Por Mérlindon Crosthwaytt*
De la tecnología hacia las emociones humanas sólo hay un paso. Un pequeño paso para mí, un gran salto hacia lo trascendental. “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”, la frase que pronunció el astronauta norteamericano Neil Armstrong cuando pisó la Luna por primera vez el 20 de julio de 1969. Para muchos de nosotros, entrar al estudio de grabación es un paso que nos acerca hacia consolidar un disco, un concierto, un video clip y muchas entrevistas para conquistar nuestros sueños. El estudio es una vivencia de emocionantes expectativas, desde comenzar con el seteo de los instrumentos, checar niveles, ecualizar y estar en el estado mental y emocional óptimo para expresar lo mejor de nosotros. En algún punto del proceso, a cualquiera de nosotros, nos pueden ganar los nervios de la emoción o los de la preocupación o los de la tóxica ansiedad, como para quedarnos sin aire y no lograr respirar; es ese miedo que nos obliga a parar o a continuar -esto último, con un alto precio ante el esfuerzo y el agotamiento-, según lo enfrentemos, tal como me pasó a mí, que grabando, me dio un ataque de pánico. No me detuve y salí adelante grabando mi solo de guitarra y las líneas melódicas en una sola toma. Pedí ayuda, lloré, me abrazaron y continué después del sano desahogo.
¡Más allá de la adversidad!
Este es el título de mi última producción musical con enfoque en filantropía y con el objetivo de dar a conocer las Enfermedades Reumáticas (ER) a través de una breve descripción incluida en el video de reciente estreno en YouTube, en el canal “Mérlindon Music & Philanthropy”, sobre su impacto en la vida cotidiana. Es un deleite musical, al mismo tiempo de leer, con citas breves, cuántas enfermedades existen y qué provocan las ER en la vida de los que la padecemos. Dichas citas nos van guiando por un camino de reflexiones y sentimientos muy enriquecedores, que nos enteran de las complicaciones de estas enfermedades tan complejas.
Mérlindon y amigos
La elegante intervención de la saxofonista Ximena Constantino colocó un toque seductor que invita a la sensibilización en esta grabación. En el bajo, la mezcla y los arreglos, Francisco “Pancho” Ruíz Gutiérrez firma esta propuesta con su sello muy al estilo de los Beatles, con una interpretación sencillamente rica. Los invitados estelares y amigos guitarristas que me acompañaron, cada uno con su respectivo solo, destacaron su elegancia, con finas líneas melódicas que le otorgan a “Más allá de la adversidad”, un toque humano y empático dirigido a la causa sobre la divulgación de las enfermedades reumáticas, que si bien son bastante padecidas en México y el mundo, son poco conocidas y difíciles de comprender.
Existe el mito de que con el mastering todo se corrige o se piensa que la mezcla mejora todo y esto es falso.
Guitarristas por la causa
Es un movimiento integrado por Dann Senderovich, Eric Vera, Pefy Castillo, Luis David Arreola “Zurdo” y Arturo Mawcinitt, quienes, junto conmigo, colaboramos para la divulgación de las ER a través del arte y así resolver, el fenómeno de la desinformación de estos padecimientos.
Todo se puede grabar a distancia y mezclar
Realizado por las virtuosas capacidades de Pancho Ruiz en su estudio de grabación, él solicitó que cada músico enviara sus sesiones de grabación en formato WAV a 48 Khz (en cada segundo hay 48 mil muestras de audio que son convertidas de analógico a digital) y a 24 bits (el grado de detalle de cada una de las 48 mil muestras, lo que significa qué tan nítida queda cada una de esas muestras), para tener el mismo rango de muestreo llamado (sample rate). Cada colaboración se “consolidó” a un “down beat”; es decir, todos debíamos comenzar la ejecución un compás antes. Posterior a esta indicación, se colocó todo en Pro Tools dentro de la Sesion Master Multitrack, que es la zona donde están los instrumentos por separado. No se procesó casi nada con relación a los instrumentos y apenas se retocaron un poco las frecuencias graves y agudas. Un poco de reverb fue suficiente para homologar las guitarras y que se oyera integrado.
Para el saxofón de la Maestra Ximena Constantino, ella envió tres tomas y se escogió una sección de cada una para armar un “Comp” (composite: compuesto de tomas), que es como un rompecabezas donde se arman las piezas. Los elegantes sonidos de los teclados salieron de la librería Arturia, con sus emuladores o samplers. Por otra parte, los exquisitos graves del bajo fueron obra del modelo Fender Jazz Bass 66 que se conectó a una caja directa, luego a la interfaz y de ahí al Pro Tools. La señal pasó por un plug in de compresor Alliance Shadow Hills.
La batería no se podía quedar atrás y se logró con el “Superior Drummer” que le dio un toque de realismo venido del talento de Pancho como multinstrumentista, mientras que para mis guitarras se usó un plug in de la “Suit Kuassa Multiefectos y emuladores de amplificador Marshall. En la mezcla, el nivel de importancia debía ser igual para todos, como si cada uno fuera un solista, pero integrados.
En la mezcla, el nivel de importancia debía ser igual para todos, como si cada uno fuera un solista, pero integrados.
Proceso de mastering, por el ingeniero José Luis Rodríguez
En la masterización de Más allá de la adversidad por José Luis, como sucede en estos procesos, se buscaron armónicos perdidos en la mezcla para dar una forma fina de sonido que a la vez se traducen en decimales de puntos de frecuencia o de nivel, para así sacar pequeños detalles sonoros y enriquecerlos, no porque la mezcla venga mal, sino porque se trata de un proceso natural. Así, se compensan algunos picos con compresores de manera ligera para que el rango dinámico tenga más carácter y se escuche con calidad en cualquier equipo de sonido y que sea competente en el mercado. Toda señal de audio tiene “picos”, por ejemplo: la voz, la guitarra y las percusiones, que son de los picos más altos y en los que precisamente, el control es más complicado. En la señal, el nivel no debe pasar de cero. Existe el mito de que con el mastering todo se corrige o se piensa que la mezcla mejora todo y esto es falso. Si la mezcla viene mal no se puede hacer nada, no hay tecnología que corrija una señal rota o distorsionada y en estos casos, la mezcla regresa al productor.
Para el rango dinámico, la mezcla puede estar bien, pero el mastering puede quedar sin él (con un sonido plano y sin carácter). Para optimizar esto se usa el compresor. Tampoco se debe comprimir demasiado la señal; hay que saber comprimir y tomar en cuenta que existen muchos tipos de compresores: unos para voz, otros para guitarra o para trompetas, donde el ataque del instrumento es muy potente. Finalmente, el audio se percibe porque son vibraciones y cada una de ellas contiene información; por ese motivo las percibimos y deben percibirse en el momento de lograr la masterización para darle mayor vida y que suene orgánico.
Con estas experiencias llegamos a feliz término en la grabación de este disco que espero lleve un mensaje de ánimo y conciencia al que lo escuche. Ojalá que estas líneas sean de utilidad para quienes se encuentran en medio de un proceso de producción discográfico.
CV Mérlindon Crosthwaytt
*Guitarrista, compositor y productor. Ex-guitarrista del grupo Kerigma (1989 – 1993), grabó el disco “Esquizofrenia”. Como solista, sacó su primer disco instrumental “Horizontes” en sound:check Xpo 2018. Psicólogo educativo, psicoterapeuta corporal y de pareja, conferencista, consultor en sexualidad, cuenta con el Postgrado CORE Institute of New York. Es empresario, filántropo, fundador y director de la fundación Más allá de la Adversidad AC, para apoyo de personas con enfermedades reumáticas.