Egresado del Musicians Institute y con más de quince años de residencia en Hollywood, Los Ángeles, California, el cantautor boliviano Ignacio Val ha anclado su propuesta al rock pop y exploró en sonidos de los años cincuenta y sesenta para su más reciente trabajo, del que se desprende el sencillo “Un millón de motivos”, a dúo con Meli Malavassi. El tema estuvo producido por Norman Jackson y es un corte que Val describe como pop vintage:
“Siempre he hecho pop rock, pero éste entró como en silencio y tuve que encontrar diferentes ramificaciones para añadirle un poco de folk; luego nos dimos cuenta de que la única opción era hacer algo como urbano y si bien le tengo mucho respeto no es algo en lo que yo me pueda defender. Por eso decidí algo bastante radical, que fue realizar un EP con influencia de los años cincuenta y sesenta, un pop vintage, como lo llamo, porque fue una época que me influenció; siempre fui fan de Elvis Presley. Para mi gran sorpresa y alegría, ha sido bien recibido, la radio la ha rotado y hemos logrado estar en los primeros lugares, así que estoy muy agradecido. Es mi primer dueto y he quedado contento con el sencillo “Un millón de motivos”.
La canción sumó a los compositores Elsten Torres y Andy Sandoval: “Decidí trabajarla juntos y la produjo Norman Jackson, con quien ya he trabajado y quien hizo todo el EP, tiene un gran oído y conocimiento de los sonidos, arreglos y ambientación de esa época, y con él trabajamos los cuatro sencillos: “Solo tú”, “Pequeña y frágil”, “Fiebre de amor” y “Un millón de motivos”. Sentíamos que algo le faltaba a la canción y vino la idea de hacer el dueto, algo que nunca había hecho, e invité a Meli Malavasi, gran compositora costarricense quien le dio un toque muy especial; ha llamado mucho la atención, es muy fresca y mantuvo esa energía de los cuatro componiendo juntos”, apuntó el músico.
Grabado en Los Ángeles, el track contó con la participación de los músicos Paul Martínez (batería), Daniel DeCario (bajo), Mauricio Guerrero (guitarras), el propio Norman Jackson (piano, teclado, sintes), Marcus Paul y Fabián Chávez en los metales, Pablo Valda en la grabación, Tiago D’Errico en la mezcla y la masterización de Joe Bozzi: “En Hollywood hay mucho talento, se manejan niveles muy altos y eso obliga a elevar los estándares no sólo al componer y producir, sino también en el management y la mercadotecnia. Es un lugar donde se crece mucho y lo agradezco, porque puedo ir a diferentes lugares del mundo con un producto sólido, bien hecho y un gran equipo de trabajo”.
“Yo me meto en todos los procesos, no sólo para aprender, sino porque si algo no está bien y no estás presente, no puedes dirigir al sonido que quieres. Creo que poca gente le va a poner el amor, la pasión y la paciencia a algo que es tuyo”.
Con miras en su siguiente EP, bajo la producción del colombiano Beto Vargas, Ignacio apoya su trabajo de maqueteo base (piano y voces), en casa, con ayuda de una Mac Book Pro, interfaz Scarlett de Focusrite, software Logic, monitores KRK, micrófonos AKG y Shure, así como el sonido de sus guitarras Gibson, por quien está patrocinado: “No soy de sampleos y beats, voy al sonido básico y tengo las herramientas que me lo brindan. Uso micrófono de diafragma para estudio, el AKG T420, que para mí es una marca que ha enriquecido mucho mi trabajo. En vivo uso el S55 de Shure que es maravilloso”.
La pausa obligada por la pandemia retrasó los planes de gira por México, sin embargo, el boliviano alista la promoción de su nuevo EP para el segundo semestre, además de visitas a Miami, los premios Billboard, Latin Grammy y desde luego, continuar su presencia en las redes sociales.