Wav Vs MP3: ¿Cómo distinguirlos?

Por Raúl de Jesús Bustos Castañeda*

Todo tiene que ver con la percepción y cómo nuestra mente interpreta el mundo. En esta columna nos hemos adentrado en temas de cognición aplicados a la audición, con el afán de entender procesos cotidianos de un profesional del audio. En este artículo nos apoyaremos en conocimientos de neurociencia y entrenamiento auditivo para abordar el tema de cómo distinguir entre un archivo WAV y un MP3 a 320 Kbps.

Los formatos de compresión lossy son famosos en nuestra Industria debido a dos razones: lo útiles que son y la pérdida de información que conllevan. Y es que al ser más ligeros, podemos guardarlos y transportarlos de una mejor manera, pero por otro lado, tenemos pérdida de información que podría ser significativa para la experiencia del usuario. Está por demás hablar acerca de la relevancia de estos formatos en la Industria; sólo basta con voltear a ver los servicios de streaming, los cuales se han convertido en la primera forma de consumir música en nuestra sociedad. En este artículo analizaremos, por una ruta práctica y desde la neurociencia, cómo poder distinguir la pérdida de un formato de compresión.

Cada frecuencia tiene su espacio y sabemos que las altas frecuencias están en la parte de arriba; entonces, si logramos que se pueda reconocer ese espacio por frecuencia, se podrá notar el cambio al hacer una prueba A/B entre un archivo con y sin compresión.

Neurociencia, cognición y archivos con compresión

El cerebro es un gran relacionador de todo; sabemos que entre más cosas le demos a relacionar, más fácil podrá hacer sinapsis considerables para poder problemas y percibir cambios sonoros. Es importante construir esos puentes neuronales de una manera consciente e intencional para que posteriormente el cerebro lo use de una forma automática y sencilla. Ahora bien, la metodología que usamos en Sonic Ear Training para poder distinguir esto, tiene dos vertientes: el reconocimiento de frecuencias por altura aparente de la mezcla e inversión de fase. Ambos aspectos nos permiten develar con facilidad la diferencia audible entre un formato completo y uno con pérdidas.

Reconocimiento de frecuencias por altura de la mezcla estéreo

Sabemos que el registro de frecuencias que más pierden en un formato de compresión son las altas y por lo tanto, es crucial enfocar a la mente en mayor proporción a éstas. La forma más eficiente en la que podemos hacer esto es asociar la frecuencia con la altura aparente que nos da la imagen estéreo. Abordando el tema en audífonos, sabemos que cada frecuencia tiene su espacio y que las altas frecuencias están en la parte de arriba; entonces, si logramos que el alumno pueda reconocer ese espacio por frecuencia, podrá notar el cambio al hacer una prueba A/B entre un archivo con y sin compresión. Y hablando de altavoces, no es diferente, ya que el alumno podrá reconocer el cambio de espacio en la parte alta de la imagen estereofónica.

Es crucial para cualquier profesional del audio poder comprender y percibir las pérdidas que un 

formato de compresión conlleva.

Análisis de inversión de fase

¿Recuerdan el artículo donde comparamos el bounce en tiempo real versus el offline de Pro Tools? Ahí utilizamos esta metodología y en este proceso también lo utilizaremos, por lo noble y sencilla que es; la premisa es la siguiente: si tienes dos audios casi iguales y lo sumas con la polaridad invertida, obtendrás la diferencia entre ambos. Pongámoslo paso a paso:

1. Presentación de los audios.

Hay que importar a una sesión ambos audios y hay que tener en cuenta que el MP3 siempre presentará un retraso en samples con respecto al Wav; por lo tanto, se buscará tenerlos en perfecta fase. 

Otra consideración es buscar tener una sesión de alto sample rate, ya que entre más alto sea su valor, serán más finos nuestros ajustes de fase entre ambos audios.

2. Inversión de fase.

Ya alineados ambos audios, se le invierte la fase a uno con respecto al otro, para posteriormente buscar sumarlos y encontrar las frecuencias que tiene el archivo WAV que no tiene el MP3.

3. Ruptura de posible sesgo.

Es muy importante ver y escuchar el residuo de la comparación entre el formato con pérdida y sin ella; en ese momento rompemos el sesgo cognitivo y establecemos una nueva verdad: ¡sí hay diferencia! Y entonces ponemos en marcha nuestro proceso mental en alta demanda para analizar qué es lo que se pierde y qué tan relevante es. Aquí es muy importante apoyar visualmente el contenido de frecuencia por medio de un analizador, la forma de onda y la cantidad de señal. 

4. Reconocimiento de la pérdida.

Aquí es importante cerrar los ojos y buscar enfocarnos en el timbre y el espacio, poder distinguir la ausencia de esas frecuencias en el formato MP3 por medio del cambio del timbre, pero mucho más eficiente, enfocándonos en la parte superior de la imagen estéreo. 

Para mí es fascinante ver las reacciones y las sonrisas de los alumnos a la hora de hacer el cambio A/B y poder decir claramente cuál es cuál.

Como conclusión, puedo decir que me parece crucial para cualquier profesional del audio poder comprender y percibir las pérdidas que un formato de compresión conlleva. Y es que los formatos de compresión en ciertos escenarios son muy deseables, ya que al reducir considerablemente su tamaño, también reducen el ancho de banda necesario para su transmisión y eso es benéfico para ciertas prácticas. Por otro lado, habrá contextos en los cuales no será aceptable tener un deterioro en la señal. Para todo esto, el profesional del audio tiene la responsabilidad de reconocer estas pérdidas para tomar la mejor de las decisiones.

Si gustan explorar la sesión y los audios ocupados en este artículo, pueden ingresar a www.soundcheck.com.mx y encontrar el link correspondiente.

¡Gracias por leer!

*Es Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica por el IPN. Cuenta con dos diplomados en Neurociencias y educación y Neurociencias para mandos medios, por el Instituto INECO-U. Ha sido docente por más de 12 años en instituciones como SAE Institute y Rec Música y es CEO y director académico en Sonic Ear Training Institute: soniceartraining.com.

Contacto: raul.bustos@soniceartraining.com