casi una década, el festival Estéreo Picnic en Bogotá, Colombia, simboliza el presente pujante de la producción artística y técnica de la industria del espectáculo en aquel país sudamericano. La combinación de factores como una escena musical a la alza, rica en la exploración de estilos y calidad sonora tanto en vivo como en estudio, el advenimiento de compañías de renta de equipo audiovisual, producción técnica y backline, más el impulso que desde la iniciativa pública ejerce la jefatura de cultura en ciudades clave del país (además de la capital, Medellín y Cali), en distintos ámbitos culturales, han permitido elevar un peldaño más el estándar en los shows que se ofrecen en aquella región de América Latina, siendo singular lo hecho en materia de festivales como toda la serie de eventos con el apellido Al Parque (rock, salsa y jazz, entre otros); así como Jamming Festival y Altavoz, lo que sin duda ha ganado el interés y confianza de las producciones de artistas internacionales.
Dicha evolución se debe también a la consistencia que da adecuar las buenas prácticas que deja lo empírico con la paulatina profesionalización, lo que se refleja sin duda en el staff de Páramo, la compañía responsable de concebir el Festival Estéreo Picnic desde su origen y que convirtió para esta novena edición el Parque Deportivo 222 en una expedición de música alternativa con tres escenarios rodeados de actividades culturales y de branding que enriquecieron la experiencia para el público que acudió durante los tres días que dura el festival.
Estructura logística
“Toda la producción está dividida en tres partes: la logística de artistas, los requerimientos fuera del recinto y en camerinos; la parte técnica y la de campo para producir el festival. Hay un director general, luego el productor técnico, después el jefe de audio, el de video y de ahí a los stage managers por escenario, apoyados por tres o cuatro roadies y el extra de contar con los especialistas de marca como técnicos. Ese es en general el equipo. Yo entro, junto con Juan Manuel Rasa, como productores artísticos”, expone de arranque Andrés Tello.
Con prácticamente tres semanas previas a la fecha de arranque del festival, se llega al lugar para adecuar los campos de futbol y áreas verdes que son durante todo el año y convertirlos en escenarios de primera línea. “La gente de Páramo se hace cargo de toda la parte de diseño visual y decoración; trabajan mucho en campo. En este festival, con tres escenarios, la tarea de ellos es coordinar tanto lo artístico como lo técnico y todo el tema de activaciones de patrocinadores que caracteriza al festival, así como tratar con las marcas, que son parte fundamental para hacer posible el eslogan: “Crear un mundo distinto”, reflexiona Andrés.
Con el control del Parque Deportivo 222 o Mutiparque, como también es conocido, se hace el marcaje de escenarios, áreas de comida, zonas de activación, barras de consumo de bebidas y demás espacios que delimitan la experiencia del festival: “Año con año, Estéreo Picnic se plantea el reto de hacer más personal la experiencia para el público y eso va desde la logística de transporte para ellos, sabiendo lo que es Bogotá con sus tráficos. Que lleguen aquí 25 mil personas diarias implica un tema de transporte enorme, además de la alimentación, sanitarios y descanso, porque la gente pasa mucho tiempo acá”, suma Andrés Tello.
La producción en lo técnico implica ser claros en la negociación de las peticiones en riders, tener respaldo de autorización por correo y toda la logística de hospedaje, transporte, pruebas de sonido, camerinos y accesos y salidas de los artistas con un control puntual. “Acá se abren puertas a las dos de la tarde y no puede pasar que los grupos estén haciendo todavía su prueba de sonido porque tenemos que dejar todo listo para el arranque de la primera banda. Tratamos de no trabajar en puerta, sino que el festival se reciba y esté ya todo montado, al menos esa primera banda. Tenemos un reglamento que cuidamos mucho y hacemos entender a los artistas y sus staffs que es la forma en que deben funcionar las cosas para no alterar otros detalles. Esa es logística crucial para el buen desarrollo del festival”.
Dicho formato de producción lleva al menos dos años, siendo notable el esmero en lo logístico para enriquecer la atención a los artistas desde su arribo a la ciudad, estancia en el recinto y retorno del mismo. En esta edición, sólo Gorillaz traía un staff de casi 55 personas: “Manejar los requerimientos de más de veinte artistas por día es pensar con más perspectiva temas como la seguridad y los camerinos. En ese sentido se creó el Artist Town, que es un área específica para que convivan los artistas y donde se genera un ambiente agradable para que ellos puedan convivir entre ellos tranquilamente. Cuando llegan al recinto se les recibe y se les presenta directo a su staff técnico con el nuestro. El trabajo en campo para las áreas de trabajo que implica zonas de carga y descarga del equipo técnico versus los proveedores de alimentos y mercadeo contempla horarios para que no haya embotellamientos ni contratiempos. Está programado cómo entran y por dónde; hay zonas restringidas con seguridad para la parte de equipo audiovisual propio de cada escenario”, apunta Andrés.
La parte creativa y de diseño del festival ha sido el enganche con los promotores que se suman sin dudar, porque es bien sabido que no se trata sólo de acudir a un concierto, sino de crear en torno a éste toda una experiencia que se palpa desde la decoración del sitio, cada escenario y áreas que existen en torno a ellos, como describe Andrés: “Aquí cada marca tiene que respetar la imagen general del festival, porque el beneficio mayor es que el público lo perciba así. He ido a festivales como Lollapalooza y Coachella y he podido estar tanto detrás del escenario con la producción como parte del público y si notas que aún tenemos cosas técnicas sobre todo de equipo, modelos quizás, en lo que sí hay diferencia, pero en cuanto a concepto de festival que manejan también zonas amplias al aire libre, nosotros hemos cuidado mucho esta parte”.
[su_box title=”Estéreo Picnic, de Bogotá para el mundo” box_color=”#9a9a9a”]• Empresas proveedoras • Génesis Producciones • Pérsival Producciones • Árbol Naranja • Audio • Escenario Tigo Music • Sistema sonoro d&b audiotechnik • Consolas • Avid S6L • Digico SD10 • Escenario Budweiser • Sistema sonoro Meyer Sound LEO • Consolas • Digico SD5 y SD8 • Avid S6L y Profile[/su_box]
Tres escenarios, un sólo concepto
Estéreo Picnic tiene un concepto creativo a partir del cual se desarrolla visualmente su promesa de crear un mundo distinto, gracias a la música y la diversidad de estilos que interpretan, tanto el talento de las bandas locales como los internacionales, pero también con el ambiente que se genera en torno a los tres escenarios, con áreas de recreo, descanso, mercadeo de souvenirs, tanto del festival como de los artistas que en él participan, y alimentos (principalmente food trucks), lo que en su conjunto invita al público a recorrer el amplísimo espacio que en lo habitual ocupan canchas de futbol y áreas verdes.
Así, el primer reto del crew de producción ha sido adecuar el Deportivo 222 para los tres escenarios: el Tigo Music (el principal, donde tuvieron su actuación los head liners y bandas consolidadas de Colombia: The Killers, Lana del Rey, Gorillaz y Bomba Estéreo, por ejemplo); el Budweiser y el Chevrolet, foros secundarios adaptados con un diseño que tiene su referente en la carpa que se usó en el 2014 y que ha venido adecuándose para ampliar las opciones creativas en materia audiovisual de lo que se presenta ahí: talento local, DJs y propuestas de renombre del Electro Music Dance. Ahí tuvieron su actuación artistas como The National, Mac DeMarco, Sofi Tukker, Salvador y el Unicornio, The Black Madonna, Centavrvs, MNKYBSNSS, Metronomy, Telebit, La Vida Boheme, Dillon Francis, Kali Uchis y Bonobo.
Técnicamente, una de las adecuaciones más importantes que se hicieron desde el montaje, fue la concebida para el escenario Budwiser, que desde la edición 2015 implica la tarima donde se presentan los DJs y donde se da el cierre del festival. Así, a diferencia de otros años, dicho escenario se montó dentro de una enorme carpa que implicó un reto de sonorización por factores de clima y dimensiones: “El ajuste entre la carpa y el techo, más lo que implica el tiro y la altura para el PA y la ubicación del delay, demandó pericia. El sistema de audio que se instaló al final ahí tiene un tiro de casi cien metros y ha sido una ventaja enorme para el sonido la altura que hemos logrado ahí. Todo el tema de estructura en ese escenario, más la pared de viento detrás del mismo para no lidiar justo con las condiciones climáticas tan impredecibles de acá, fueron primordiales”, describe Andrés.
El sonido que un festival se merece
Al menos tres compañías de renta estuvieron involucradas en proveer los requerimientos de audio para los tres escenarios, a saber, las empresas Génesis, Pérsival Produciones y Árbol Naranja; entre estos equipos, se dispuso de sistemas sonoros d&b audiotechnik y Meyer Sound para PA y consolas Avid y Digico para las tareas en sala y monitores. Freddy Ardila, hoy jefe de audio, empezó en el festival haciendo monitores en otras ediciones: “Soy el primero en tomar comunicación en cuanto a los requerimientos de las bandas y ya en campo debo cotejar que todo el diseño de PA y ajuste de sistemas esté a punto en cada uno de los escenarios.
“Este año, en el Escenario Tigo Music, hubo, además del sistema d&b, hubo dos consolas S6L de Avid, dos SD10 de Digico, tres snakes, cuarenta sub snakes y paquetes de micrófonos, con lo que cubrimos las peticiones hechas por las bandas. Afortunadamente la escena colombiana hoy está bien dotada, se han ocupado en adquirir sus propias cosas y traen desde su propia planta de energía, consolas y micrófonos. Hemos estado acertados por ejemplo, en ofrecer las últimas versiones de software y soporte de marca directo para atender cualquier detalle o imprevisto en materia de audio”, señala el encargado de audio.
Por su parte, “en el Escenario Budweiser se instaló un sistema LEO de Meyer Sound con su respectivo delay y consolas SD5 y SD8 de Digico, además de Venue S6L y Profile de Avid. En el Escenario Chevrolet tuvimos arreglos LYON de Meyer Sound con consolas Venue S6L y Profile. El reto siempre es asistir y hacer sentir cómodos a todos los técnicos en cuanto a lo que pidieron y encontraron en materia de audio. Eso fue lo primero; lo segundo era que el público tuviera una buena percepción de lo que van a escuchar. Tuvimos pruebas de audio por adelantado con los abridores y estos quedaron a punto antes de abrir puertas. Hubo por eso una atención las 24 horas los tres días del festival, para que todos estuvieran tranquilos y confiados”, relata Freddy, quien también funge como ingeniero de audio para Fonseca.
El tema de ajuste de los sistemas corrió a cargo de cada marca: “A petición de la producción, en coordinación con la gente que renta los equipos, se llegó a ese acuerdo y así vino personal directamente de las firmas, por ejemplo gente de d&b para hacer los ajustes; lo mismo de Meyer Sound y Avid. Es como una garantía extra que brindas de que el ajuste será el correcto siempre y que quienes operan encontrarán todo flat para que mezclen a su gusto”, amplía Freddy.
Hacer valer lo que se tiene, backline
“Nosotros proporcionamos el backline a todos los artistas de mediana talla y los emergentes, nacionales y latinos más algunos internacionales para cosas muy específicas como la percusión y batería que, logísticamente se complica y se busca cubrirlo con lo disponible acá, como pasó con MNKYBSNSS; y ciertos sintetizadores que son importantes por los bancos de sonido que implica para algunos artistas”, habla Daniel Correa, responsable de parte de Árbol Naranja y quien atendió la instrumentación musical con que sonó el talento en Estéreo Picnic.
“Artistas grandes como Lana del Rey y Bomba Estéreo, Zoé o algunos de los DJ como Metronomy, The National, optaron también por pedir sólo ciertos instrumentos. En esto la clave es saber cómo se llevan las cosas en la producción técnica, entender cómo funciona logística y administrativamente el trato con los artistas porque de esa forma sabes que es lo que se puede ofrecer para un contra rider, qué opciones dar para ciertas marcas o modelos que sean difíciles de conseguir; hay que dar alternativas. Digamos que todo es una cadena de acciones muy puntuales y cotidianas como tener en buen estado los equipos y revisar que todo esté contado, en bodega”.
“En Colombia ha crecido la parte del backline, como resultado de que ha habido más conciertos de talla mundial; antes no venían tantos artistas y las empresas no sabían bien en qué invertir en cuanto a marcas y modelos de amplificadores, baterías, guitarras y demás. Hoy hay más festivales y giras mundiales y eso ha ampliado la demanda; se mira a futuro y se analiza qué hay que conseguir a mediano y largo plazo”, concluye Daniel.
[su_box title=”Algunas de las presencias en Estéreo Picnic 2018″ box_color=”#9a9a9a”]• The Killers • Lana Del Rey • La chiva gantiva • Centavrus • Gorillaz • Bomba Estéreo • De La Soul • Ondatrópica • La máquina camaleón • LCD Sound System • DJ Snake • Zoé • The National • La vida bohéme • Diamante Eléctrico • Telebit • Technicolor Fabrics[/su_box]
Ciencia y oficio, la filosofía del stage manager
Formado en los equipos de producción, especialmente para la parte de audio de Páramo, Alejandro Restrepo se estrenó como stage manager del Escenario Chevrolet en esta edición del festival: “soy ingeniero de sonido y los festivales que hace Páramo han sido mi escuela en Medellín. Me ha encantado descubrir el oficio de jefe de escenario; para mí se trata de ciencia y oficio: que todo esté a tiempo, recibir riders, enviar los contrariders e ir definiendo los consolidados. Arrancamos con un montón de información y después armamos los datos finales para pasarlos a los distintos equipos de trabajo. El éxito es empoderar a la gente que se tiene a cargo, que entienda lo que está pasando y sepa tomar decisiones. Soy docente de audio en vivo y apliqué eso acá: visualizar cada movimiento, qué se sube, qué se baja, qué tiempos hay establecidos. Estuvimos un poco limitados de espacio, entonces el trabajo de organización previo fue importante: tengo una pizarra, hago mis planos, coordino y delego”.
Por su parte, para Ricardo Rafael Bisbal Iglesias, mejor conocido como Ricky, el trabajo de stage manager en el Escenario Budwiser implicó su sexto año en el festival. “He visto el cambio desde que comenzó con sólo un escenario, luego a dos con una carpa y ahora tres con una gran cantidad de equipo operando con todos los beneficios que piden los artistas. Acá ya somos una familia”, señala Ricky, quien también es músico.
“Ser músico ayuda a saber qué necesitan los artistas sobre el escenario, lo que se traduce en atención y es algo que valoran mucho, porque es la parte delicada de todo esto”, continúa el jefe del Escenario Budweiser; “. Se trata de encontrar la media entre la demanda y exigencia de ellos y las del festival y ambas hay que cumplirlas. La clave es que cada uno esté coordinado en su trabajo y que la gente sepa qué movimientos realizar y en qué tiempos los tienen que cumplir. Si tengo que intervenir o estar sobre ellos es que algo anda mal. En este escenario tuvimos un margen de tiempo para cambios amplios: el más pequeño era de 45 minutos y el más largo de hora y media. Se trata de tener bien armado el equipo humano y hacer un método de trabajo que sea útil”.
El detalle de la atención, camerinos
Clara Inés Osorio es parte de la producción del festival desde la primera edición, mas para ésta debutó como productora y directora general de camerinos. “Yo los miro como espacios pensados que decoro de manera especial conforme al concepto del festival y las peticiones en el rider de cada artista. Son 32 camerinos con buen espacio en los que el talento encontró lo que solicitó en cuanto a alimentos, bebidas y cuidado personal. Hubo atención especiales con el tema de alergias y preferencias de comida. Tuvimos acuerdos con algunos de los mejores restaurantes de acá, que cumplen perfectamente con lo que se nos pidio”.
Clara tuvo a su cargo trece personas en este evento: “Para la organización tuvimos un artist relations, persona que se enfocó en el envío de correos y aprobación de todo lo que se nos solicitó o la negociación de lo que se les indicó que hubo en sustitución, con el fin de evitar demasiados filtros. Para mí, esa una parte muy importante en la industria del espectáculo y pensar cómo crecer e innovar en ese terreno ha sido muy estimulantes para mí. Siempre se aprenden cosas nuevas; y yo me emociono mucho con la idea de poner talento y cariño en esta parte de la producción y ofrecer mejoras”, comparte Clara.
La magia de vivir una experiencia musical en un festival como Estéreo Picnic supone la posibilidad de mirarlos como motivo para la innovación creativa como un concepto de entretenimiento más integral para el público: “Como yo lo veo, la gente que viene a este evento no sólo toma las fotos de los artistas y el escenario sino que se arman un álbum con la gente que convivió y estuvo a su alrededor. Tenemos un concepto artístico muy diferente. Lo técnico cambia con las exigencias vigentes pero, en términos de producción, acá tenemos el reto grande de convertir unas canchas de futbol y un potrero en un mundo distinto”, concluye Andrés.
Y sí, vaya que lo logran. ¡Chévere!