Nick Launay, bitácora sonora de pasión y conocimiento

Luego de su participación en las master classes de la reciente edición de sound:check Xpo, el legendario productor de Nick Cave, Arcade Fire, Yeah Yeah Yeahs y muchos más, comparte aquí algunos de los atributos que distinguen su quehacer como productor e ingeniero, una habilidad para capturar las emociones y atmósferas sonoras en el estudio y ponerse al servicio de la música. 

La intuición, poder esencial

Para ello, la premisa que guía a Nick es la pasión: “Para mí, lo más importante es tener pasión por la música y dejarse conmover por ella, porque eso quiere decir que te afecta y que entiendes por qué pasa. Sin esto, podrás ser un muy buen ingeniero de grabación y grabar perfectamente, sin distorsiones ni nada por el estilo, pero el resultado será sacar un disco sin carácter. Se trata de saber qué hay dentro de ti como persona y lo que te impulsa para querer hacer música y recordarlo”.

“¡Un buen ejemplo de eso soy yo! Cuando empecé no sabía nada en realidad. Nunca había ido a una escuela de audio, ni sabía tocar ningún instrumento, pero me encanta la música y siempre la escuchaba, con audífonos o altavoces. En casa siempre hubo mucha música y yo intentaba hacer lo mismo como podía. Siento que mi carrera empezó muy rápido y tuve éxito muy rápido también. Entonces creí que debía aprender a tocar un instrumento, y acá estoy, cuarenta y cinco años después, sin saber tocar ningún instrumento, pero no importa, porque lo sé instintivamente. Sé si algo está afinado o no; sé si la tonalidad es o no la adecuada para el cantante, entiendo esas cosas y también tengo sentido común”. 

Otra habilidad, sin duda, es comprender las emociones y estar dispuesto a experimentar, afirma Nick: “Sin decir que no acudas a una escuela de audio, que me parece importante que se haga para aprender los aspectos técnicos, algo que siempre es útil y lo que te hará triunfar es la pasión y tu comprensión del estado de ánimo y los sentimientos y capturarlos con los micrófonos que conoces. Una producción es muy psicológica y hay que ser muy positivo, por ejemplo, con el cantante, pues si eres arrogante porque hiciste un disco exitoso y él es nuevo en eso, estará muy nervioso, puede que nunca le hayan puesto los audífonos y haya escuchado su propia voz, eso los asusta. Así que tienes que hacer todo lo posible por conciliar y percibir esas emociones”. 

“Pareciera una locura, pero es cierto, debes incluso saber cómo ambientar el lugar, estar consciente de la temperatura de la sala, porque los cantantes suelen cantar mucho mejor cuando hace calor. Lo que quiero decir es que eso estimula su desempeño y es tu tarea estar receptivo a eso”. 

“Trabajando con Kate Bush, cuya imaginación es enorme, ella hacía que cada día fuera como entrar en un nuevo mundo de fantasía. Me explicaba la historia de la canción y los personajes que estaban en ella. Eso fue muy divertido para mí, porque podíamos experimentar como locos”. 

Otro detonante de experimentación fue el tránsito entre el mundo análogo y el digital. “Sí, me encantaban lo analógico y las grabadoras, los dos bucles de cinta, la edición y todo eso, así que cuando llegó lo digital, que al principio sonaba muy mal, pasé mucho tiempo negándome a usarlo, hasta que mejoró y sonó mejor, y decidí aprenderlo. Hoy sigo grabando en estudios vintage, estudios analógicos, pero en lugar de grabar en cinta, lo hacemos directamente en Pro Tools y uso mucho equipo analógico”.

“Ahora puedo mezclar en mi computadora portátil un disco mientras viajo. Tengo amigos de mi edad que se niegan todavía a entrar en esto, pero es un error. Yo me adapté, además, porque hoy los presupuestos son reducidos. Recursos como los plug ins me encantan y los uso mucho. Tengo de Universal Audio, Neve y API, y la razón por la que los ocupo es que sé cómo funcionan, de dónde viene su principio de trabajo y su sonido es mejor ahora. Quiero decir, el analógico real es obviamente un poco mejor, pero el digital, especialmente los plug ins de Universal Audio, son muy buenos. También me gustan mucho los de Soundtoys como el Devil-Loc y el EchoBoy, que son básicamente los que utilizo para emular todo el equipo analógico al que estoy acostumbrado. También está el Fabfilter para ecualizadores dinámicos, con él es posible elegir una frecuencia y ajustarla automáticamente cuando la detecta. Eso no existía en lo analógico y es un invento digital increíble”.

Alternativas tecnológicas para mejorar la industria

Nick también celebra la existencia de los home studios y de project studios : “Esto es algo muy bueno respecto a lo que ha traído el mundo digital, los plug ins y las herramientas profesionales acerca de ello, porque si querías tener un buen estudio de grabación en los años ochenta y noventa, debías ser millonario o rentarlo”, recuerda.

“Hoy puedes comprar una computadora portátil y una interfaz Apollo de Universal Audio para experimentar y hacer grandes grabaciones. En casa, ni siquiera necesitas un estudio. Ahora bien, obviamente, si tienes un buen entorno de estudio, puedes hacer mejores grabaciones. Ya lo que ocurre respecto a cómo opera la monetización de la música en las plataformas es aparte, y me parece que es uno de los factores que han dañado a la industria, pero al mismo tiempo, esas plataformas tienen un lado positivo, porque millones de personas escuchan la canción. Me hubiera gustado que las plataformas y toda la revolución que trajeron hubiera tomado en cuenta a la industria discográfica, que esta colapsara como pasó, porque muchos de los mejores estudios de grabación del mundo ya no existen y eso es muy triste”.

Finalmente, Nick se declara curioso y observador de las posibilidades que se viven actualmente: “Estamos viviendo el yin y el yang del universo, porque por un lado es posible hacer discos con un presupuesto bajo y estoy muy agradecido de haber nacido en el tiempo que me tocó y haber tenido la suerte de vivir la experiencia de grabar en los ochenta y noventa, antes de la era digital. Aprendí mucho y luego tuve que readaptarme”.

Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco