Compositor, educador y productor musical, Ramiro Pastrana es originario de Puebla y desde los años noventa ha forjado su carrera musical desde la interpretación, con bandas de covers de rock en español e inglés, una banda propia de rock pop llamada Ópera Prima que les produjo Amparo Rubín, una faceta clave haciendo música para telenovelas y, otra más, atendiendo la enseñanza en composición.
Alumno de maestros como Alberto Núñez Palacio, Tony Taño y, especialmente, Humberto Hernández Medrano (alumno de Carlos Chávez, Dimitri Shostakovich y Kabalevsky) y Eugenio Toussaint (Q.E.P.D.), Ramiro ha logrado mantener un proyecto de enseñanza sólido en composición y producción por más de una década: “Me he dedicado a dar clases los últimos diez años, tengo toda la parte clásica a fondo, de lo que aprendí con Hernández Medrano, y también doy la parte pop, de música popular contemporánea o lo que se llama el Sistema Berklee, donde ves el pop, la balada, el blues y demás. A mediados de los años noventa, justo haciendo esta música incidental en TV Azteca y un poco en Televisa, fue que armé mi estudio personal, siempre con una Mac, el programa Studio Vision Pro y una interfaz de audio que hacía AVID. Algo muy sencillo, pero que nos estaba alistando para poder manipular todo lo MIDI y tener acceso a estas librerías de sonidos e instrumentos que tenemos ahora”.
“Actualmente, las librerías están muy sofisticadas y tienes de muchas marcas con todas las secciones de orquesta. Yo puedo juntar de pronto dos o tres librerías, porque puedes tener algunas que traen baterías acústicas increíbles y otras con loops muy específicos cuando se requieren. El punto es hacerte de una galería muy poderosa. Lo otro es tu programa, yo uso Cubase y para partituras Finale y Sibelius son herramientas poderosísimas a las que los músicos de ahora tenemos acceso para hacer el trabajo”.
“En la producción, si el presupuesto lo permite, pues ya te armas sesiones de grabación en estudios. Yo he realizado varias para cuerdas, en el estudio de Pepe Aguilar y el de Aneiro Taño, para que mi trabajo tuviera la mayor calidad posible y grabar con músicos reales; es carísimo pagar el estudio y a los músicos, tienes que tener todo el material escrito, arreglado y grabar 10 o 15 temas para 4 horas; aprovechar lo más posible y que el presupuesto lo permita. Por eso lo más cómodo si no hay presupuesto, es trabajar con las librerías, sampleos y con toda la dedicación posible”.
Con un historial que abarca más de diez producciones televisivas, hoy el gran desafío que tiene el productor y compositor musical está en lograr abrir las puertas de los estudios de contenidos on demand y streaming, como lo sopesa Ramiro: “En este momento, de lo que se trata es de buscar contactos, conocer a gente en las nuevas plataformas, porque puede ser el caso, como el mío, que he seguido componiendo mucha música incidental, tengo un catálogo, y ahora con todo lo que están generando las plataformas y sabiendo que están interesadas en México para seguir invirtiendo, lo que toca es poner la música de uno ahí. Es un reto y en eso estamos”.
Entrevista: Nizarindani Sopeña /Redacción: Marisol Pacheco