Originaria de Tijuana, Baja California, Karla López inició su vínculo con la iluminación desde pequeña cuando se involucró en el teatro y haciendo luces para el espectáculo flamenco de su hermano en las zonas vinícolas del Valle de Guadalupe. Formalizó la vocación cursando la Licenciatura en Teatro en la Universidad de Baja California y ha colaborado con artistas como Lenny Tavárez, Kany García, Gondwana y la artista japonesa Rei Kuromiya. Actualmente cuenta con su propio estudio de diseño y programación lumínico y fue reconocida por el colectivo The Woman in Lighting, junto con Light Collective, incluyéndola en un panel de LDI en Las Vegas, siendo la primera mexicana en hacerlo.
Conocimiento de diferentes fuentes
Tener una comprensión a fondo de los mecanismos técnicos ha sido el camino de desarrollo en las habilidades de Karla y así lo recuerda: “Desde siempre, mi enfoque ha sido aprender sobre la luz desde su concepto científico y, en algún punto entre lo que hacía ya en la carrera, conocí amigos en la Industria y los veía operando consolas digitales de iluminación, y fue cuando dije: ‘yo quiero esto’. Empecé a acercarme a compañías de renta en Tijuana para aprender cómo programar la consola, conocer desde cómo era un montaje técnico en ese ámbito -porque venía del área teatral, y quería saber cómo funciona todo eso, cable por cable, porque en un show tienes que dar indicaciones o resolver algo y hay que saber todo eso”.

El conocimiento del ámbito teatral y sus entretelones (escenario, iluminación, vestuario y demás), en combinación con estar al corriente de las luminarias robóticas en las compañías de renta, acercó a Karla con los distribuidores de marcas para seguir aprendiendo e ir más allá: “Empecé a capacitarme con marcas como MA Lighting, Chamsys, Avolites, y High End Systems, y comprendí que debía ir todavía más allá, así que empecé a aprender informática, programación y electrónica y pude atender lo que implicaba el hardware. Me hice una radiografía de eso para tener en mis manos todos los detalles de lo que diseño en mi laptop”.

Los primeros eventos fueron con bandas de reggae como Gondwana, y si bien hubo la oportunidad de tomarlas, Karla recuerda lo difícil que fue por ser mujer: “La realidad es que en la iluminación ha sido un poco más tardada esa batalla en relación a otras áreas de la producción, pero lo que ayuda mucho es hacer un buen networking y en mi caso, la ubicación ha sido fundamental, porque puedo ir y venir a Estados Unidos por tener la visa de trabajo”. Con el tiempo, Karla fue colaborando donde las condiciones eran mejores: “He podido atender a los artistas latinos cuando hacen sus giras allá, y si hay algo que destaco, es que en esas regiones son más equitativos en términos de logística”.
Durante su paso por escenarios internacionales, Karla ha colaborado con artistas como Lenny Tavárez, Kany García y Rei Kuromiya. Sin embargo, fue en un show de Red Hot Chili Peppers donde vivió una experiencia técnica breve, pero significativa, que reafirmó su propósito: convertir la luz en lenguaje emocional sobre el escenario.
Profundizar para ofrecer experiencias distintas
Para Karla, ir más allá de las tendencias y modas en iluminación, tiene como clave seguir profundizando en materias asociadas a la luz, como el color y la fotometría. Esto ha tenido un efecto favorable en su proceso creativo, como ha sido su trabajo con la japonesa Rei Kuromiya: “Como directora creativa empecé con ella, y como padece ansiedad, mi enfoque para conceptualizar el show cambió a partir de lo que hice para un concierto en Japón y desde entonces para mí es más gratificante involucrarme así, pues lo que pasa es que contratan a alguien que corra el show y le sepa técnicamente, pero no siempre te llaman para hacer todo desde el origen, ya que son varios los escenarios de contratación. Y con proyectos como el de ella aplico todo y lo voy desarrollando en mi estudio”.

“Actualmente hay que tener armonía entre la iluminación y los visuales para no perderse en ruido visual y caer en no llevar al goce al público y perder al artista. Desde mi posición como directora creativa, debo cuidar que la gente paga para ver a su artista en un show y no debemos cansarlos visualmente. Podemos hacer diseños dramáticos y ocupar las luces con todas sus funciones”.
“Otro ejemplo de ir más allá diría que es concebir un diseño para un show 360 grados, donde hay todo un tema de perspectiva. Para ello pedí asesoría a un oftalmólogo y saber cómo afecta la posición de las lámparas en cada posición del público, porque siempre vuelvo a la base científica de todo y eso me ayudó a ubicarlas mejor, por el nivel de intensidad o cómo se abre el haz luminoso. También he estudiado neurología, para tener el factor médico de lo que implica esto en un show, porque quiero ofrecer algo distinto al artista y al público; los equipos y las consolas pueden darte todo eso, pero si se añade este otro conocimiento, los proyectos se enriquecen”.

Tecnológicamente, la innovación que más sobresale para Karla en el ámbito luminoso son los programas de visualización: “Hoy me parece que todas las consolas de iluminación cumplen con sus tareas para programar y operar, cada marca con sus diferencias, y la clave está siendo la actualización de los visualizadores, porque ahora van de 8K a 20K y todo se ve completamente realista. En mi caso uso dos: Capture, porque me encanta cómo renderiza, y Depence”.
Recientemente, Karla añadió un reconocimiento especial a su trabajo, gracias a la iniciativa del colectivo The Woman in Lighting en conjunto con Light Collective, que la incluyó en un libro y le extendió una invitación como panelista en LDI en Las Vegas. Así lo recuerda: “Ese colectivo ha hecho el trabajo de reunir a iluminadoras de todo el mundo. Iniciaron con mujeres que hacen iluminación arquitectónica y desde hace un par de años empezaron a buscar iluminadoras del entretenimiento -teatro, cine, conciertos- e hicieron un libro donde contribuí con un texto. De ahí vino la invitación para dar una plática en LDI y me dijeron que era la primera mexicana en hacerlo. Yo hablé sobre el proceso creativo y cómo uso mis herramientas de trabajo”.

“En la audiencia estaban estudiantes de iluminación, los directivos de LDI, gerentes de marcas, algunos con los que he colaborado y han seguido mi carrera. Escuchar de ellos que saben que para nosotras en Latinoamérica las cosas no están fáciles por temas de cultura, como el machismo, y ver que estamos ahí, tomando las oportunidades, fue algo que aplaudieron mucho y extendieron la apertura a colaborar, incluso sabiendo que actualmente el tema político en la frontera añade complejidad a las cosas”.
Desde esa vitrina, Karla no duda en extender el mensaje para más mujeres que quieran abrirse camino en la iluminación: “Se puede y sobre todo, hay que tener mucha paciencia. Entender que en un país como el nuestro, las metas y objetivos se van alcanzando sorteando diversos factores, pero sí nos están dando oportunidades, a pesar de lidiar con cosas sexistas y de acoso de las que debemos cuidarnos. Una sabe cuánto vale, y si no es en un lugar, será en otro. El network es grandísimo y siempre habrá alguien que crea en ti. Hay que aprender, no dejar que el ego nos ciegue y cuidar nuestras ambiciones, mantenernos humildes y colaborar”.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco.