El pianista mexicano Abraham Barrera continúa su exploración de la fusión del jazz con el mariachi, en la entrega del segundo volumen de su proyecto Mariachi Jazz Ensamble. Se trata de un álbum grabado en Estudio 13 en la Ciudad de México, por Francisco Aguilera, y son músico e ingeniero los que aquí amplían los detalles de la producción discográfica.
Herencia de talento y libertad
La exploración de fusionar estos géneros se vi ne dando desde finales de los años setenta, con temas como “Mi Ciudad” y “Qué bonita es mi Tierra” cuando el Mariachi Vargas, Guadalupe Trigo y Roberto Alfaro hicieron una colaboración con jazzistas como Mario Patrón y Enrique Nery. Para Abraham, los ecos de ese trabajo han detonado su inquietud para aportar a esa fusión y componer música original para ese maridaje de géneros. Así salió el volumen I y de esto va el volumen II, comenta Abraham: “En este segundo disco hay temas conocidos y obras sinfónicas que me encantan desde que las conocí y las estudié en su momento. Lo que hago es llevar elementos del mariachi a ese contexto, como en este caso violines, vihuelas, trompetas y el guitarrón con el trío de jazz y crear los arreglos, no una adaptación, para lograr todas las melodías, rítmicas y estructuras que tienen esas obras monumentales como ‘Sinfonía india’, ‘Janitzio’ y ‘Danzón No. 2”.
“Por otro lado, el jazz me ha dado siempre libertad de expresión absoluta para poder hacer la adaptación de temas populares como los que elegí ahora de la música vernácula, como ‘La llorona’, ‘La Malagueña’, ‘Madrigal’ y ‘Veracruz’, además de la canción ‘Si aquella nave’ del compositor Manuel Soumaya, del Siglo XVII, uno de los primeros compositores que tomó el estilo barroco y quise traerlo a estos tiempos y con esta fusión”.
“De manera que es un proyecto ambicioso y me siento afortunado de haber contado con Paco acompañándome porque no hubiera sido posible sin su apoyo y el de Estudio 13, ya hemos hecho otros proyectos y con éste desde que les conté la idea, concepto y obras, se entusiasmó y tomó el compromiso igual que yo”.
La labor de Francisco para este disco fue de encaminar el sonido del álbum, desde la grabación a la mezcla, y mantener coherencia dentro de la fusión musical planteada: “La música que escogió Abraham es difícil desde su versión original, tiene una complejidad técnica alta y adaptarlas con batería y contrabajo, además de instrumentos del mariachi como el guitarrón, demandó encontrar un diseño sonoro en el que todas las piezas tuvieran un lugar y para ello hubo un diálogo encantador con Abraham, que me dio toda la libertad para ir llevando sus ideas a la realidad, por ejemplo con la vihuela, que me pidió mantener más adelante para todos los temas porque para él ese instrumento es el sonido del mariachi y debía estar presente. Yo también hice sugerencias como la de tener las trompetas en cierta posición y los violines con un sonido tal y poner determinado microfoneo. Entonces hubo una libertad creativa encantadora y sobre todo una colaboración y confianza”.
¡Vámonos al estudio!
Las grabaciones se efectuaron en Estudio 13, con excepción del registro del guitarrón y la vihuela, cuyo tracking se envió aparte por Fernando De Santiago, uno de los vihuelistas más grandes de Latinoamérica, que trabaja como productor de Alejandro Fernández y Pepe Aguilar, y ha sido nominado varias veces al Grammy. Sobre las sesiones de captura, Francisco destaca: “Fueron tres sesiones de grabación; una para la base rítmica que grabaron juntos el piano, la batería y el contrabajo, y todo se grabó por tomas completas. Luego hicimos violines y trompetas. En cuartos separados se grabó la batería en uno, el contra en otro, y en nuestro piano room, Abraham. Los violines se registraron como sección, las trompetas por overdubbing y la vihuela y el guitarrón nos los mandó el maestro Fernando, porque fue complejo coordinar la agenda con él, pero como tiene su home studio y la calidad de grabación que maneja es impresionante, nos hizo llegar los tracks”.
“La dinámica de la grabación estuvo más cercana al mundo clásico, pero fue un proceso muy jazzístico en el sentido de que hacíamos tomas desde el principio hasta el puente y revisábamos, fue un proceso muy interesante y disfrutable, con todo y la complejidad, pero la calidad de los músicos Giovanni Figueroa (batería), Aarón Cruz (contrabajo), Anita Villeda, Olga Pogodina, Miguel Juvenel (violines), César Barreiro y Francisco García (trompetas), más la claridad de los arreglos, lo hizo espectacular”.
En cuanto a técnicas de microfoneo, Francisco destaca: “Para nuestro piano Bösendorfer Imperial nos fuimos por un microfoneo bastante cercano al mundo jazzístico y clásico, tirándole a lo ambiental. Los violines se grabaron como sección sin microfoneo cercano en ninguno de los elementos, la trompeta se grabó con micros de listón para tener un sonido más viejo, más orquestal que popero”.
Para el proceso de mezcla, Abraham marcó una directriz que Francisco pudo cubrir y enriquecer, como recuerda el músico: “La primera indicación fue tener la vihuela más presente de lo normal que en una grabación de mariachi. La idea fue tener al trío de jazz, más la vihuela, que es el voice lead de todo el disco. En cuestión de paneo quería que se sintiera más abierta toda la cuerda y que las trompetas también tuvieran su lugar porque eran tres. En cuestión de sonoridad, cuidamos el trabajo de edición y mezcla en el sonido para mantenerlo cercano al jazz y lo sinfónico, pero sintiéndolo actual, sin perder esa esencia. Fue muy importante la selección de microfonía, porque para mí, el setenta por ciento de tu sonido lo tienes que lograr a la hora de capturar y en la postproducción encontrar el sonido adecuado con los paneos y niveles”.
A esto Francisco añade: “Logramos conciliar los colores sonoros y luego me dejó trabajar las siguientes piezas. Justo porque el repertorio es muy diferente, se manejó cada pieza como un animal diferente y a lo largo de cada una fuimos dándole el movimiento debido, cambiando la textura. Abraham hizo la tarea, me mandó media docena de piezas de referencia para saber cómo quería que sonara cada cosa. La masterización la hizo Isaí Araujo, acá en Estudio 13”.
La satisfacción de haber llevado a buen puerto el proyecto, aporta a la misión de Abraham de generar proyectos que aporten tanto a nivel nacional como internacional: “Fue muy importante el trabajo de todo el equipo que estuvo en esta producción tan ambiciosa. Desde Estudio 13, Paco como ingeniero y productor, sus asistentes, los músicos increíbles que participaron. Todos sabemos que cuando la grabación no fluye, todo se tronca. El proyecto se gestó en nueve meses y ya está toda la música en plataformas y con el plan de difusión para que la gente lo escuche”.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco
Mariachi y jazz, unidos en el talento de Abraham Barrera
DAW
- ProTools Ultimate
Micrófonos
- AKG C451b
- Coles 4038b
- Earthworks DM20, PM40, TC20
- Neumann U87, KM184, KMS105, TLM103, M149
- Royer R121
- sE Electronics Voodoo VR2
- Shure Beta 52, Shure SM57
- Yamaha Subkick
Preamplificadores
- AMEK 9098
- API 3124+
- Chandler TG2
- Focusrite 1
- GML 8302
- Millennia HV-35
- Neve 1073b
- SSL AWS948
- Universal Audio UA 4-710
Periféricos
- API 2500
- Elysia Xpressor 500
- Focusrite 3
- Universal Audio UA 2-LA-2
- Teletronix LA-2A
Periféricos mastering
- GML 8200
- Portico MBP