Una de las bandas que ha tomado relevancia en la música y ha destacado en el género son los colombianos de Morat. Su estilo, mezcla de folk, pop y rock, genera una atractiva combinación rítmica que le ha servido para posicionarse y ganar adeptos entre el gusto de cada vez más personas. Desde el 2015 han cosechado éxitos en toda Latinoamérica y esto los catapultó hasta el escenario del Coloso de Reforma, con dos presentaciones de lleno total de manera reciente.
Producción de gran nivel
Para conocer de cerca los detalles que hicieron que Morat lograra conquistar y dejar una gran experiencia al público que se dio cita en el Auditorio Nacional, Jorge “Koco” Montaner, jefe de producción de la banda, señala los principales puntos con lo que lograron realizar este show: “Estamos muy contentos por los resultados obtenidos; enfrentarse al Auditorio Nacional fue un reto que supimos superar, armamos una óptima preproducción y ya en la producción esto tuvo sus resultados. Siempre hubo una interacción constructiva entre el grupo y el staff. El objetivo principal era sacar lo mejor de cada una de las partes; el montaje tomó ocho horas y después se trajo el backline y audio. Trabajar con ellos es muy constructivo, son personas que se dejan motivar, se sorprenden con cosas que uno hace en el montaje. Son muy agradecidos y reconocen el esfuerzo que hizo el personal de producción”.
Una de las áreas que fue pilar para que este espectáculo tuviera excelentes resultados fue el audio en sala. Rudy Rosales, encargado de él, supo ocupar los recursos del Auditorio Nacional: “Cuando me invitan a cualquier proyecto me gusta conocer y estudiar el género para darme una idea de cómo quieren sonar y de ahí formo una idea sonora, lo que me permite saber cómo voy a trabajar. En esta ocasión, ocupamos el sistema Meyer Sound que hay en el Auditorio. El arreglo consistió en veinte cajas por lado del sistema principal, 12 subwoofers 700 HP colgados, out fill de nueve altavoces MILO y cuatro subwoofers en el piso. No realizamos tantos ajustes, jugamos y controlamos sobre todo las frecuencias graves; buscamos que tuvieran una mayor contundencia”.
Un aspecto que destaca Rudy, es el hecho de que el sonido de Morat, al ser una mezcla entre pop, folk, rock y otros géneros, requiere mayores graves. Si bien no es difícil acentuar esta cualidad, sí se requiere de precisión para evitar fallas. La consola que se utilizó fue una Digico SD12, misma que se ocupó durante todo el tour de Morat. Se utilizaron 64 canales, lo anterior debido a que en el Auditorio hubo un cuarteto de cuerdas y artistas invitados, además de ocuparse plug ins Waves.
Hay que mencionar que una de las cuestiones a las que se enfrentaron en sala fue la presión sonora de las fanáticas, ya que al ser un público adolescente en su mayoría, los gritos y cantos son una constante durante el show, por lo que el reto consistió en estar ligeramente arriba de esos “gritos”, para que los asistentes pudieran disfrutar del espectáculo al cien por ciento sin riesgo alguno.
Luz que genera emociones
La iluminación fue otra área que destacó en los conciertos del grupo Morat en el Auditorio Nacional y estuvo bajo la dirección de José Luis Campos, “Chiquis”, quien consiguió construir las atmósferas y ambientes que requería el espectáculo.
El diseño de iluminación tomó tres meses, tuvo un estilo vintage y a la vez moderno, ocupando colores cálidos para canciones con ritmos bailables y energéticos. El objetivo fue que a través de la generación de tonalidades se transmitiera a la gente sentimientos durante el show. Se recurrió al uso de colores cálidos para canciones con mucho ritmo, ya que el show tuvo un estilo energético. Ante la actitud participativa del público, se buscó que fueran parte del espectáculo y con ello transmitir con los colores sentimientos o estándares de las canciones.
Se ocuparon más de 130 luces robóticas, de marcas como Elation, Konic y Halo; la consola que se utilizó fue una GrandMA Lighting y se ocuparon doce universos. Asimismo, la parte visual estuvo reforzada con una pantalla LED Mesh de quince por cuatro metros, en la que se proyectaron videos y gráficos de acuerdo al sentido de cada canción, lo que ayudó a acentuar el estilo pop de Morat durante las casi dos horas que duró el concierto.
“Las canciones de este show transmiten ciertas cosas, hay canciones de amor y desamor, utilizamos tonos rojos y morados; buscamos transmitir ambientes o atmosferas para consolidar los sentimientos de las letras. Este diseño es exclusivo para el Auditorio Nacional. En la gira el diseño es más tranquilo, ya que a veces trabajamos en lugares pequeños y no puede adaptarse este concepto. Funciona bien, prende a todo el público, transmite energía, les hace mover los pies”, comenta Chiquis.
En cuanto al audio en monitores, Manuel Valdivia también cuenta acerca de lo que se realizó en este ámbito. De la mano de equipos de la firma Shure no hubo ninguna complicación y en cambio todo se llevó a cabo de manera óptima: “Toda la banda usa monitores personales; tuvimos cuatro músicos principales y dos invitados; hubo una sección de cuerdas que acompañan algunas canciones y un invitado extra. Usamos diez sistemas Shure PSM1000 y recurrí a una antena omnidireccional Shure para el escenario. Ocupamos la consola Avid S6L, usamos 61 canales. El flujo de trabajo que tiene la consola es muy amigable y tiene un gran funcionamiento“, señala.
El éxito de Morat crece día con día, donde sea que se presenten consiguen lleno total y prácticamente suenan por todos lados. Si bien lo anterior es resultado de su talento artístico, no podemos olvidar el trabajo del staff de producción, que gracias a su esfuerzo, experiencia y pericia, logran que el talento de estos jóvenes sea apreciado correctamente.