El músico, compositor, productor y artista sonoro Jairo Guerrero lleva a otra frontera su reconocido trabajo audiovisual de voz y poesía latinoamericana “Techxturas Sonoras”, al proyecto transmedia “Detrás de las Palabras”, un álbum y cortometraje donde el explorador sonoro expande la faceta del ente artístico y la producción, para mostrar al espectador el trabajo detrás de este tipo de proyectos audiovisuales.
Profundas propuestas sonoras
Con esa reflexión en mente, Jairo se planteó la misión de abordar el proyecto a partir de separar la música, lo audiovisual, lo literario y el sonido, tal como expone a continuación: “Detrás de las Palabras” viene por todo ese homenaje que he venido haciendo a la literatura, pero ahora para llenar un vacío que tiene que ver con el hecho de que las personas que han experimentado “Techxturas Sonoras”, lo han vivido como un producto integrado cuando asisten a los recitales, pero muy pocas veces nos sentamos a pensar o hacer conciencia del trabajo tan profundo que conlleva cada una de las cosas que están contenidas en esas piezas de cinco minutos”.
“Si bien la voz era una parte importante, porque era la razón de ser del proyecto, también está la literatura, la poesía y la memoria literaria, y detrás de todo eso una propuesta sonora muy profunda, porque no se trata de simplemente hacer un acompañamiento de una lectura, sino de crear micro bandas sonoras para cada uno de los poemas, como si fueran un mini guión de una mini película. En ese sentido fue que surgió esta iniciativa de explorar qué pasa detrás de esas palabras”.
De esta forma, para destacar esa labor, Jairo detalla el proceso complejo de producción de este disco/documental donde, por así decirlo, apaga la voz y hace foco en otra narrativa más ligada al sonido y a la música, como describe: “A nivel creativo, el tema de la composición es muy similar en todos los artistas que hacemos música. Hay quienes componen con la guitarra o con el piano, y en mi caso uso sintetizadores y programo secuencias”.
“La forma en diez que trabajo es empezar a hacer voz alta del texto que ya he elegido y, mientras voy leyendo en mi estudio, voy improvisando diferentes notas, texturas, incluso algún acorde, alguna variación específica en alguno de mis sintetizadores modulares y con eso empiezo a construir la canción, un acorde que puede ser un loop de cinco segundos o un acorde de diez o quince segundos, pero es un punto de partida que me permite construir con base en lo que será el beat, la cadencia”.
“Me valgo mucho de sintetizadores que tengo en mi estudio, como el MicroBrute de Arturia, el Roland 808, el Dave Smith Instruments de Pioneer DJ (TORAIZ AS-1), que generan una cantidad de cosas maravillosas que voy alimentando desde Ableton, que es otra posibilidad de universos con loops y librerías. De ahí me gusta añadir cosas orgánicas; hay trabajos donde incluyo, por ejemplo, tapelooping, que armo con una grabadora Tascam de ocho canales de casete, donde grabo pequeñas cosas en fragmentos de cinta y juego con eso; también uso un sintetizador análogo Neutron, donde puedo hacer síntesis y generar otras cosas. A esto sumo equipos periféricos de mis racks e instrumentos musicales como la kalimba y violines, que he venido usando. No hay una fórmula, más bien tengo todos los aparatos para jugar”.
Me valgo mucho de sintetizadores que tengo en mi estudio, como el MicroBrute de Arturia, el Roland 808 o el Dave Smith Instruments de Pioneer DJ, que generan una cantidad de cosas maravillosas que voy alimentando desde Ableton”.
Vidas propias enlazadas
Sobre el proceso de mezcla y masterización, Jairo reconoce que en “Detrás de las Palabras” no aplicó la forma convencional de atenderlos: “Una cosa es que hagas una canción y la masterices de manera tradicional si es una canción electrónica para la pista de baile, pero en este proyecto, aunque el álbum viene separado por cortes, es una suite completa de casi cincuenta minutos donde cada track deja ver elementos de lo que viene a continuación e inclusive da leit motivs de lo que puede venir en el tercero o cuarto. Todo está concatenado y, al mismo tiempo, los tracks tienen vida propia”.
“Luego se masterizó la sesión completa; tuvo alrededor de catorce masters porque se cuidaron sonoridades que obligaban a dar matices. Fue un proceso muy diferente a la mezcla, para así dar importancia a ciertos sonidos, como un beat, y de ahí a un pasaje totalmente instrumental, donde se escuchan violines y pianos. Para mí fue complicadísima la masterización, pues había que modificar, sobre la misma pista, muchos valores de mezcla sin que se afectara el producto general”.
“Normalmente masterizo mis cosas usando procesos con racks físicos o software especial, como T-RackS, que emula muchas de las cosas que pasan en un estudio real, pero “Detrás de las Palabras” sí quería elementos que sonaran vírgenes; es decir, si sonaba una kalimba procesada no quería que se sintiera más gruesa o más aguda o con más medios a través de la masterización. Hubo cosas que me arriesgué y no las pasé por ningún proceso de master, mientras que otras las mastericé con ayuda de la plataforma Landr, que da una serie de plug ins en línea y también aproveché el círculo de los Latin Grammy, en el que me he involucrado más para pedir retroalimentación”.
“Afortunadamente tengo un muy buen monitoreo; utilizo dos monitores Yamaha que dan los rangos muy planos, sin adornar mucho el sonido, y también tengo monitores Adam que sacan muchísimo los graves y así tengo una referencia más real de cómo suenan las cosas cuando las escuchas afuera”.
Aunque el álbum viene separado por cortes, es una suite completa de casi cincuenta minutos donde cada track deja ver elementos de lo que viene a continuación e inclusive da leit motivs de lo que puede venir en el tercero o cuarto. Todo está concatenado y, al mismo tiempo, los tracks tienen vida propia”.
Procesos muy particulares
Tras seis meses de arduo trabajo, concluyó la creación del álbum. El corto tiene una duración de veinte minutos que se empezó a producir terminado el disco y del cual Jairo es cien por ciento responsable del guión, fotografía, postproducción, edición y diseño de sonido. Así lo sopesa: “Este es un trabajo tan íntimo que sólo yo tenía en la cabeza cómo quería que se viera y sonara y sí, la verdad fue un proceso retador a nivel creativo y de ingeniería de audio profundo; si la gente se da la oportunidad de escucharlo con audífonos, el sonido es inmersivo. La ingeniería y todo el diseño sonoro fue pensado como el de una película”.
Ahora, parte del preciso trabajo de promoción incluye la suscripción al Grammy y a festivales de cine: “El disco estará inscrito en la categoría de Álbum Instrumental, y a la par, participaré en la nueva categoría de Música Electrónica, con un tema de afrohouse que trabajé en paralelo con una orquesta de salsa brava de Brooklyn en Nueva York. Para ver el documental se entra al sitio detrasdelaspalabras.mx, que te enlaza a YouTube y Spotify. A través de la plataforma FilmFreeway he podido inscribir el corto a festivales de cine y de cortometrajes independientes en el mundo”.
Este trabajo tiene la gran bendición de ser un proyecto con una carga cultural y de raíz histórica muy fuerte, lo cual ha permitido que la gente le abra las puertas, hable de él y quieran saber más, por eso promoverlo es muy diferente a presentar un disco. En ese sentido tiene muchos auditorios para entrar y que la gente lo conozca”.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco
¿Con qué fue creado “Detrás de las palabras”?
Software de producción
- Ableton
Sintetizadores
- MicroBrute de Arturia
- Roland 808
- Dave Smith Instruments de Pioneer DJ
- Sintetizador análogo Neutron
- Tapelooping con grabadora Tascam
- Monitores Yamaha y Adam
- Software de masterización T-RackS
- Plataforma de mastering Landr