Algunos artistas se desenvuelven mejor en vivo y otros dentro del estudio de grabación. Existen músicos que, en ambos ambientes, manejan con naturalidad su intelecto y sus emociones, como es el caso de Marcelino Chávez. Esto significa que él nunca ha experimentado un ataque de ansiedad o de pánico, debido a la naturaleza que le brinda grabar todos los días, tocar en giras multitudinarias como percusionista del grupo Enjambre y haber grabado en la gran producción titulada “Noches de Salón”.
La herencia del bolero
Antes de consumar su natural desarrollo, Marcelino ya era la herencia artística de su padre y sus abuelos, quienes cantaban boleros en radiodifusoras. Él nació en Rincón de Romos, en Aguascalientes. “Crecí escuchando boleros mexicanos de los años 50, como Los Tres Ases y Los 3 Caballeros, así como músicos cubanos como Eydie Gormé”, agrega. Con su papá tocaba la percusión desde los once años. Transcurrió el tiempo y en uno de sus viajes a la Ciudad de México, un amigo lo presentó con Emilio García, baterista de Marco Antonio Solís, quién estudió en el Michigan Institute of Music y que además tiene su escuela llamada: EG Estudio en Aguascalientes. A Marcelino le encanta el estudio, le fascina grabar y es su lugar seguro. Sólo una vez perdió la concentración por el sensible fallecimiento de su abuelo y aún así, regresó por la tarde de ese mismo día a terminar. Tiempo después, grabó a distancia para el estudio Monterrey Sound y lo invitaron a tocar con el afamado Grupo La Firma. Para él, tocar en vivo es otra experiencia, ya que no hay manera de repetir lo ejecutado.

La unificación de los hemisferios cerebrales
En algún momento, Marcelino experimentó un accidente de rodilla; pasó seis meses sin usar su pierna derecha. Se trató de una ruptura del ligamento cruzado anterior y de la tibia. No hay había posibilidad de tocar el hit hat, ni el bombo de la batería. Lo que hacía con la pierna derecha, lo compensó con la izquierda, mientras se rehabilitaba. “Perdí trabajos como percusionista y trabajé con mi hemisferio derecho, el cual controla el lado izquierdo del cuerpo; fue así que me hice multipercusionista”, comenta. Ahora bien, agrega que la clave de percusión se escribe en dos líneas del pentagrama. Por ejemplo, en la música latina, la percusión se escribe en una sola línea. Cuando es ostinato se escribe la figura rítmica que deben tocar todos en la banda. Por consiguiente, él puede hacerlo con ambas piernas.



Y el universo conspiró
Después de tocar en la Feria Nacional de San Marcos en Aguascalientes, recién casado y a punto de irse a radicar a California, Estados Unidos, recibe una sorpresiva llamada. “He grabado en tantas producciones locales y de todo nivel, hasta el grado de no saber para quién lo hacía”, comenta. “¡Contesta”, le dijo su hermana! Sin saber con quién hablaba, se trataba de Rafael, Julián y Luis Humberto Navejas, de Enjambre. “Vente, vamos a grabar “Noches de Salón” y a hacer dos auditorios nacionales para probar la producción” dijeron. Todo lo que Marcelino escuchó de niño lo oyó en esa producción.
Grabaciones naturales en cinta de 2 pulgadas
En sus inicios, Marcelino comenzó a grabar buscando la reverberancia esencial que otorga el “room”. Se movía por el cuarto para encontrar el sonido, aún dentro del baño. Disponía desde trapos sobre los parches, hasta de simples palos de madera e imaginaba todos los recursos para educar su oído. Ahora graba con Pro Tools y Studio One; este último, por la facilidad de grabar de manera remota y el ingeniero hace la grabación desde una pantalla compartida. Con Enjambre, utilizan aquellas consolas Soundcraft de los años setenta, pasan el audio por la cinta de 2 pulgas para “calentar el sonido” y luego lo pasan a digital. Enjambre siempre procura un sonido “antiguo o vintage”, mismo que consiguieron en Testa Studios en Guanajuato.
Maestros de los micrófonos
Julian, apodado el Cabe, y el ingeniero de audio, son maestros de los micrófonos. Entre pruebas y errores, entre aproximadamente cien micrófonos, lograron el estilo vintage para “Noches de Salón”. Entre muchos, usaron los tradicionales micrófonos Shure SM57 para los tambores, condensadores Shure para captar el room y cables XLR e interfaz con preamplificador Avalon.
Así, entre sesiones en estudio y conciertos en vivo, Marcelino se desempeña como un baterista de gran futuro que está desarrollando un estilo particular y que agradece el gran trabajo de su manager, de nombre Robby. Sigámosle la pista.
Mi padre menciona: ‘que no te regalen nada; ponte donde hay’. A partir de ahí, yo me las arreglo solo”.

Para la producción de “Noches de Salón” en grabación y en vivo, Marcelino utiliza:
Percusión:
- Bongós Latin Percussion (LP) Galaxy, Conga 11 3/4 LP Galaxy y Tumbadora 12 1/2 LP Galaxy
- Timbales Tito puente LP
- Tom 18 Ludwig
- Washboard Vintage
- Gajate LP
- Jam block LP
- Campanas chinas LP
- Vibra slap LP
Set de platillos:
- Paiste 2002 18 pulgadas
- Paiste Fórmula 602 17 pulgadas
- Paiste stack pstx 12 pulgadas
Micrófonos:
- Timbales Beyerdynamic M201
- Congas Shure Beta 98 amp
- Overhead Audio-Technica ATM450
- Tom Telefunken m81
- Voz SE V7