En el aniversario de la revista sound:check, queremos aprovechar para remontarnos a aquellos temas que nos dieron bases y aportaron tanto conocimiento a la Industria de la Música y el Espectáculo y que hoy siguen vigentes, buscando siempre la profesionalización y excelencia de la música. Felicitamos y agradecemos los aportes tan sólidos que la revista ha brindado a través de los años a nuestro gremio y esperamos de corazón que sigamos contando con ella por muchos años mas. ¡Enhorabuena!
La preproducción nos marca la dirección a seguir; en esta etapa también se optimizan los recursos para obtener con ellos lo mejor posible
Planear para llegar a buen puerto
Como bien sabemos, la producción musical se divide en diferentes etapas y una de las más ignoradas, pero muy importantes, es la etapa de la preproducción, en la cual conocemos nuestra canción en su etapa más primitiva. Es básicamente cuando se determina hacia dónde se quiere llevar el resultado de la producción, cómo se moldeará y quiénes participarán entre más detalles de vital importancia. Por alguna razón, quizá de inmediatez, existen muchos productores que se saltan esta etapa, confiando en su equipo de músicos para que lo lleven a un destino (aunque en ocasiones puede funcionar) sin duda algo incierto.
La preproducción nos marca la dirección a seguir; en esta etapa también se optimizan los recursos para obtener con ellos lo mejor posible y aunque es frecuente que existan inconvenientes en medio de la producción, con una preproducción bien estructurada se reducen los costos y cualquier problema que pudiera suscitarse. Existen asuntos relacionados que no son convenientes para dejar al azar: hay estilos, orquestación, equipo de trabajo, tipo de sonido y detalles más específicos, como la velocidad que es conveniente, el tono de acuerdo a quien canta, si es que es un tema con voz, modulaciones y demás.
Esperando que este artículo te aporte algunas ideas para incorporar a tus procesos de producción un buen desarrollo de la preproducción y al mismo tiempo te ofrezca más control, aquí dejo lo que considero que pueden ser los pasos a seguir más funcionales, acorde a mi experiencia.
1. Conocer la idea
Por idea entendamos la canción en su etapa más básica; resulta muy funcional conocerla en bruto, sin orquestación, y resistir la tentación de tratar de mostrarla como una maqueta muy llena de elementos, ya que ésta puede resultar muy confusa y dar poco espacio al trabajo de los arreglos propios de la producción. Una manera práctica de darla a conocer es con una grabación de celular lo suficientemente clara o la grabación de un ensayo con armonía y voz, guitarra o piano y voz y con eso debería ser suficiente para tener un punto de partida.
2. Determinar el propósito
Una vez que conocemos el tema a trabajar, debemos tener muy claro de qué trata y qué queremos conseguir, cuál sería la mejor manera de transmitir el mensaje con la música adecuada y con qué recursos contamos. Aquí será de gran ayuda tener alguna referencia relacionada con algo similar a lo que buscamos, al tipo de sonido que será el mejor para conseguir lo que buscamos conseguir, el que estudio nos lo proporciona y demás. Seguramente será necesario escuchar el tema en repetidas ocasiones para ir tomando nota de todas las ideas que nos vengan a la mente y que complementen la dirección hacia donde queremos llevar nuestro proyecto.
Existen asuntos relacionados que no son convenientes para dejar al azar: hay estilos, orquestación, equipo de trabajo, tipo de sonido y detalles más específicos.
3. Selección del equipo de trabajo
Una vez que sabemos a dónde queremos llevar la producción, necesitamos saber con qué y quién contamos para llegar ahí: presupuesto, arreglista, músicos, ingenieros, estudios, y en caso de ser necesario, otros profesionales como abogados, para cuestiones como derechos de autor. Ya con el equipo definido, es necesario determinar las tareas puntuales a las que se ajustará cada miembro; por ejemplo, en el caso del arreglo, será necesario darle libertad al arreglista, pero a la vez darle dirección de lo que previamente se ha determinado como pauta a seguir para asegurarnos de que vaya todo por la vía correcta. Elementos como la tonalidad de acuerdo a quien cantará (si fuera un tema con voz), y dentro del rango vocal del cantante, cuál tono luce mejor para el propósito; la velocidad (BPM) perfecta para el tema, duración y elementos que pedimos se incorporen para dar el sello que buscamos; ajustar cuantas veces sea necesario el arreglo hasta llegar a tener el esquema perfecto de lo que se desea conseguir. Con el tiempo conocerás perfectamente con quién trabajar ciertos estilos y qué esperar de cada arreglista y músicos. Dar la oportunidad de experimentar al arreglista y a los músicos suele dar buenos resultados y dejar un sello muy personal de quienes colaboran.
Una vez con las partituras o guías pasamos a la…
4. Selección del estudio y herramientas técnicas
La selección tanto del estudio, como ingenieros y equipo técnico es vital, ya que en ocasiones es lo que le da el brinco a materializar correctamente la idea central de nuestra producción; por ejemplo: una balada con piano que busquemos muy acústica será mas cercana a nuestro propósito sonoro si lo visualizamos con un piano acústico, y si un estudio cuenta con uno que además saben capturar muy bien, será una mejor opción que uno que no lo tenga o no lo domine, así como cierto tipo de microfonía, periféricos, acústica del recinto, experiencia y gusto de los ingenieros y claro, la buena química con el equipo de trabajo.
5. Elaboración del cronograma de producción
Obviamente, de acuerdo a los tiempos del estudio, disponibilidad de los músicos y demás, será importante contar con un cronograma estratégico de producción. ¿A qué me refiero con estratégico? En ocasiones, los recursos financieros pueden ser administrados de tal manera que programar sesiones de grabación haciendo ir a los músicos pocas veces al estudio impacta directamente en el presupuesto; no será lo mismo configurar la microfonía de baterías similares para cinco canciones en un solo día de sesión o hacer varias sesiones y reconfigurar una y otra vez las baterías, porque eso se traduce en tiempo de estudio y del personal. Es importante considerar tiempos y cantidad de traslados, alimentación de los participantes y arreglos convenientes con más o menos orquestación, entre otras cuestiones implícitas, que pueden determinar en gran medida conseguir lo que buscamos como objetivo final o simplemente quedarse en el intento.
La preproducción puede sin duda ser un gran aliado para no perder dirección, optimizar recursos y sobre todo conseguir el resultado deseado. Existen más elementos que pueden ser de utilidad y la experiencia hará que este proceso sea cada vez mas especifico y personalizado de acuerdo a tus necesidades y estilo.
La preproducción existe porque ha sido funcional durante muchos años y en varias producciones; la invitación a experimentarla, conocerla y utilizarla a tu favor está abierta, esperando ser de gran utilidad para los productores, pero antes que nada en pro de los intereses de todo el equipo al servicio de la música.
Por Ferrer León*
*Es productor musical, ingeniero en audio y músico y cuenta con 25 años de trayectoria en diversas áreas de la producción, participando en diferentes proyectos dentro y fuera de México, que abarcan música regional, pop, jazz, rock y orquestas sinfónicas, así como música para empresas y soundtracks. También está a cargo de la producción de audio en la Dirección de Innovación de la Secretaría de Educación Pública. Es miembro votante de los Latin Grammy y cuenta con su propio estudio de grabación, AntenaStudio, en Guadalajara, Jalisco. Pueden encontrarlo en: ferrer@antenastudio.com y www.antenastudio.com