Carla Rivarola, el punk que nos guía

Con dos discos, varios sencillos y una presencia activa en plataformas digitales, Carla Rivarola entrega los sencillos “La Gravedad” y “Tetelpan”, lo que nos permite conocer los procesos de composición, producción y grabación, realizados por la cantautora y guitarrista.

“Mi conocimiento en audio ha sido lento, soy como old school porque trabajo con instrumentos de verdad y sus posibilidades. Un home studio puede llevarnos muy lejos desde esa perspectiva”.

Un proyecto comprometido

“El sonido de este disco es híbrido, entre algo muy ranchero ochentero, con un sonido argentino”, comienza Carla. “Soy fanática de la guitarra texana, tiene varios años que la toco y eso ha influido muchísimo en mí. Por ejemplo, ‘Tetelpan’, es más del lado country oscuro, pero sigue teniendo suavidad en las voces. Fue la primera canción que salió y tiene esa mezcla muy comprimida que le da sutileza al sonido”.

Con el acompañamiento de Azael González (batería), Karim Negrete (bajo y coros) y Rodrigo Frenk (guitarra y teclado), Carla armó, a manera de preproducción, una versión acústica de las canciones antes de la pandemia y en agosto de 2021, con la llegada de Casete como sello y gestor de distribución de su música, se armó la estructura que les dio concepto: “Me encanta trabajar con estos músicos porque son tipos muy sensibles y llegamos a ciertos principios desde dónde hacer los arreglos. Cumplo el rol de productora y directora musical, entonces trabajo con el ensamble, dirigiéndolo, y  si hay que cambiar o destruir suele ser por cuestiones de sonido: los paneos del espacio, los efectos, pero lo primero que hicimos fue plantear que queríamos hacer canciones que no fuera difíciles de tocar en vivo. Estas son canciones mucho más guiadas por las voces y las letras, marcan el énfasis y tienen un concepto que habla de humanos al borde del fin del mundo, como un marco de tiempo donde se ve venir el final, pero todavía nos deja reflexionar lo que haremos con nuestra vida y bajo eso se va contando historias”.

“Azael tiene un estudio que se llama Marea y tanto Rodrigo como yo tenemos conocimiento de ingeniería en audio, de manera que el tracking lo hicimos nosotros, lo que nos facilita mucho, porque después de hacer un montaje preliminar de las canciones empezamos a grabar los sencillos. Luego mezclé todo en Ocho Fuga. Las voces me gusta hacerlo en Pony Score Real, un estudio especializado en lo psicodélico y sonido vintage, de un amigo mío, donde tengo muchos años grabando y haciendo tracking de voces. La captura quedó entre Marea, Pony Score Real y otras cosas grabadas en casa, como sintetizadores y cosas que son más autocontenidas; podemos grabarlas al mismo tiempo que vamos construyendo o con Rodrigo hacemos mucho el trabajo de producción de las guitarras y teclados en casa”.

“Toda la edición la hago yo con Pro Tools, que también lo uso para ensamblar y mezclar, mientras que para diseño sonoro uso Ableton. El proceso es seleccionar tomas, pero es algo muy tranquilo, porque otro de los planteamientos de la producción es que son puras tomas completas y cada quien graba las suyas, para ser quienes somos musicalmente y ya. Mi conocimiento en audio ha sido lento, soy como old school porque trabajo con instrumentos de verdad y sus posibilidades. Un home studio puede llevarnos muy lejos desde esa perspectiva”.

Carla ha ido acotando su set para expresar con mayor contundencia su sonido, tanto en el estudio como en vivo.

El conocimiento de los procesos

Sobre su equipamiento, Carla destaca que ha ido acotando su set para expresar con mayor contundencia su sonido, tanto en el estudio como en vivo: “Soy de una escuela más punk, en la que el sonido lo traigo en los dedos y por eso tengo sólo dos guitarras, mismas que uso para tocar en vivo y para grabar: la eléctrica es una Gretsch semi hueca modelo Electromatic G5655TG; me gusta que tienen el brazo parecido a las Les Paul, con mucho sustain y me gusta poder manejar a mano el trémolo porque tengo un toque muy pesado. La otra es una texana, Fender Malibu, un modelo muy chiquito; con esas y toco el show”.

“En cuanto a mis amplificadores, son Fender, de ley: un Twin y un Hot Rod, y a veces llego a usar también un Roland Box, pero siempre trato de usar Fender, ese es mi sonido. En pedales llevo cada vez menos, porque me he estado enfocando mucho en cantar y ahora los de cajón, son un Sea Machine y un Westwood de Earthquaker Devices. Tengo patrocinio de esa marca, que me gusta mucho; son pedales de muy buena calidad y suenan hermoso y también cuento con un fuzz modificado, que se inventó un amigo y que uso muchísimo para mis momentos más estrambóticos; un Holy Grail Max para reverbs, mientras que en estudio prefiero usar los del amplificador, pero en vivo el pedal de reverb es más práctico. Para cantar, la grabación se hizo con un micrófono Neumann y otro dato muy importante es que sólo grabamos las guitarras eléctricas con micrófono de condensador”.

El proceso de mezcla y masterización está en los oídos de Peta D’ Agostino, en Moloko Estudio (Frankfurt) y Lucas Roseto. Así lo cuenta Carla: “Peta mezcló ‘Tetelpan’ y es el mero sonido que buscamos. Lo conocí un poco por coincidencia, porque hace un año empecé a trabajar con Lucas Roseto, que es mi manager, que fue muchos años ingeniero de la banda El mató a un policía motorizado, y tanto Lucas como Peta han participado en discos que para mí son importantísimos del rock argentino, así que traen el chip del tipo de sonido que necesitamos. Saben exactamente lo que necesito. Como yo hice el tracking, les paso los stems ya con los efectos que deben traer paneados y avanzo mucho la mezcla antes de dársela. Su trabajo es, digamos, con la sala, espacializarlo, pegarlo y balancear las frecuencias; la forma en la que usa los compresores es lo que más me gusta de su sonido”.

“La canción ‘La gravedad’, la mezcló Lucas. Peta y él tienen un estilo muy compatible porque vienen del mismo lugar. La masterización es la especialidad de Peta y como estéticamente nos entendemos, les he dejado el máster en sus manos”.

Lo que viene para Carla es presentarse en vivo con estas y más canciones, en lo que afirma que será “una gran fiesta entre amigos y amantes del punk”. Todos invitados.

Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco