Pionera en el ámbito del diseño de proyectos en refuerzo sonoro, Gabriella Galán es ingeniera por la Universidad Politécnica de Madrid, donde cursó una especialidad en audio y video que le permitió unir sus dos mayores pasiones: la música y la ingeniería en audio. Su presencia es familiar en nuestra Industria, pues ha realizado el acondicionamiento de arenas, auditorios, teatros y eventos especiales por más de una década.
Me gustaban desde muy chica ciertos sonidos que no eran comunes para mi edad; músicos como Freddy Noriega y Los Carpenters, y por otro lado, las matemáticas y la física se me daban fácil”.
Abrirse camino
Contagiada por la melomanía de sus padres, Gabriella expuso sus oídos al jazz, la música clásica y lo popular desde la cuna, al tiempo que las matemáticas eran un gusto adquirido: “Me gustaban desde muy chica ciertos sonidos que no eran comunes para mi edad”, menciona; “músicos como Freddy Noriega y Los Carpenters, y por otro lado, las matemáticas y la física se me daban fácil. Cuando empecé a decidir qué quería estudiar estaba en conflicto entre la música, las matemáticas o alguna ingeniería. Mi primer acercamiento fue más pronto hacia la música, porque tuve clases de piano desde chica y entré a la Escuela Nacional de Música a hacer el curso propedéutico que me sirvió para saber si realmente quería dedicarme a eso”.
“Luego me fue llamando la atención la ingeniería y un día, mi mamá supo que había una ingeniería relacionada con la música y empecé a investigar. Se trataba de ingeniería en audio y encontré algunas universidades que la impartían en el extranjero. Antes de irme, me acerqué a hablar con Salvador Castañeda, que era el encargado de educación para Meyer Sound México y le pedí consejo sobre irme o quedarme, a lo que me dijo que si tenía la posibilidad, estudiara afuera. En el ínter de mi indagación empecé a estudiar Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones en México, pero como no quería sólo eso, encontré dos escuelas, una era la Universidad Austral de Chile y otra en Estados Unidos, pero luego di con la Universidad Politécnica de Madrid, que tenía una especialidad en audio y video y ahí empecé mi camino, sorteando las complicaciones que implicaba irme. Estaba contenta porque iba a poder hacer la mezcla de música e ingeniería”.
El desafío de ser en un ámbito nuevo
Tras cinco años de formación en Madrid, a su regreso a México, el enfoque de la vocación de Gabriella se encausó hacia el refuerzo sonoro y el diseño de proyectos. “Al principio, creo que a todos nos pasa que estamos fascinados con las consolas y los shows, pero conforme fui avanzando, descubrí la carrera de Refuerzo Sonoro; así tal cual se llamaba, e hice mi primer acondicionamiento de un aula y me gustó muchísimo, porque combinaba las dos áreas: la parte de proyectos junto con el diseño de audio. Me metí con más fuerza en la acústica y empecé a enfocarme en esa área, pero no veía en la práctica un campo de acción en eso. Todo era la parte en vivo y no sabía cómo iba a regresar a México e integrar esa área”.
“Al volver, lo que me urgía era empezar la práctica, y por el conocimiento que traía, entré a un área de diseño y proyectos para estudios de televisión y luego, por otro azar de la vida, tuve una entrevista con Morris Gilbert en los Teatros Telmex con una ingeniera, Adriana Beatty, que ahora que lo veo en retrospectiva, llegué sin la experiencia, pero la verdad es que me recibieron muy bien. Ahí también conocí al ingeniero Isaías Jáuregui, que me explicó que necesitaban a alguien para operar ‘El Rey León’. Como yo no tenía experiencia en eso y él era en ese momento ingeniero de Yuri, me invitó a verlo trabajar y enseñarme”.
“De verdad me topé con gente correcta y buenos colegas, pero seguí buscando en lo mío y por alguna conexión de mi hermana con Meyer Sound, me dijo que los buscara y así di con Antonio Zacarías. Me hizo entrevistas y exámenes y así fue como entré a trabajar en la compañía en el área de Proyectos para México y Latinoamérica y donde estuve once años”, recuerda Gabriella.
De las experiencias más destacadas de esa faceta, Gaby enlista las dos visitas del Papa Benedicto XVI, a Silao y Ecatepec; las Lunas del Auditorio Nacional, el acondicionamiento de la Arena Ciudad de México, la Arena Monterrey, discotecas, palenques, teatros y estadios en todo el país y Latinoamérica. “Lo del Papa fue enorme en cuanto a coberturas, la distribución de los delays en un área tan grande, la intercomunicación, el uso de la fibra óptica y la recepción de las señales, Fue un reto muy importante. Otro que recuerdo mucho fue el Centro Cultural Roberto Cantoral, un lugar cuya acústica natural debía sonar también con refuerzo sonoro”.
Respecto al uso de equipos y tecnologías que la ingeniera ha visto llegar, implementar y ver evolucionar en su ámbito, están el arribo del sistema Constellation de Meyer Sound, aplicado en teatros como el Telcel. “Esos desarrollos me dieron otro panorama sobre cómo abordar el diseño sonoro en los lugares y generar una experiencia; algo que hoy ha caminado hacia Dolby Atmos y toda esa parte de refuerzo sonoro multicanal; el transporte de la señal analógica a lo digital y el envío de video por cables UTP, innovaciones que me han tocado y he debido aprender en el camino”.
“Me mantengo en capacitación constante con marcas, aprendiendo tecnologías en distintas maneras, como en webinars que crecieron en la pandemia, por ejemplo. Ahora, con el giro de Campo Sonoro, que brinda servicios de instalación, estoy buscando algún diplomado en arquitectura, y también quiero saber cómo explotar más los lugares con realidad virtual y lo interactivo; el uso de drones en eventos como la apertura de las Olimpiadas, como la de Beijing, que fue un parteaguas para mí, y ahora todo eso, orientado a las experiencias sonoras, como lo que está pasando en Las Vegas. También me he metido a la parte eléctrica, porque luego se cojea un poco en ese rubro al armar proyectos en la acústica”.
“Seguí buscando en lo mío y así conocí a Antonio Zacarías. Entré a trabajar a Meyer Sound en el área de Proyectos para México y Latinoamérica y ahí estuve once años”.
Los valores de Campo Sonoro
Con la experiencia y búsqueda constante en aprender y aplicar innovación, tal como lo ha relatado Gabriella, ha ideado para Campo Sonoro, junto con Erick Tapia, un concepto de servicio que busca la integración tanto del proyecto como el diseño:
“Además de eso, tenemos la venta de equipo profesional y asesoría. Tenemos aliados especialistas y estamos impulsando para darle fuerza. Siempre he sido inquieta y curiosa de buscar un poco más allá. Ahora estoy en una etapa en la que vuelvo a ser aprendiz, incluso en otras áreas, como la comercial o la parte administrativa, lo que me pide Campo Sonoro”.
Finalmente, Gabriella recomienda a quienes anhelan unirse a la comunidad del audio a que definan qué les llama la atención: “El audio es noble y se pueden elegir diferentes áreas. Yo quería la mezcla entre oficinas y proyectos, lo busqué y sé que soy muy buena para eso. Se trata de conocer un poco más qué se quiere, tener la curiosidad y la seguridad de buscar para dar con ese camino y acercarse a las personas que están ahí, porque hoy se ubican fácilmente en redes sociales y seguro los pueden orientar. Este es un mundo fascinante”.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco