La base del proyecto Dantor es el quinteto formado por Israel Torres (violín), Aarón Cruz (contrabajo), Daniel Vadillo (piano), Hiram Griss (batería) y Daniel Torres (guitarra, composición y voces) y, para la producción de “Olas Altas”, su nuevo álbum, se sumaron Joe D’ Etienne (bugle), Paulen Iñaki y Diego Franco (sax). Grabado, mezclado y masterizado en Sala de Audio por Salvador Tercero, Marcos Santana y Raúl Oropeza, ofrece el extra de ser un material en Dolby Atmos Music, el primero del reconocido espacio educativo y de servicios en audio profesional en la colonia Juárez de la Ciudad de México.
“Me gusta algo que ha dicho Aarón Cruz: este disco es música honesta con la que no estoy tratando de satisfacer a un mercado, sino que se vuelva una nueva manera de escucha”.
Daniel Torres.
Nuevas formas de escucha
Con una parte de las canciones compuestas en 2019 y otras en medio del contexto de encierro sanitario, “Olas Altas” da continuidad a la impronta de la música del grupo, llena de esperanza y alegría. Sobre ello menciona Daniel: “Hay una huella emotiva en este disco que permite entender cómo la música puede transmitir eso que sientes y no puedes expresar con palabras, pero sí a través de la composición y la música. No es tan introspectivo, siento que es muy digerible y fresco. Me gusta algo que ha dicho Aarón: es música honesta con la que no estoy tratando de satisfacer a un mercado, sino que se vuelva una nueva manera de escucha. Previamente a entrar al estudio ya habíamos ensayado y sabíamos cuáles eran las zonas de improvisación donde lo que sugerí es que se dejaran ir y se apoyaran en la base armónica”
Un encuentro fortuito provocado por Aarón Cruz vinculó a Daniel con Salvador Tercero y su Sala de Audio; ahí se gestó la posibilidad de realizar una colaboración, que a la postre sería “Olas Altas”: “Lo primero que hicimos fue la mezcla y masterización de unas composiciones con arreglo sinfónico que me ayudó a armar mi amiga Nur Slim, y que grabamos a distancia, con celulares y Garage Band alrededor de 33 músicos. Yo armé y edité con una base MIDI y eso le mandé a Salvador. Así fue nuestro primer encuentro, de manera virtual, que fue bastante explosivo”, recuerda el compositor.
En 2021, con la reactivación del semáforo sanitario y el reacomodo de los estudios en Sala de Audio, que habían sido desmantelados para instalarlos en áreas ventiladas del edificio para poder dar talleres presenciales, se coordinó la grabación: “El proyecto se recibió con el regreso de nuestros estudios como los teníamos y un extra: los enlazamos a través del protocolo Dante, utilizando los convertidores REDNET A16/R de Focusrite, así que ‘Olas Altas’ fue la primera grabación formal de Sala de Audio donde tuvimos 3 estudios de grabación enlazados y un pianista a más de 50 metros tocando en vivo del baterista, que se ubicaba a 15 metros del contrabajista, todos en sincronía, perfectamente amarrados con nuestro sistema de circuito cerrado de video. Fue una experiencia muy rica y cómoda, porque tuvimos un control absoluto de contaminación de ruido muy bien logrado para mantener esa cohesión humana”, destaca Salvador.
Originalmente, la mezcla sería en estéreo, pero este proceso coincidió con la creación de la sala Dolby Atmos, que se inauguró en el centro educativo y que ponía a disposición llevar el disco al sonido inmersivo. Salvador relata: “Estábamos en pruebas y entendiendo cómo funcionaba Dolby Atmos; le propuse a Daniel que me dejara experimentar con su música, que si no teníamos un resultado que nos agradara, volvíamos al plan de la misión estéreo. Para varios temas, Daniel tenía la idea de meter unas voces, corales y cantos polifónicos y le dije que con técnicas de grabación las podíamos doblar y hacer que sonara como si fueran 17 o 18 voces. Ahí empecé a jugar con las espacialidades en estéreo, todo durante el tracking del álbum. En ese ínter hice contacto con Raúl Oropeza (colega y fundador de Sala de Audio), le conté del proyecto y que teníamos libertad para hacer lo que decidiéramos. Cuando él llegó, trajo todo su conocimiento previo en mezclas surround e inmersivas -el que ha implementado en las cabinas de Postproducción de Televisa-, que ya incluía Dolby Atmos. Lo que estábamos logrando era sorprendente para los dos”.
Raúl Oropeza fue el encargado de montar en 2018 la primera sala Dolby Atmos en Televisa. Fue instruido desde que conoció el sistema en el NAB y pudo establecer contacto con la gente de Avid y Dolby: “Mi querido colega y amigo, Omar Martínez, estaba presentando la nueva versión de Pro Tools con la posibilidad de comunicación de Dolby Atmos, así que aprovechamos, cerré contactos con ellos y con Daniel Martins de Dolby Laboratories. Nos prestaron el equipo, lo instalamos en una de las cabinas y pude empezar a probar mezclando bloques de “La Voz México”. Fue un inicio de un aprendizaje brutal; para mí fue un parteaguas porque se necesita un conocimiento muy sólido en Pro Tools, estar muy claro en flujos de señales y en mezcla. Siento que Salvador y yo nos complementamos haciendo un extraordinario equipo. Yo agradezco mucho a la vida que me haya puesto a Salvador en el camino. Lo que está muy bien, es que volvimos a hacer un clic impresionante, donde aprendimos a usar la plataforma y vimos hasta dónde podíamos llegar con la increíble música de Dantor”.
“Olas Altas” fue la primera grabación formal de Sala de Audio donde tuvimos 3 estudios de grabación enlazados; un pianista a más de 50 metros tocando en vivo del baterista que se ubicaba a 15 metros del contrabajista…fue una experiencia muy rica y cómoda”
Salvador Tercero.
Experimentación soñada
Sin la presión de tiempos de entrega, con un material que cautivó a todos los involucrados, el tratamiento en Dolby Atmos de “Olas Altas” supuso manejar una paleta de colores inmensa, plasmada en una música cuyos ejecutantes alcanzan el virtuosismo interpretando varios géneros.
“El concepto de Dantor es tan diverso, con un gran virtuosismo y, como el compositor, también se hizo una fusión de tres talentos entre músicos e ingenieros. Es muy fresco y agradable lo que suena”, enfatiza Salvador; y Daniel añade: “Se nota en algo esa locura cuando experimento con mi instrumento, que es lo mismo que ellos hacen con las tecnologías que van llegando. Yo tomo mi guitarra de seis cuerdas, pero las altas tienen una afinación distinta y sobre eso deconstruyo lo que sé técnicamente. Siento que eso pasa con Dolby: ellos tienen que deconstruir ese saber técnico y dar paso a la explosión creativa que se escucha en todo el disco. Ha sido como un laboratorio de investigación como para mí es la música: mi laboratorio de investigación sobre las emociones”.
Respecto a la mezcla, en estéreo, el desafío de hacer que 40 elementos salgan bien distribuidos en dos fuentes, se trasladó a la posibilidad de llevar esos mismos 40 elementos en 12 fuentes, pero alrededor de la audiencia. “Ese es el espacio sonoro que se logra en estas cabinas aprobadas por los Laboratorios Dolby para la mezcla de Dolby Atmos Music y Broadcast, con altavoces JBL. Son procesos complejos y lo que pasa es que se necesita tener la cabina acondicionada bajo especificaciones muy puntuales para que lo que aquí se reproduzca sea lo que va a suceder afuera, entonces resuelvo y hago mi mezcla basado en una serie de parámetros y protocolos muy complejos ; por ejemplo, Dolby tiene 12 medidores y adicionalmente me da una serie de lecturas o control de loudness, que me indica si estoy logrando cumplir con las estrictas especificaciones de las plataformas de streaming de música y broadcasting de video y de cine, que manejan normas muy cuidadosas de reproducción para el usuario”, desmenuza Salvador y agrega sobre la masterización: “Al hacerlo también en las cabinas calibradas bajo este sistema, tendrás la parte de homologación que nos tomó como dos meses entender. Sigue el principio de la masterización tradicional, pero ahora tomo nota de la espacialidad y que eso se refleje en dicho proceso”.
Raúl complementa añadiendo: “La misma aplicación va haciendo un análisis de cómo se está comportando el nivel de loudness o sonoridad de tu mezcla, en intervalos de tiempo, y se tiene que cumplir con un requerimiento de entrega. Le digo a Salvador que es como jugar futbol: no podemos salirnos de la cancha, pero sí podemos movernos todo lo que queramos dentro de ella”.
Con el lanzamiento de esta producción inmersiva, Sala de Audio también documenta el camino en su aventura con los laboratorios Dolby, quienes han depositado su confianza en la institución para convertirla en la primera escuela en América Latina donde se puede enseñar y certificar a los interesados en Dolby Atmos y Dolby Atmos Music.
“A mí me parece muy emocionante que esto es lo de hoy; Dolby está democratizando la experiencia para que el usuario final la viva: hoy está en los celulares, la televisión, el contenido de paga. Para nosotros es una aventura que nos permitió y ha permitido aprender y resolver cosas; hemos ido acomodando más y más los elementos y tuvimos un proyecto cuyo resultado es cautivador, porque no hay una sola persona que lo haya escuchado que no nos diga lo maravilloso que le resulta”, concluye entusiasta Salvador.
“Impregnado de brisa marina y recuerdos arcaicos, enraizado en las diversas tradiciones de las que ha ido abrevando en sus viajes y, al mismo tiempo, en constante búsqueda de un lenguaje propio que resulta sorprendentemente fresco, exuberante y propositivo, haciendo derroche de virtuosismo tanto en la guitarra como en sus extraordinarias capacidades vocales, acompañado magistralmente por un fabuloso ensamble de músicos y logrando una hipnótica calidad sónica a través del sistema Dolby Atmos, con esta segunda producción titulada ‘Olas altas’, Daniel Torres, DANTOR, nos invita a asomarnos a universos insospechados de los que es imposible retornar intactos después de haberlos habitado”. Rosino Serrano.
Redacción: Marisol Pacheco