Nació en 2010 en la era de MySpace, evolucionó a página web en 2014 y ahora es una aplicación y plataforma que buscar reunir a todos los integrantes del ecosistema musical y vincularlos de forma regional: “Nos interesa el vínculo interno de lo que pasa en la industria musical que no es sobre el artista con su público, sino todo lo que está atrás; es decir, el equipo que hace que suene una banda. Nos referimos a muchos profesionales que no todos conocen y por esta vía les damos un lugar para generar trabajo y profesionalización, sobre todo en momentos como el que estamos viviendo, de ahí que esta plataforma se ha venido enfocando en la enseñanza y aprendizaje, cuyo objetivo es encontrar workshops y, emulando lo que pasa con los músicos, que varios tienen su ingreso fijo por dar clases, los profesionales alrededor hagan una actividad similar”, comenta Javier Sverdloff, director de la plataforma.
Disponible en iOS y Android, Louderband cuenta con una sección que busca dar solución al problema de los cursos en video, asesorando a quienes desean compartir su conocimiento y experiencia con una metodología y estructura ad hoc a los tiempos y formatos: “De pronto, el problema es que no sabemos estructurar el contenido y organizar la información como ya hacen otras áreas como el diseño; aquí es posible incursionar en todos los rubros que dan vida a la música: desde ingenieros hasta estudios, fotógrafos, managers y gente de prensa. Si existe esto se puede generar un contenido que se queda en una plataforma y puede brindar un ingreso de por vida, mientras se siguen realizando otras tareas. También tenemos claro cómo puede ser el formato atractivo para las nuevas generaciones que quieren algo inmediato y sin horario determinado”, detalla Javier.
Con la apertura de la oficina de Louderband en México, la proyección es ir afianzando la presencia de la plataforma en América Latina y entre la comunidad hispanoparlante de los Estados Unidos: “Ya tenemos acuerdos en países donde queremos tener un socio local, como hicimos en Argentina y ahora en México, porque nos dimos cuenta de que es muy importante el rol de esa persona que conoce el medio en la localidad. Quisimos pensar en herramientas para la industria, que se note que nos conocemos y que nos perciban como parte de la industria, no un agente externo que vino a hacer un gran negocio”.
“Nos importa tener esta base de profesionales en los roles clave, ya estamos trabajando en un curso porque la mayoría de los artistas se autogestionan y no tiene conocimiento de redes, prensa y por lo general se aprende sin referencias, así que vendrá bien un poco de información y saber donde están parados y por dónde buscar”.
De momento, la gestión del contenido corre a cargo de los responsables de la plataforma con miras a simplificar el proceso, permitiendo que cada interesado pueda subir, previa valoración, su material: “Nos gusta la idea de que cada quien ponga su curso, pero por ahora todo lo vamos subiendo nosotros; incluso desde el momento en que tenemos los primeros contactos con ellos pedimos su información, para dar seguimiento y apoyo para generar el curso, porque muchos profesionales quieren y no saben por dónde empezar, además de que hay una serie de lineamientos; es como asociarnos y guiarlos un poco, por ejemplo, la duración de capítulos debe ser de máximo diez minutos, porque se pierde el interés de las personas, y a los interesados en impartir cursos los asesoramos en esa parte”.
Para Javier es claro, hay una necesidad atendida con Louderband: “Hoy tiene mucho sentido conectar con distintos países, porque uno sabe de su localidad, pero no de lo demás. Lo que estamos buscando son aliados locales, sobre todo en las ciudades de los países más importantes, como Colombia, Chile, Estados Unidos o Argentina; hay un crecimiento exponencial, pero luego del lanzamiento de la oficina en México queremos ir rápido por toda la región y mantener el orgullo de ser una start up latinoamericana”.
Disponible en inglés y español, Louderband está llamada a convertirse en un lugar para los profesionales de la industria y ampliar las posibilidades de colaboración y enseñanzas, además del autoempleo a través de cursos en línea y sin barreras gracias a la tecnología. “La música es la mezcla de culturas y esta situación de encierro nos ha mostrado que nos tenemos que adaptar y entrarle a las cosas nuevas. Hoy, la colaboración a distancia ya es común y este tipo de recursos ayudará a que siga creciendo”, afirma Javier.