Alquimista de los efectos. Matt Waters todavía era un estudiante de la Universidad Estatal de San José el día que Stephen Hunter Flick, ganador del premio Óscar al Mejor Diseño de Audio por Robocop (1992), ofreció una charla sobre cine. Flick mencionó cómo había logrado reunir los sonidos que emitía el humano robotizado, grabando algunos enseres domésticos para incluirlos en el sonido de la película.
Electrodoméstico. “Creo que Steve utilizó máquinas VCR y cosas así. Él registró los ruidos que hacía todo eso, para usarlos cuando subieran o bajaran los brazos del Robocop y brindar al público la sensación de algo más electrónico”, visualiza Matt al inicio de la plática; “se trata del primer Robocop”. Esta entrevista en exclusiva fue realizada durante la charla que el profesional del sonido ofreció en nuestro país, invitado por Avid para compartir sus invaluables conocimientos.
Cambió sus metas
Palabras que pesan. “Esto es lo que quiero hacer”, se dijo el alumno inscrito en la carrera de radio y televisión. Después de graduarse en 1992 de San Jose State, Matt Waters se mudó a Los Ángeles y comenzó a trabajar como ayudante. Pronto conocería los milagros de cortar y pegar, pero en cinta magnetofónica.
Sensato. “Empecé en un estudio llamado Digital Sound and Picture, propiedad de John y Nancy Ross”, acredita el ingeniero; “si tenías la oportunidad de entrar ahí, era la llave para establecerse en un estudio, convivir y aprender de verdaderos profesionales: aquellos que amaban lo que hicieron con cintas. Entré justo cuando las cosas se hacían a mano, cortando cinta de audio contra imagen”, ilustra; “íbamos cortando sección por sección. Editar manualmente se hacía antes de que existiera el código de tiempo (time code). Una vez que lo tuvimos, aparecieron los sincronizadores”.
Todo en uno. “Los sincronizadores lograban empatar dos grabadoras, de modo que podías tomar los diálogos de una máquina, usar las bibliotecas de sonidos (que también venían en cintas), con la otra y mezclar. Sincronizaban todo contra el video”, asegura el diseñador de audio; “cuando grabábamos en cintas de ocho tracks, el time code ocupaba uno. Marcaban el código con audio (en efecto, tenía un sonido), y todo se hacía con él. Siempre ocupaba el último track: si tenías ocho canales de mezcla, el octavo era para time code. Así que realmente, nunca tenías la totalidad de las pistas. Recuerdo haber editado sonidos ambientales en cintas de 16 tracks; tenías 15 canales para fondear y era muy divertido; ya casi no hablo de esto”.
La vida antes de Pro Tools
Había una vez. “Teníamos procesadores externos”, Matt Waters hace memoria; “esos sí que son buenos procesadores, limitadores, reductores de ruido, cajas y ecualizadores”, contrasta; “en cambio, los plug ins ahora ofrecen tener más detalle, pero para mí hay cierto equipamiento exterior que sigo prefiriendo, como el reverb Lexicon 480L. Me gusta mucho”.
Un punto ascendente en la carrera de Matt fue sonorizar el capítulo piloto del programa American Gothic, aventura visual del productor Sam Raimi. “Sam es fantástico y uno de mis directores favoritos. Trabajar con él fue increíble”, valora sin dudar; “hicimos las series de Hercules y Xena, Princesa Guerrera. Cuando comencé hacer Xena, ellos filmaban en una locación de Nueva Zelanda y nos mandaban imagen con la música de Joseph LoDuca. La música de Joe es fantástica y Philip Tallman, fue su editor musical; ambos son muy importantes para el éxito de la serie”.
Pero ya estaba en Hercules. “El crew que entrené para Xena brincó para hacerse cargo. En Hercules, como en cualquier proyecto exitoso, los productores y los encargados del sonido de verdad te permiten hacer tu trabajo”, agradece Matt; “porque quieren que hagas todo lo que piensas. Si no les gusta, sólo te preguntan: ¿podemos cambiar esto o aquello? Pero es un proceso en el que nos permiten ser tan creativos como queramos”, define; “a veces, llegamos a ser tan imaginativos, que cuando conseguimos algo que deseamos nos reímos a carcajadas. Ponemos empeño en todo y eso se refleja al momento en que estamos mezclando, felices y divertidos, escuchando un sonido maravilloso. Realmente fresco”.
Carga de trabajo. “Hacemos muchas cosas. Por ejemplo: tenemos una escena y el director dice: parece ser un poco larga. No me funciona; pero nosotros creemos que las actuaciones y el silencio están bien”, revira; “bueno, pues déjeme agregar algunos fondos, un viento, el río o lo que venga al caso. Con un grillo aquí, el silbido de un pajarito allá, un ladrido y el coche. Simplemente es añadirle pequeñeces que sucedieron en el set; vuelves a ver la escena y ya no se siente larga: simplemente cobra vida. Hay texturas y capas. Realmente, desde una perspectiva de sonido, yo adoro los layers”.
La espontaneidad se nota y Matt Waters fue premiado por ello. “Gané el Motion Picture Sound Editors Award como Supervisor de Sonido por Hercules y lo que me gusta recordar es que fue una experiencia de mucho aprendizaje”, reitera; “porque de nuevo, los líderes de esas emisiones (Rob Tapert y Sam Raimi), querían que lleváramos las cosas hasta el límite”.
Efecto mariposa: sonido entre épocas
Con Aston Kutcher. “Sí, el viaje del personaje a través del tiempo es sorprendente”, hace notar el maestro; “y como mezclador de efectos, tuve que panear como loco. Fue muy divertido y de nuevo: cuando se cuenta una historia regresando en el tiempo, quieres que sea tan real como sea posible. Cuando hago ese trabajo de volver en el tiempo, me enloquece. Es la oportunidad de alocarnos, pero lo mejor de todo fue tener la oportunidad de trabajar con alguien como el editor Chris Assels”, explica; “porque cuando él está haciendo la música más los diálogos y yo los efectos, siempre estamos escuchando el trabajo del otro para buscar una manera de mejorar la historia y dejar la música de cierto modo, para que mis efectos puedan lucir sin que los diálogos, la música y los efectos terminen bombardeándote. Más bien fue como si estuviésemos eligiendo y levantando detalles. Fue grandioso”.
Aclamado. En 2013, Matt recibió un Emmy Award al mejor diseño sonoro por su trabajo en el taquillazo de HBO, Game of Thrones.
Black Sails, otra mega serie
La historia, aquí. “Benjamin Cook estaba como supervisor de sonido y trabajábamos en la secuencia del huracán, cuando las olas golpeaban los vidrios del barco”, relata el soundman, “pero nos parecía que necesitábamos un sonido mejor para esa escena. El fin de semana, Ben Cook y yo fuimos a su casa de campo con la grabadora para hacer unas cuantas tomas del sonido que producían los golpes de agua contra las ventanas del jardín”, se alegra; “después metimos esas pistas en la edición de imagen y funcionaron perfecto. Una maravilla”.
Ruidólogo incansable. Con una agenda llena de capturas, diseños y mezclas, Matt recibe el 2015 con el estreno de Safelight, una película independiente en torno a la vida de un faro en la costa. “Realmente me gustó el proyecto y de hecho visité el faro durante la filmación para grabar ambientes locales”, concluye Matt; “quería que los efectos fueran directamente de los alrededores de ese faro”.
Eso es saber endulzar el oído.