Por Javier Paniagua*
Fotos: Velia de la Cruz / Dubbing Hits
Flip Tamez ha sido, durante casi tres décadas, una pieza esencial del rock mexicano. Fundador y guitarrista de Jumbo desde 1996 hasta 2025 —año en que decidió cerrar su ciclo dentro de la banda—, su carrera ha estado marcada por una búsqueda constante de sonido, de identidad y de sentido artístico. Su guitarra ha acompañado a toda una generación y, al mismo tiempo, lo ha llevado a explorar nuevas facetas dentro del estudio y la producción musical.
En ese terreno, Flip ha colaborado como productor con artistas como José Madero, Serbia, Luisa Vox, Costa de Ámbar y Disidente, aportando una visión creativa que combina experiencia, intuición y una comprensión profunda de la canción. Además, su pasión por los instrumentos lo ha convertido en un gran coleccionista: guitarras, pedales y amplificadores forman parte de un universo personal que se ha ido transformando en lenguaje y sonido.
Hoy, después de una vida dedicada a la música en todas sus dimensiones, presenta JJ12, un estudio que condensa todo lo aprendido: el amor por la producción, la precisión técnica y la necesidad de seguir creando. Más que un espacio físico, JJ12 representa una nueva etapa en la carrera de un músico que continúa evolucionando y que, lejos de mirar atrás, sigue ampliando su espectro creativo.
¿Cómo surge la idea de crear JJ12?
“En Sanfora Music —mi compañía con Andreas Östberg, donde tenemos School of Rock— hubo un intento de ser adquiridos por un empresario amigo. Nos metieron a una incubadora de negocios con asesores de emprendimiento. Fue duro, pero nos ayudó a entender la industria musical desde la mirada de un inversionista”.
Al final la compra no se concretó, pero meses después regresó a Monterrey un exalumno y cliente mío, Jesús Barrera, también empresario y músico. Platicando con él, retomé el plan. Hubo mucha confianza y admiración mutua. Empezamos con un disco y de ahí nació todo. JJ12 no es solo un estudio: hay planes para un sello, desarrollo de artistas y una fuerte conexión con el rock, como semillero y plataforma de proyectos nuevos”.
Creo en el desarrollo artístico, en ahorrarles pasos a los músicos que están empezando. La industria se olvidó del desarrollo por motivos económicos, pero ahí encuentro mi nicho. Trabajo con disqueras y artistas grandes, pero siempre desde la relación directa con el artista, no con la compañía”.
Filip Tamez.
¿Cuál dirías que es la filosofía de JJ12?
“Encontrar un camino propio. Mi trabajo como productor tiene todo que ver con el desarrollo. No soy fan de la industria musical ni del lobby de festivales o backstage. Me gusta que hable el trabajo”.
“Creo en el desarrollo artístico, en ahorrarles pasos a los músicos que están empezando. La industria se olvidó del desarrollo por motivos económicos, pero ahí encuentro mi nicho. Trabajo con disqueras y artistas grandes, pero siempre desde la relación directa con el artista, no con la compañía. Para mí, la producción es un artista buscando su sonido con un productor, no una estrategia de marketing”.
Háblame del proceso de diseño del estudio
“Empezó como una idea de un proyecto enorme, tipo residencial, medio Sonic Ranch, pero me di cuenta de que ya pocos artistas quieren encerrarse semanas a grabar. Las nuevas generaciones son más prácticas”.
“Entonces hicimos algo más funcional: un espacio mediano con acústica ideal. El diseño acústico estuvo a cargo de Adrián Milton y Jaime Cavazos, a través de su empresa Conacustics, mientras que Diego Mejía se encargó del cableado y Chema Peña fungió como ingeniero principal, con quien llevo más de diez años colaborando”.
“Nos basamos en lo que más nos gusta de otros estudios: preamplificadores, compresores, microfonía, convertidores, ecualización y demás. Buscamos que fuera pagable para artistas independientes y sobrado para artistas consolidados: suficientemente cool para una banda alternativa, pero también profesional para campañas o música por encargo”.
Siendo guitarrista y coleccionista, ¿cómo influye tu pasión por el instrumento en el equipamiento del estudio?
“No mucho en la creación del estudio, porque el 90 por ciento del equipo son 30 años de acumulación: guitarras, pedales, amplificadores. Sí hay preferencias: mi preamp favorito para eléctricas es el 1073, y para acústicas uso Distressor o API. Cuidamos mucho el cableado, la tierra, la pureza de la señal. El estudio debe poder grabar la señal más limpia del mundo si así lo quieres, con sistemas de protección, supresores y breakers que evitan daños y ruidos”.
Mi proceso para elegir el equipo correcto fue una mezcla de experiencia y años trabajando de forma independiente. He grabado en distintos estudios y probado todo tipo de equipo, lo que me dio una visión clara de lo que funciona. Prefiero una cadena de audio limpia: buenos preamplificadores, conversión, ecualizadores y compresores”.
Chema Peña.
¿Qué consejo das a los nuevos productores?
“Primero: no le crean todo a nadie. Tomen consejos de aquí y de allá, pero vivan su proceso. Hay mucha gente que se cree líder de opinión y habla sin conocimiento. Esta es una profesión compleja”.
“No busquen al cliente grande: creen una historia de éxito con un artista emergente. Hagan trabajo pro bono al principio si es necesario. La historia de tu cliente es la que te hará productor”.
“No necesitan protagonismo: necesitan que la música que produzcan impacte. Sigan sus instintos. No hay una verdad absoluta. Si suena mal, pero conecta, vale más que algo perfecto que no emociona”.
Chema Peña (Ingeniero de JJ12)
¿Cómo entraste al proyecto JJ12?
“Empecé a trabajar con Flip hace alrededor de diez años. Nos conocimos en el antiguo estudio de Clemente Castillo, que se llamaba Tropel, allá por la carretera en Monterrey. Era un estudio pequeño, pero con muy buen equipo y una gran cadena de audio. De hecho, varias cosas que usamos hoy en JJ12 vienen de ahí, porque me encantó cómo estaba montado todo. Yo estaba grabando el primer disco de Clemente cuando Flip llegó a hacer un jingle para TNT. Castor le dijo: ‘Aquí está Chema, él te puede ayudar’. Ese fue nuestro primer trabajo juntos y desde ahí empezamos a colaborar hasta volvernos una mancuerna”.
¿Cuál fue tu proceso para elegir el equipo correcto?
“Fue una mezcla de experiencia y años trabajando de forma independiente. Estuve cinco años en El Cielo, un estudio increíble en Monterrey, y aprendí muchísimo ahí. Después seguí por mi cuenta, grabando en distintos estudios y probando todo tipo de equipo, lo que me dio una visión clara de qué funciona realmente. Por eso decidí no tener una consola. Prefiero una cadena de audio limpia: buenos preamplificadores, conversión, ecualizadores y compresores. Las consolas son hermosas, pero nada prácticas. En JJ12 puedo abrir una sesión desde donde esté y hacer ajustes al instante. La idea es simple: eficiencia sin perder calidad”.
¿Qué consejos le darías a un ingeniero joven que está empezando en la industria?
“Primero que nada, estudiar ayuda, pero no te puedes quedar ahí. Hay que entrarle a la friega. Pueden meterse como asistentes a un estudio o en una producción en vivo, aunque no te paguen mucho. Lo importante es observar y aprender. Cuando yo empecé, no había redes sociales. Ahora los jóvenes llegan con el celular en la mano y eso es un problema. Si estás en una sesión, hay que guardarlo. Tienes que estar viendo todo: los gestos de los músicos, las necesidades del productor, anticiparte. Es como ser capitán de meseros: saber quién va a necesitar algo antes de que lo pida.
Aprende observando y apunta tus dudas para preguntar después, no en plena sesión. Esa atención te forma más que cualquier manual”.
*Músico, productor, director musical y consultor en la industria de la música. Ha compuesto para más de 450 proyectos en televisión, cine y radio, incluyendo el Mundial de Qatar 2022, los Juegos Olímpicos de Tokio y el Abierto Mexicano de Tenis, además de campañas para Marvel, NFL, BBC y Apple. Es host del podcast “¿Qué es la música?”, uno de los espacios más influyentes de habla hispana sobre creatividad e historias de la industria musical.
